Conducir al amanecer y al oscurecer se convierte, a menudo, en una arriesgada operación por exceso o falta de luz.
Conducir al amanecer y al oscurecer se convierte, a menudo, en una arriesgada operación por exceso o falta de luz.

Consejos para conducir al amanecer y durante el ocaso

La cegadora luz matinal y la ausencia de luminosidad al atardecer dificultan ponerse al volante, pero hay ideas a tener en cuenta que facilitan las cosas

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Como recuerda Citroën a través de su blog, por la mañana, camino del trabajo o al llevar a los niños al colegio, y por la tarde, de vuelta a casa, es frecuente encontrarse, sobre todo en ciertas épocas del año, con el sol de frente, ya sea durante el amanecer o en el ocaso. Una y otra situación dificultan sobremanera la conducción, en el primer caso por deslumbramiento.

La luz disponible es el gran problema. Por la mañana suele molestar según el ángulo de inclinación de los rayos, que nos puede cegar a menos que estemos prevenidos.

De ahí la importancia de utilizar en momentos así gafas de sol, que nos protegerán rápidamente. También es fundamental el uso de los parasoles del coche.

Y simultáneamente:

- Las luces, encendidas. Es bueno llevarlas todo el día, pero druante el amanecer y en la puesta de sol es obligatorio. No podemos apagarlas mientras haya luz (o cuando empieza a haberla) hasta que sol salga por completo. Si no se encienden nos pueden multar por importe de 200 euros y 2 puntos del carné.

- Hay que moderar la velocidad, por la peor visibilidad. Además, corremos el riesgo de ser deslumbrados por el sol que impacta directamente en los ojos, de modo que circulando a velocidad moderada, y manteniendo la distancia de seguridad apropiada, no habrá mayores problemas para reaccionar adecuadamente.

- Llevar siempre el parabrisas limpio es imprescindible. Debe estarlo por dentro y por fuera para evitar reflejos de luz.

- Parasoles: detienen ese rayo de sol directo a la retina. Han de regularse bien, pero si no llegan para tapar el sol debemos incluso mover un poco el asiento.

- Programe y estudie su próximo viaje. Viajar es, a veces, inevitable, pero sí podemos intentar programar la ruta para evitar ir directos hacia el sol al amanecer o al atardecer. Por ejemplo programando una parada a la hora aproximada en la que el sol sale, y esperando para que lo podamos tapar con el parasol, o bien haciendo tiempo hasta que se ponga definitivamente, al atardecer.

- Lluvia, hielo y otros problemas. De madrugada, y en invierno, la salida del sol coincide con el momento más frío del día. Esto provoca que se produzcan nieblas en zonas húmedas y que se formen placas de hielo, por lo que es imperativo aumentar la precaución.

Además, la lluvia puede coincidir con un claro de sol que provoque que la visibilidad durante la conducción sea aún más borrosa e incómoda. Si es demasiado incómodo seguir circulando, siempre cabe parar y esperar condiciones mejores para seguir el camino.

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