Todo listo para bajar impuestos

Satisfecha y emocionada. Ana Botella va a cerrar su mandato con unas cuentas más saneadas, que permitirán reducir la presión fiscal a los madrileños. Puso el broche al día de ayer en el Palacio de los Deportes en el acto de clausura de campaña del Partido Popular, junto a su presidente, Mariano Rajoy. El máximo dirigente del país ha reconocido públicamente su buena gestión, como también lo ha hecho la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, e incluso la candidata de su partido a relevarla, Esperanza Aguirre: Madrid es solvente.

La herencia que deja la primera regidora madrileña nada tiene que ver con la que recogió de su mentor, Alberto Ruiz-Gallardón. Ha contribuido acumplir los objetivos marcados por Bruselas y ha reducido la deuda municipal.

En diciembre de 2011, cuando tomó el testigo, ascendía a 6.674 millones, y a finales de 2014 se situaba en 5.936 millones. El remanente que deja en la tesorería asciende a 370 millones de euros, lo que permitirá que la deuda se sitúe a final de 2015 en 4.785 millones de euros.

Botella deja todo listo para que su sucesor o sucesora lleve a cabo la rebaja fiscal que todos los partidos han anunciado. Un mérito que será atribuible a su gestión y al esfuerzo que los madrileños han hecho.

62 euros por familia

Se calcula que durante los próximos tres ejercicios se podrán bajar los impuestos por un montante global de 1.800 millones de euros, así como llevar a cabo una inversión anual de más de 400 millones de euros. Lo que ya ha aprobado el actual Ayuntamiento es la rebaja global fiscal del 10%; que el Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI) se congele en tres de cada cuatro viviendas; se ha eliminado la tasa de basuras; se ha bajado un 10% el impuesto de vehículos y se ha disminuido la plusvalía en las transmisiones «inter vivos», que puede llegar hasta el 50%, y hasta el 96% en las herencias. El coste total de las medidas fiscales en 2015 supondrán 340 millones de euros más en los bolsillos de los madrileños, lo que se traduce en un ahorro de 62 euros por familia.

Algo que también ha contribuido a reducir el gasto ha sido la racionalización del patrimonio inmobiliario municipal. Se han renegociado contratos de arrendamiento, ahorrando más de 20,5 millones de euros, y se ingresó más de 25 millones con la enajenación de cuatro inmuebles (Recoletos, 12; Divino Pastor, 7 y 9, y Londres, 63). El Gobierno de Botella también ha logrado bajar el plazo de pago a proveedores de 269 días a 22. Entre las medidas contra la morosidad que estableció el Gobierno de la Nación, se habilitó un mecanismo de financiación para el pago a proveedores, al que se adhirió el Ayuntamiento de Madrid, obligándole a aprobar un plan de ajuste. Este plan exigió un esfuerzo de contención de gasto en el Presupuesto de 2012, que se consolidó en 2013 y 2014 (4.388 millones para 2015).  

Sus mayores triunfos

Madrid ha conseguido también cerrar con superáviten términos de contabilidad nacional (1.294 millones de euros). Ello implica que se ha cumplido con el objetivo de estabilidad marcado por el Gobierno para el conjunto de los ayuntamientos —que permitía un déficit de hasta el 0,3% del PIB— y aportar además al conjunto del país un superávit que supone el 0,1% del PIB nacional.

Botella permanecerá en el Ayuntamiento hasta el 13 de junio en funciones —salvo que haya reclamaciones de los partidos—. Las cuentas de su mandato son su gran motivo de orgullo, pero menciona otros tres aspectos clave: «Contar con unos servicios más eficientes y gestionados con pago por objetivos; el mantenimiento de los servicios sociales en momentos difíciles por la crisis, y la puesta en funcionamiento y consolidación de espacios culturales como Centro Centro, Conde Duque... Gracias a ello, Madrid es potencia cultural de primer orden».