noción personal

Y Folgueral se desdijo

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Hace un mes aproximadamente el periodista tomó un largo y tranquilo café con el alcalde de Ponferrada. De las muchas cosas tratadas, una fue clara y rotunda como el agua que emana del río Oza a través del Valle del Silencio eremita: «No me presentaré, aunque no creas, no cierro el ciclo aquí de mi vida política. Quizás más adelante». Estas palabras refrendaban las declaraciones públicas del pasado mes de noviembre y otras posteriores en las que se afirmaba que no habría candidatura por parte de Samuel Folgueral. A la hora de escribir este artículo, no hace ni un par de horas que el máximo edil de la sexta ciudad castellano y leonesa ha proclamado su candidatura en las próximas elecciones locales.

La explicación pública argumentada se sustenta en que «por dar coherencia y estabilidad a un futuro Ayuntamiento fragmentado en varias opciones políticas en su Corporación». Mucho nos tememos que Samuel, el arquitecto no político, el político no socialista, el socialista no miembro del PSOE; se ha dejado llevar una vez más por su entorno. Es como si hablásemos del doctor Jekyll y Míster Hyde. En las distancias cortas Samuel gana crédito, transmite y hasta convence. No puede ser el «otro» que nos cuentan u observamos con algunos hechos.

Sin embargo -lo hemos analizado aquí-, cuenta entre sus colaboradores más estrechos con personas de alto ego y métodos bastante rudos para la diplomacia política. Ese entorno y todo el entramado del PSOE le llevó a protagonizar una moción para derrocar al PP en Ponferrada que partió en dos no sólo al propio socialismo, sino a la ciudad entera. Es cierto que la gestión no ha sido la hecatombe con que nos demonizaban los contrarios, pero de ahí a insistir en un futuro de éxito hay un abismo, a no ser que de nuevo Míster Hyde haya aparecido en la plaza.

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