Imagen de César Sanchez durante la entrevista concedida a ABC
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César Sánchez: «No permitiré que Puig gestione desde Valencia el dinero de los alicantinos»

«El tiempo de las imposiciones en política ha pasado, los ciudadanos reclaman que lleguemos a acuerdos para solucionar sus problemas»

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César Sánchez llegó a la presidencia de la Diputación de Alicante gracias a un pacto con Ciudadanos. Cumplidos cien días de mandato, repasa con ABC el funcionamiento del pacto, sus primeras medidas y la relación con la Generalitat, que pretende vaciar de competencias las diputaciones en 2016.

—¿Qué balance realiza de sus cien primeros días como presidente de la Diputación?

—Está siendo una experiencia muy positiva, que me ha permitido conocer la provincia de Alicante, sus problemas y necesidades. También entrar en contacto con ayuntamientos de distinto color político y conocer distintas sensibilidades municipales. Lo que estamos intentando es adaptar la Administración provincial a los cambios sociales. Como decía Adolfo Suárez, «hacer normal en política lo que es normal en la calle».

Hay que dejar a un lado las diferencias políticas y buscar el diálogo y el consenso para solucionar los problemas y estar cerca de la calle. Tenemos que luchar contra la desafección con una actitud de escucha activa.

—Para ser investido presidente tuvo que pactar con Ciudadanos. ¿Cómo va el pacto?

—El pacto está funcionando bien, fue fruto de la responsabilidad de dos partidos que decidieron consensuar una nueva forma de hacer política. Estamos trabajando conjuntamente en las reformas que se tienen que hacer en la Diputación, y es un ejemplo de lo que puede ser el futuro Gobierno de España. Cómo una institución con dos formaciones distintas puede funcionar de forma óptima. Que es lo que esperan los ciudadanos de nosotros, que seamos capaces de ponernos de acuerdo con aquellos que piensan de forma distinta.

—Seguramente era más fácil ponerse de acuerdo con Ciudadanos que con Compromís.

—Bueno, pero estamos haciendo un esfuerzo para intentar ponernos de acuerdo con todos.

—Históricamente en la Diputación se ha llegado a acuerdos porque al final se trata de ayudar a los municipios. ¿Eso sigue siendo así con la entrada de Guanyar y Compromís?

—La voluntad del equipo de gobierno es practicar el diálogo y el acuerdo, y esa máxima se va a dar durante toda la legislatura. Queremos recuperar el espíritu de 1978, donde también hubo una gran fragmentación política y Adolfo Suárez hizo un esfuerzo por buscar consensos y establecer las prioridades de la gente de la calle como prioridades de los responsables políticos. En estos momentos, en los que se repite esa fragmentación, quienes tenemos la responsabilidad de gobernar debemos trabajar en la misma línea de diálogo permanente.

—¿Cómo compagina la Diputación con la Alcaldía de Calpe?

—Con mucho esfuerzo y mucho sacrificio personal. Especialmente familiar. Lo que más me duele es que paso menos tiempo con mi hija y mi mujer. Intento aprovechar los fines de semana, pero ese es el gran sacrificio que conlleva tener una enorme responsabilidad en el Ayuntamiento y en la Diputación. Estoy intentando que Calpe siga funcionando, tenemos un magnífico equipo de gobierno al que ahora se han incorporado dos partidos locales independientes, y es otro ejemplo de cómo distintos partidos priorizan a las personas sobre lo partidista.

—Volviendo al balance de los cien días, ¿cuáles son las principales acciones que ha realizado la Diputación?

—Lo más importante es que queremos situar a la persona en el centro de la acción politica, construir una Diputación al servicio de las personas, y estamos diseñando una provincia para las personas. En cuanto a políticas económicas, hemos impulsado la zona franca para contribuir a la recuperación de la actividad. Una zona con condiciones fiscales ventajosas para las empresas que se instalen, que creemos que va a ser un motor de la economía en la provincia y que une a dos ayuntamientos estratégicos como Alicante y Elche, que concentran el aeropuerto, IFA, Ciudad de la Luz y el puerto. Y tenemos el Corredor Mediterráneo que nos va a vertebrar y a conectar con Europa. Desde el punto de vista turístico, trabajaremos en la promoción en ferias internacionales, y también vamos a estudiar cuál es el perfil de nuestro visitante, para lograr que vuelvan. Por eso he anunciado la instalación de una sede del Patronato de Turismo en Benidorm, que será un Observatorio del Turismo para trabajar en dos líneas: mejorar nuestra promoción y trabajar el concepto «Repite en la Costa Blanca». Y en política social, por ejemplo, hemos aprobado recientemente una partida de 800.000 euros para que los ayuntamientos puedan conceder ayudas de emergencia a personas en situación de necesidad.

—¿La Diputación percibe una recuperación económica en la provincia?

—Hago un balance positivo, al hilo de lo anterior, porque somos la provincia que más empleo ha creado en estos cuatro meses en toda España. Somos una provincia pujante, con un sector empresarial que tiene muchas ganas y está muy preparado para salir adelante. Quisiera hacer hincapié en los autónomos, que son unos auténticos héroes. Han superado las mayores adversidades y han dado la cara.

—También ha puesto en marcha distintas iniciativas relacionadas con la transparencia.

—A eso me refería con los cambios que tenemos que hacer en la Administración para adaptarnos a la calle. La gente quiere transparencia, saber qué uso se da a sus impuestos. Por eso hemos puesto en marcha un paquete de medidas de transparencia y buen gobierno, que contemplan la eliminación de los políticos de las mesa de contratación, retransmitir en directo los plenos, la puesta en marcha del portal de transparencia, y algo novedoso: vamos a informar en directo del estado de ingresos y de ejecución del presupuesto. Los ciudadanos podrán saber en tiempo real cuándo tenemos ingresos y de dónde vienen, y cuándo gastamos y en qué. La gente tiene derecho a la transparencia presupuestaria. Hacer partícipes a los ciudadanos es la mejor manera de luchar contra la desafección. Para eso la democracia electrónica es fundamental.

—¿Qué tal van las relaciones con la Generalitat?

—Nosotros hemos mostrado al Gobierno autonómico toda la predisposición para colaborar y trabajar de manera conjunta, con independencia de que allí gobierne un tripartito y aquí el PP. Para nosotros lo importante es solucionar los problemas de la gente. También lo hemos hecho con el Ayuntamiento de Alicante, con acuerdos en torno al ADDA, la zona franca, su salida de SUMA... Nosotros queremos dialogar con la Generalitat, sentarnos, ahora bien, no vamos a aceptar imposiciones. No estamos en un contexto de imposiciones, sino de llegar a acuerdos.

—¿Hay acuerdo entonces para pagar las ayudas a los libros de texto?

—Con la Xarxa de Llibres, nosotros mostramos desde la Diputación nuestra máxima voluntad de colaboración. Ahora bien, ya que va a ser un plan conjunto, nos gustaría consensuar sus características. Nos hubiese gustado un poco más de planificación, cierto, pero una vez lanzado, lo que le decimos al Consell es que queremos sentarnos a hablar, porque hay una importante discrepancia: ellos hablan de ayudas universales, y nosotros apostamos por el principio de progresividad. Es decir, dar más a quien más lo necesita. Dicho de otra manera: los impuestos de una familia en situación de dificultad no deben servir para pagar los libros de una familia en una situación más cómoda. Es una cuestión de justicia social.

—Puig acaba de anunciar que en 2016 pondrá en marcha una ley para controlar las diputaciones.

—Ximo Puig representa el centralismo valenciano frente a todos los alicantinos. Es sabido por todos que Puig no mira con cariño a las provincias. Solo hay que recordar su propuesta política para suprimir el diseño provincial. En cualquier caso, como presidente de la Diputación no permitiré imposiciones ni injerencias en la gestión de esta Corporación, ni permitiré que desde Valencia se gestione el dinero de los alicantinos y, ni mucho menos, que desde un despacho de la capital del Turia se gestione el Patronato de Turismo.

—¿Cómo valora en términos generales la acción del nuevo Consell?

—Lo que veo es que entre ellos no se ponen de acuerdo. Y eso provoca una auténtica parálisis del Gobierno autonómico, con Podemos intentando controlarlos con el mando a distancia. La sensación que tengo es que el Consell está más preocupado de hacer oposición a la oposición que de poner en marcha medidas de futuro y solucionar los problemas de los valencianos.

—¿Tiene la sensación de que Puig solo se está limitando a quejarse por la financiación?

—Insisto en que Puig no está gobernando, está haciendo oposición. Y los valencianos necesitan un presidente que tome decisiones, y no que esté todos los días lamentándose.

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