Merkel y Macron, en una reunión durante la campaña electoral de Francia
Merkel y Macron, en una reunión durante la campaña electoral de Francia

Merkel y Macron perfilan hoy la Europa del siglo XXI

La canciller alemana recibe esta tarde al presidente de Francia, solo un día después de que este haya tomado la posesión en el cargo

Corresponsal en Berlín Actualizado: Guardar
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Merkel recibe esta tarde a Emmanuel Macron en la Cancilléria de Berlín, solo un día después de que haya tomado posesión del cargo, y en principio todo serán facilidades. Ambos están profundamente de acuerdo en la necesidad de una «Europa fuerte» y hoy comenzarán a consensuar los pasos políticos concretos hacia esa Europa fuerte. La canciller alemana quiere dar facilidades a Macron, cederle espacio que le permita afrontar las próximas legislativas y aportar estabilidad al conjunto en plenos escenario Brexit. Fuentes del gobierno alemán han reconocido que Merkel planteará incluso la posibilidad de un programa conjunto de inversiones que ayude a reactivar el empleo en Francia, todo un paso hacia el gasto sin precedentes en el liderazgo europeo de la cristianodemócrata y sin duda un impulso adicional para que la reforma laboral que ha prometido Macron empiece con buen pie.

También habrá buenas palabras alemanas sobre integración política europea, sobre la creación, por ejemplo, de un ministro de Finanzas europeo, pero Merkel será inflexible en un punto, no hay motivos para cambiar el pacto de estabilidad y el objetivo seguirá siendo que Francia logre reducir su déficit público hasta el límite del 3%. El gobierno alemán apoyará a Macron, pero no está dispuesto por ahora a abordar cambios en los Tratados.

El nuevo presidente francés acude a Berlín sabiendo que su éxito es ahora clave para la estabilidad del conjunto europeo. Europa «se refundará y se relanzará» porque «nos protege y nos permite proyectar en el mundo nuestros valores», ha dicho en el discurso de investidura, marcando el camino por la vía de «una Europa más eficaz, más democrática, más política», que constituye «un instrumento de la potencia y de la soberanía» de Francia. La pregunta es cuánto más política permitirán los alemanes que sea Europa. Fuentes de la Embajada francesa en Berlín admiten que a Macron le han sorprendido algunas de las críticas vertidas los últimos días por políticos alemanes sobre su programa europeo. Apenas ganó las elecciones surgieron alarmas contra la posibilidad de que impulse los eurobonos, por ejemplo, y su asesora en materia europea y persona clave en las relaciones franco-alemanas de los próximos años, Sylvie Goulard, se ha visto en la obligación de salir al paso de esas críticas este fin de semana y pedir públicamente que «no se critique a Emmanuel Macron por puntos que no aparecen en su programa electoral». «Él no ha hablado en ningún momento en la campaña electoral sobre eurobonos», ha tranquilizado, reiterando el mensaje que el equipo de Macron ha hecho llegar a Berlín durante los contactos preparatorios para la reunión de esta tarde.

Los temores no son exactamente gratuitos y surgen porque en el discurso que Macron pronunció todavía como candidato a principios de enero en la Universidad Humboldt de Berlín, mencionó dos puntos que traspasan la línea roja alemana. Uno de ellos era la posible emisión de deuda conjunta como un instrumento futuro de inversiones y que concretó en palabras como «una capacidad conjunta de endeudamiento que refuerce la capacidad defensiva de Europa».

También propuso a principios de año un presupuesto común europeo que podría alimentarse de dos fuentes, la mencionada «capacidad de pedir prestado» y los denominados «recursos propios», aunque ninguno de estos puntos aparecieron después en el programa electoral de la «República en marcha». Lo que posteriormente ha precisado el equipo de Macron sobre estas ideas es que «la prioridad es un presupuesto común para la zona euro que podría cimentarse sobre diferentes formas de financiación».

Hasta ayer domingo era una posibilidad que Merkel fuese reemplazada en la Cancillería de Berlín el próximo otoño por el socialdemócrata Martin Schulz, a favor de los eurobonos y de un gobierno europeo común, pero los resultados de las elecciones regionales en Renania del Norte Westfalia han alejado esa premisa de la realidad y todo apunta a que Macron tendrá que ponerse de acuerdo con Merkel. En los círculos cristianodemócratas no se descarta, por otra 0parte, que una Merkel ya en su cuarta legislatura y sin ambiciones de reelección en un quinto mandato, pudiese mover esas líneas rojas alemanas y volverse más europeísta incluso que hasta ahora. En la CDU se manejan informes que afirman que un 46% de los alemanes están a favor de la creación de un Ministerio de Finanzas Europeo y solamente el 45% en contra. Dos tercios de los encuestados en Alemania desean que Merkel imponga una dura barrera a la cesión de más competencias en su negociación con Macron, pero la resistencia en menor cuando se les pregunta por puntos concretos. La posibilidad de una emisión de deuda conjunta, por ejemplo, es aceptada por el 51% y rechazada por el 44%, porcentajes aceptables para gobiernos que tradicionalmente han avanzado en la integración europea más o menos un paso por delante de la opinión ciudadana.

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