Rosendo, en el escenario del festival Iberia de Benidorm tocando bajo la lluvia
Rosendo, en el escenario del festival Iberia de Benidorm tocando bajo la lluvia - josé luis fernández
música

Solo la lluvia puede con el rock incombustible de Rosendo

El festival Iberia de Benidorm alimenta con 5.000 espectadores el espíritu de bandas míticas de los 80 antes de ser cancelado por el agua

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El clímax de la tercera edición del festival Iberia de Benidorm se vio interrumpido en la noche del sábado de forma abrupta con un aguacero que dejó con la miel en los labios a unos 5.000 espectadores que seguían en ese momento la actuación de un auténtico señor del rock: Rosendo.

El madrileño incombustible había arrancado 10 minutos antes su concierto con un comentario que resultó profético: «Buenas noches, Benidorm, a ver cuánto aguantamos...». Y tras concluir el segundo tema ya empapado anunció que paraban -«así no podemos seguir tocando»- y ya no hubo manera de reanudar el festival, que hasta ese momento había ido in crescendo con una demostración palpable de que el rock ibérico sigue vivo y con talento para la creatividad.

Empezó sobre el escenario Kiko Veneno, todavía en horario diurno y calentando el ambiente con su flamenco fusión tan característico. Los gallegos Siniestro Total tiraron de su interminable repertorio alternando temas de la última década con clásicos como Miña Terra Galega, Ayatollah, el autobiográfico Siniestro Total con música de AC/DC y una elegancia que ha dejado el buen sabor de boca entre su nutrida afición.

Jorge Martínez con unos renovados -como siempre- Ilegales dio otro nuevo do de pecho con un recital de canciones recientes que para nada desmerecen sus clásicos coreados por cientos de seguidores incondicionales. El asturiano se permitió -fue el único- incluso bises con verdaderos himnos de su rock «arrogante» como a él le gusta definirse como el tipo dentro del espejo con cara de conejo, Eres una puta o un apoteósico final de Destruye.

Rosario relajó el ambiente con el momento más melódico y emotivo, repasando clásicos ajenos de Camilo Sexto, de su hermano Antonio Flores y con alusiones a su madre, Lola Flores y hasta su abuela. Mucho baile y energía sobre las tablas y un público entregado. Lástima que la lluvia dejara a Rosendo calentando motores y se quedaron sin su oportunidad La Unión -el año pasado el grupo que llenó la plaza- y Los Toreros Muertos de Pablo Carbonell, que también en la anterior edición cosecharon los momentos más cómicos del festival.

Ver los comentarios