Carmena junto a la presidenta argentina, Cristina Fernández Kirchner
Carmena junto a la presidenta argentina, Cristina Fernández Kirchner - efe

Carmena se reúne con Kirchner y Kicillof en su viaje «privado» a Argentina

El consistorio no da explicaciones y se niega a revelar su agenda política porque el viaje para promocionar su libro «no ocasionará gasto público»

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El viaje de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, a Argentina para presentar su libro publicado en 2014 («Por qué las cosas pueden ser diferentes. Reflexiones de una jueza») ha generado una nueva polémica en torno al nuevo equipo de Gobierno municipal. El pasado lunes el ayuntamiento envió un comunicado advirtiendo de que se trataba de «un viaje de carácter privado -de ocho días-, que no ocasionará ningún gasto público» porque lo pagaba la editorial (Capital Intelectual). Lo que no ha quedado claro es dónde acaba la faceta política y empieza la personal en la gira bonaerense. Ayer mismo, los medios españoles amanecieron con la fotografía de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández Kirchner, recibiendo a Carmena en la Casa Rosada.

Aunque lo hizo en calidad de alcaldesa, su equipo de comunicación se negó a hacer pública su agenda a los medios que la reclamaron.

La ex jueza mantuvo allí una entrevista con Fernández Kirchner y varios de su ministros (los más polémicos). La mandataria argentina, que celebró públicamente en su día la designación de Carmena frente a la candidatura de Esperanza Aguirre, la recibió junto a sus hombres de confianza: Carlos Zaninni, secretario Legal y Técnico y candidato a la vicepresidencia; Axel Kicillof, titular de la Cartera de Economía y célebre en España por ser el ideólogo de la intervención y posterior expropiación de la mayoría de las acciones de Repsol en Ypf -también por sus declaraciones peyorativas contra la firma que preside Antonio Brufau -, y Aníbal Fernández, actual jefe de Gabinete, candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires y denunciado por dos arrepentidos como presunto capo de una red de narcotráfico que comerciaba estupefacientes con el crimen organizado mexicano.

Maestre no contesta

Paralelamente, en la Junta de Gobierno que se celebró en Madrid en el Palacio de Cibeles, la portavoz del Ayuntamiento, Rita Maestre, no quiso responder a la pregunta de si la regidora contaba con personal del Ayuntamiento en Buenos Aires. «Es un viaje privado y no vamos a dar demasiados detalles sobre ello». Repregunta: «¿Pero si hay alguien de la Corporación, no lo podéis detallar?». «No», respondió. «Como el viaje es privado y no le cuesta recursos al Ayuntamiento de Madrid pues la información es la que hemos dado al respecto», apostilló.

Cuando a la portavoz del Consistorio se le inquirió por la reunión con Kirchner, insistió en que es un viaje al que no acude como alcaldesa. Salió al paso diciendo que había sido una «toma de contacto a nivel institucional» por «respeto», y lo justificó alegando que no habían tratado «aspectos políticos que no hayan sido debatidos»: «Es alcaldesa de Madrid y cuando recibe a cualquier cargo público es una cuestión, digamos, de respeto atender esa petición y reunirse con ella».

Encuentro con Garzón

Manuela Carmena, que regresará el día 2 a Madrid, está aprovechando su estancia pagada por la editorial en un cuatro estrellas para mantener diferentes contactos, entre otros, con miembros de la Judicatura, un poder dividido y enfrentado abiertamente con el Ejecutivo. La presidenta de Argentina llegó a referirse a jueces y fiscales como «el partido judicial» después de que estos (y una multitud) protagonizaran una marcha el pasado mes de febrero para demandar el esclarecimiento de la muerte de Alberto Nisman, el fiscal que apareció muerto en enero de un tiro en la cabeza. Su asesinato se produjo cuatro días después de imputar a Fernández de Kirchner en una causa (hoy archivada) donde se acusaba a la presidenta de organizar una red de encubrimiento para proteger a los presuntos autores del atentado terrorista contra el edifico de las sedes de la Amia y la Daia, las dos instituciones política y económicamente más importantes de la colectividad judía.

No está confirmado que la alcaldesa vaya a verse con el ex juez Baltasar Garzón, estandarte de la organización judicial «Justicia Legítima» que milita a favor del Gobierno. Tampoco, en principio, verse con el presidente de la Corte Suprema (equivalente, con matices, al Tribunal Constitucional) o alguno de sus miembros, a los que la Kirchner también ha distinguido con frecuencia con referencias poco gratas. Pero no se sabe, quizá se confirme de nuevo mediante una foto.

La representante madrileña no informó de su visita a la Embajada de España, como es habitual cuando viaja un regidor o presidente de Comunidad autónoma (a excepción de Artur Mas). La delegación diplomática se enteró por la prensa de su presencia y posteriormente, desde el Ayuntamiento de Madrid, confirmaron que se trataba de una compromiso que la alcaldesa había adquirido con anterioridad a las elecciones. En la Casa Rosada, donde fue recibida Carmena, se encontraba también el embajador de Argentina en España, Carlos Bettini.

Errejón, en Argentina

En estos días Manuela Carmena ha mantenido entrevistas con una decena de medios de comunicación argentinos. Y, aunque sea un viaje privado, ha hablado de su gestión política. Este viernes presentará su libro, del que lleva vendidos más de 10.000 ejemplares, en la Biblioteca Nacional de la ciudad. Si no regresa antes a Madrid, quizás se encuentre a Iñigo Errejón, el número dos de Podemos, quien también ha viajado una vez más a Buenos Aires para colaborar con una de sus universidades.

El encuentro de la alcaldesa con Cristina Fernández se produce en mitad de un clima político agitado. Las elecciones a la gobernación de la provincia de Tucumán del domingo terminaron en un escándalo y violencia policial que salpica al candidato del Gobierno, Daniel Scioli (Frente para la Victoria), al festejar el triunfo «in situ» cuando ya se conocían las irregularidades. Los tucumanos llevan tres noches consecutivas manifestándose en las calles para denunciar fraude y la oposición, en bloque, reclama la apertura de urnas y un sistema transparente para evitar que vuelvan a producirse desmanes; entre otros, como la quema de urnas, sustracción de papeletas, falsificación de datos y compra de votos a cambio de alimentos, artículos de necesidad o servicios. Cristina Fernández restó importancia al escándalo y pidió que «nos reconozcan los triunfos».

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