Llegada del acusado a la Audiencia
Llegada del acusado a la Audiencia - juan carlos soler

El presunto asesino de Torremanzanas confesó el crimen a la Guardia Civil

«Dijo que había matado a su pareja con un hacha, e incluso hizo el gesto con la mano», ha afirmado un agente en el juicio

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El presunto asesino de Torremanzanas confesó en el hospital de Villajoyosa a dos guardias civiles que había matado y mutilado a su compañera sentimental, según han confirmado hoy ambos agentes durante la segunda sesión del juicio con jurado que sigue en la Audiencia de Alicante por estos hechos.

«Dijo que había matado a su pareja con un hacha, e incluso hizo el gesto con la mano, y que le había cortado un pie. Nos dijo: 'lo que he hecho no se puede contar; ya lo veréis', y lo hizo de forma voluntaria en una conversación fluida», ha relatado uno de los funcionarios que se entrevistaron con Martín R.S. en un box del centro hospitalario el 22 de octubre de 2013, dos días después del homicidio.

Posteriormente, el padre del sospechoso y un tío de éste, que eran quienes le habían trasladado al hospital, confirmaron a los guardias que les había desvelado durante el trayecto en coche lo que había hecho.

Así lo declararon igualmente ambos familiares del reo al día siguiente, en el juzgado que instruyó el sumario, aunque hoy lo han negado o han dicho no recordar que realizaran tales manifestaciones.

El crimen se produjo en una casa de campo de la pedanía de Teix, en Torremanzanas, entre las 18 y las 22 horas del 20 de octubre de 2013, cuando el sospechoso mató presuntamente a su pareja, Sorina P., rumana y de 26 años, tras asestarle múltiples golpes en la cabeza con un hacha o una mancuerna de las que se utilizan para hacer pesas.

Después, amputó al cadáver un brazo y un pie y se ensañó con el cuerpo con una pistola, un arpón y diversos objetos que le introdujo en el ano antes de tratar de prenderle fuego bajo una pila de muebles y enseres para borrar rastros, según la versión del fiscal del caso.

Su padre ha señalado hoy que Martín R.S. le llamó el día 22 para pedirle que fuera a recogerlo porque «no se encontraba bien y le habían pegado una paliza, atracado o algo así».

Aunque este testigo y su hermano sostienen que el acusado tenía la «vista perdida» y realizaba comentarios sin coherencia sobre «unos rumanos y los comunistas», los guardias civiles que le interrogaron en el hospital han puntualizado que se expresó con normalidad y confesó el crimen de forma «voluntaria» en una conversación «fluida».

El padre del presunto asesino sí ha admitido que éste era violento y que él temía por la integridad de Sorina P., mientras que los agentes que inspeccionaron la escena del crimen han ratificado que la chica fue golpeada cuando se encontraba «recostada o agachada» en un dormitorio de la vivienda.

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