Fraga, el pueblo aragonés que quiere endulzar a los árabes con su fruta

Fraga es un municipio oscense que limita con la provincia de Lérida y en el que la fruticultura es su principal sustento económico. Fraga y fruta van de la mano, y las exportaciones son esenciales para sostener la actual dimensiónd e su sector productivo. El problema es que, desde el año pasado, el veto ruso les ha hecho considerable mella. No solo por lo que han dejado de vender a Rusia, sino porque las producciones de fruta española que se han topado con el muro de Putin han acabado a codazos por abrirse hueco en el mercado que les ha quedado.

En Fraga, ya desde el año pasado, han tenido claro que la solución pasa por buscar clientes alternativos. Y se han fijado en los países árabes.

Tras meses de contactos en los que han contado con el apoyo del ente autonómico Aragón Exterior, fruticultores y Ayutnamiento de Fraga han cerrado una particular recepción en la que tienen puestas altas expectativas.

Desde este lunes y hasta el próximo viernes, en esta localidad oscense se esmeran por agasajar a unos particulares invitados llegados desde las tierras del Golfo Pérsico: directivos y propietarios de diez empresas de Emiratos Árabes que acuden respondiendo a la propuesta que les llegó desde este rincón de Aragón para entablar contratos comerciales.

La negociación se antoja apasionante. El delegado de Aragón Exterior en dubai, José Diego Manzaneda, ha dado a los mayoristas de fruta de Fraga orientaciones básicas para que las tengan en cuenta: «Hay que entender sus necesidades (las de los importadores árabes) y responder como esperan. Son árabes y llevan la negociación en los genes, así que van a preguntar por precios y cuestiones logísticas».

Explica que «lo que más les interesa es la variedad de productos que puede ofrecer cada proveedor y las temporadas en las que esos productos llegan al mercado». Manzaneda indica que «en Emiratos Árabes se produce petróleo y gas, pero todo lo demás se importa y las empresas de catering, los supermercados y la hostelería no pueden estar nunca desabastecidos de fruta, que en este país es muy importante».

En la decena de empresas de Emiratos que visitan Fraga las hay de perfil variado, desde las que necesitan producto de calidad máxima a los que dan preferencia al volumen que se les puede servir. Eso sí, todas ellas son «empresas de envergadura y consolidadas, todas tienen más de 15 años de vida e improtan producto en medio centenar de países y lo reexportan a 25 ó 30 distintos». Y esto último es lo más interesante, porque Fraga no busca únicamente vender a Emiratos Árabes sino que este país les sirva –como en la práctica es– de trampolín desde el que extender la comercialización de su fruta a otros países de su área de influencia a los que exportan los emiratíes, en destinos del sudeste asiático, norte de África y Oriente Medio.

La coordinadora de esta misión comercial, Roser Mestre, afirma que las posibilidades son amplias. «Las perspectivas son buenas, traemos personas clave dentro de sus empresas y hay itnerés por las dos partes».

El alcalde de Fraga, Santiago Escándil, también confía en que esta semana se sienten las bases para potenciar las exportaciones de la fruta de su zona. De hecho, el Ayuntamiento contribuye con 10.000 euros a financiar esta misión comercial.

En las tierras de Fraga se producen cada año casi 300 millones de kilos de fruta dulce de hueso –caso de la cereza, el melocotón o la nectarina–, que tiene como principal destino la exportación. Hasta el año pasado, Rusia era uno de sus principales mercados. Prácticamente la tercera parte de todo el empleo que hay en Fraga depende de la fruta.