Homenaje a la diputada laborista Jo Cox, asesinada durante la campaña electoral
Homenaje a la diputada laborista Jo Cox, asesinada durante la campaña electoral - AFP

Referéndum en Reino UnidoAsesinatos y otras tragedias que cambiaron (o no) el curso de unas elecciones

Los sondeos que hace una semana señalaban una diferencia notable a favor de la salida de la UE, ahora dan un empate técnico e incluso una victoria a la permanencia en la Unión tras el asesinato de la diputada Jo Cox

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La escritora JK Rowling, autora de la saga Harry Potter y una de las mujeres más ricas de Reino Unido, ha criticado la campaña del referéndum por ser «la más amarga» que recuerda, al haber creado «un monstruo», ha escrito en su web. Rowling se ha quejado de que unos utilizan la xenofobia para movilizar el voto y otros la amenaza económica sobre las consecuencias del Brexit. No ha revelado qué va a votar este jueves. La escritora ha señalado un problema que empieza a preocupar a las clases dominantes del país.

Con la tragedia del asesinato de la diputada laborista Jo Cox como telón de fondo, el debate entre los dos bandos se ha intensificado hasta tal punto en que las peleas entre partidarios del Brexit y Bremain siguen la estela de los «hooligans» británicos en la Eurocopa.

Un hombre ha sido detenido en Cumbria, en el norte de Inglaterra, por haber agredido presuntamente a un jubilado después de una disputa sobre el referéndum del Brexit.

Los sondeos que hace una semana señalaban una diferencia notable a favor de la salida de la UE, ahora dan un empate técnico e incluso una victoria a la permanencia. «Lo que puede suceder es que el asesinato de Cox lleve a movilizar a gente que no estaba segura de lo que votar o incluso que no sabía si lo iba a hacer. Se puede vincular el supuesto grito del asesino, de "Britain First", asociado al partido de extrema derecha, con la tragedia, como parte de una agitación más radical de la campaña del Brexit. Y lo que parece claro, una mayor movilización favorecería al Bremain», explica a ABC el investigador principal para Europa del instituto Cidob, Pol Morillas, que estos días no para de atender a los medios, en plena vorágine del referéndum.

El asesinato de la diputada Jo Kox retrotrae otros asesinatos y tragedias durante las campañas electorales que pudieron cambiar, o no, el curso de la campaña electoral. El de Robert Kennedy, en Estados Unidos, Pim Fortuyn, en Países Bajos, Anna Lindh, en Suecia, podrían compararse a la tragedia de Cox.

Robert Kennedy iba camino de obtener la nominación demócrata en 1968, pero fue asesinado apenas meses después de Martin Luther King. Ambas tragedias marcaron la campaña electoral, que sin embargo ganó el republicano Richard Nixon. El neerlandés Pim Fortuyn, de la formación ultraderechista LPF (Lista Pim Fortuyn), fue asesinado en 2002 a nueve días de las elecciones. Su partido, que concurría por primera vez en unos comicios, consiguió terminar en segundo lugar, con el 17% de los votos y siendo el mejor debut de un partido de reciente creación. Fue disuelto en 2008. Por último, la ministra sueca Anna Lindh, en pleno debate sobre la entrada o no en el euro de Suecia, estaba a favor de que su país entrara en la Unión Monetaria, pero su muerte no cambió gran cosa en el resultado: el No estaba 15 puntos por delante y ganó el referéndum por 14 puntos.

¿El asesinato de Cox cambiará el voto?

«Tenemos el precedente del caso de la ministra sueca que defendía el referéndum para el euro, y ahora Suecia no está en el euro; no ganaron los proeuropeístas. Así que este ejemplo es dudoso en sí mismo. Es posible afirmar que las encuestas están empatadas pero hay mucho ruido, no es tan obvio como parece lo del impacto del asesinato de Cox. Es muy dudoso que tenga un efecto así», dice a ABC Álvaro Imbernón, investigador de ESADEgeo.

España tiene el 11-M, una tragedia que incidió en las elecciones de 2004. El atentado de Al Qaida movilizó a los simpatizantes del PSOE hasta el punto de darle un vuelco a las encuestas y hacer presidente a José Luis Rodríguez Zapatero. «No me atrevería a hacer este paralelismo con lo que ha ocurrido ahora en Reino Unido. Hay una tensión inherente en la idea de que los mayor movilizadores son los del UKIP, que tienen lazos con la extrema derecha y esto puede disuadir a votantes más moderados. Pero en Reino Unido se necesita inscribirse para votar, y el asesinato de Cox ha ocurrido después de que se cerrara el plazo. Por tanto, podría subir un poco la participación, pero no mucho más», añade Imbernón.

El investigador del Cidob también rechaza en parte una hipotética «apropiación» de la tragedia por parte de la clase política británica. «El asesinato de Cox no tiene la magnitud de un 11-M, con la diputada al principio todo el mundo fue muy cauto, ninguno de los líderes trató de hacer una apropiación, ni que tuviera un efecto, en la cultura británica no se quiere utilizar esto con gestos políticos», señala. Así, Nigel Farage, cabeza visible del xenófobo UKIP, ha querido desmarcarse, al igual que Britain First, del asesinato de Cox: «Siento que la campaña por la permanencia (...) está diciendo: "Nosotros somos los buenos y "Vote por salir" son los malos, y quiero rechazar eso», dijo el político. «Quiero decir que lo que sucedió fue un incidente aislado y no tiene nada que ver, francamente, con los verdaderos argumentos de este referéndum», añadió.

Con su marcado discurso xenófobo, el candidato republicano a las presidenciales estadounidenses, Donald Trump, ha provocado varios altercados raciales en sus mítines. Este lunes, indirectamente o no, el odio generado le ha golpeado como un bumerán. Un hombre ha sido arrestado en un mitin del magnate en Las Vegas después de intentar quitarle el arma a un oficial para disparar al candidato republicano a la Casa Blanca, según un policía federal de Estados Unidos. Había viajado en coche desde California hasta Las Vegas para matar a Trump, y el día anterior había ido a una galería de tiro para aprender a disparar.

Los sondeos en Reino Unido fallaron estrepitosamente en las elecciones de 2015, apuntando a un resultado ajustado entre los laboristas y los tories. Finalmente Cameron ganó de forma contundente. Lo que en un inicio parecía una victoria sin paliativos del Remain, meses más tarde, el divorcio entre Reino Unido y la UE fue haciéndose más probable según los sondeos durante la campaña. «Las encuestas han creado mucho ruido y muchas dudas sobre la metodología, especialmente por las encuestas telefónica y online», dice a Imbernón. El próximo jueves se sabrá si el caso de Cox ha cambiado el rumbo del Reino Unido.

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