Vista general de uno de los sectores del parque Felipe VI, que será el segundo mayor de Madrid tras la Casa de Campo
Vista general de uno de los sectores del parque Felipe VI, que será el segundo mayor de Madrid tras la Casa de Campo - JOSÉ RAMÓN LADRA

Parque de Felipe VI: Un bosque plantado por los vecinos

con 470 hectáreas, este pulmón abre en abril en Valdebebas. Los ciudadanos podrán sembrar sus propios árboles

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Nació hace más de 15 años, con el Plan de Urbanismo de 1997;entonces se le llamaba la Casa de Campo del Este. Ahora, el parque de Valdebebas es un inmenso espacio verde de 470 hectáreas –equivalente a cuatro veces el Retiro, y más grande que el archifamoso Central Park de Nueva York–, en el que se han invertido ya 73 millones de euros y que terminará costando 90. Se inaugura en abril de 2015, y será el primer parque de la capital en llevar el nombre del rey Felipe VI.

La Casa de Campo del Este es una vieja reivindicación de los vecinos de Hortaleza. Se incluyó en el Plan de Urbanismo del 97, con una extensión mayor que la actual, ya que luego fue «mordido» por otras realidades que se han desarrollado cerca:allí están el nuevo barrio de Valdebebas, la Ciudad Deportiva del Real Madrid, los terrenos de la Ciudad de la Justicia y la ampliación de Ifema.

Son más de 4,7 millones de metros cuadrados de suelo convertidos en parque, con una zona urbana y otra más forestal. Los trabajos para su construcción se iniciaron en 2007, y de su presupuesto total –92,5 millones de euros– se han gastado ya 73,6 millones. El coste del proyecto lo asumen íntegramente los propietarios privados del suelo, constituidos en Junta de Compensación.

Con planta de árbol

A la hora de diseñar el parque, los técnicos municipales pensaron en «dibujar» un inmenso árbol sobre el suelo: con su copa y su tronco. La «copa» ocupa 118,1 hectáreas, y ya está terminada. Tiene también un laberinto forestal, un arboreto, y hasta un río que atraviesa la zona.

El parque Felipe VI va a contar también con viveros propios –nada extraño visto su tamaño–, y con un centro de compostaje que dará servicio a este pulmón verde.

Pero lo más destacado es que tendrá un «bosque de los ciudadanos», un espacio sobre el que los vecinos podrán plantar sus árboles. Hasta el 30 de marzo, previa inscripción (en el teléfono 637-47-17-36), podrán acudir al parque a sembrar un ejemplar de los 3.500 previstos. Personas individuales y grupos podrán plantar hasta 20 árboles por día durante estos tres meses del año.

Una vez inscritos, los vecinos interesados sólo tendrán que acudir el día que les corresponda: los ejemplares a plantar, los materiales necesarios y los posteriores cuidados corren a cargo del Ayuntamiento de Madrid, para garantizar la supervivencia de las plantas.

Cuando el parque se abra al público –en primavera, según el compromiso de Ana Botella–, los usuarios se encontrarán con un parque que necesitará de varias visitas para recorrerlo entero. Un parque con lomas, valles, paseos y una variedad de paisajes. En la zona central, que es el núcleo del parque forestal, están representados ejemplares característicos del Sistema Ibérico, Montes de Toledo, Sistema Central, Alcarria y La Mancha.

Carril-bici

En el original diseño en forma de árbol de la superficie del parque, lo que sería la «copa» se caracteriza por una mayor densidad de plantas. Hasta allí podrá llegarse a través del paseo perimetral y también del carril-bici que permitirán recorrer la instalación a pie o pedaleando.

El «tronco» del árbol, en el centro de la «copa», alberga el Laberinto Forestal, en el extremo oeste. Quienes se aventuren en él, podrán recorrer una estructura central de madera en forma de espiral ascendente, que les llevará hasta el Mirador del Laberinto, localizado sobre un pequeño promontorio. Una vez localizada la salida, del laberinto se pasa al Arboreto. En él, habrá cinco cubetas con el fondo cubierto de agua, pradera, arena, gravilla blanca o arcilla. En cada una, aflorarán islas con formaciones vegetales diferentes y será posible pasar de unas a otras mediante pasarelas.

Los desniveles del suelo en algunas zonas se salvan con una serie de plataformas ajardinadas, las terrazas, en las que hay plazas, patios, laberintos y parterres, desarrolladas en cascada descendente hacia el río. No falta el agua en esta inmensidad que un día será un frondoso parque: hay cauces de carácter ornamental y origen artificial y también un par de ellos que discurren por antiguas vaguadas naturales.

Se les alimenta mediante bombeo y tuberías de distribución, y el agua llega desde el embalse de almacenamiento de las aguas de los colectores del parque.

Una de las novedades de la nueva zona verde de Madrid será el Parque Agrourbano, cuyo diseño sale de un concurso internacional de ideas. Está en la zona más cercana al desarrollo urbanístico y se le ha dotado de elementos singulares como miradores, un centro de interpretación, restaurantes y cafeterías, plazas y hasta oficinas. Aquí también habrá un lago que se abastecerá con agua de lluvia.

Hay una zona del parque que se conoce como la «Fachada de las Cárcavas», que será una zona ajardinada y estancial, con caminos y paseos, superficies pavimentadas y zonas de juegos infantiles. Las colinas se tapizan con plantas agrupadas por los colores de sus flores y teniendo en cuenta su aspecto en las distintas estaciones del año. También se han mantenido aquí almendros y olivos que ya estaban antes, procedentes de una antigua finca agrícola en la zona.

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