Erdogan recupera la mayoría absoluta perdida en junio
Erdogan recupera la mayoría absoluta perdida en junio - DAILY SABAH

ELECCIONES EN TURQUÍAErdogan recupera la mayoría absoluta y los kurdos se mantienen en el Parlamento

Con un 94 por ciento de los votos escrutados, el AKP se haría con el 49,5 por ciento de las papeletas, seguido por el Partido Republicano del Pueblo, con el 20%. A su vez, la formación prokurda HDP conseguiría tener representación parlamentaria

Corresponsal en Estambul Actualizado: Guardar
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Cinco meses ha durado la muerte política de Partido Justicia y Desarrollo del presidente turcoRecep Tayyip Erdogan. La estrategia del presidente de Turquía de forzar unos nuevos comicios legislativos tras el fiasco de su partido el pasado mes de junio ha sido un éxito. Con el reinicio de la violencia en el este del país y la brutal aparición del terror del llamado Estado Islámico, los turcos han vuelto en masa a los brazos del partido islamista AKP.

Ninguna encuesta preveía una victoria tan rotunda. La oposición estaba convencida de que los islamistas tendrían que pactar y ceder parte de su poder, sobre todo el referido al que todavía ejerce el presidente Erdogan, a priori, jefe neutral de Estado de la República turca.

prokurdaconseguir representación parlamentaria

Los únicos pronósticos que se cumplieron fueron los de los seguidores del AKP. «Estoy seguro de que vamos a conseguir la mayoría absoluta», decía Sarkan, un arquitecto de 41 años, en la puerta de un colegio electoral del barrio estambulita de Cihangir. «Les voto porque me gusta Erdogan. Es un hombre fuerte, y eso es precisamente lo que necesita Turquía. Me gustaría que el país fuera hacia un sistema presidencialista más fuerte. Es lo mejor para todos».

La mayoría absoluta es suficiente razón para que Ahmet Davutoglu, el primer ministro y el sustituto de Erdogan al frente del AKP, se muestre satisfecho. Sin embargo, viendo cómo se desarrolló el recuento de los votos, para Erdogan puede ser un triunfo agridulce.

La ambición de Erdogan

Por momentos parecía que el partido prokurdo del HDP no iba a superar el umbral del 10% de los votos, necesario para poder tener representación parlamentaria. De haber sido así, el AKP habría tenido por sí solo una mayoría de diputados suficiente como para cambiar la Constitución y convertir Turquía en un Estado presidencialista con extensos poderes ejecutivos para Erdogan. Finalmente, el partido prokurdo logró entrar al cruzar el umbral del 10 por ciento.

El triunfo del AKP se relaciona directamente con el desplome de los ultranacionalistas del MHP, los grandes derrotados de la noche. Estos han perdido 4,3% de apoyo popular, lo que se ha traducido en perder 39 de los 80 diputados que obtuvieron en junio. Los turcos castigaron duramente al líder Devlet Bahçeli, quien se ganó la etiqueta de «hombre que dice no a todo» durante las fallidas negociaciones para formar gobierno que siguieron a los anteriores comicios.

La jornada electoral se desarrolló en Estambul con calma y normalidad. La prevista alta participación se cumplió, no así la consecuencia de ella, que muchos analistas veían como beneficiosa para el CHP. En realidad sí ha sido así, pero solo se ha traducido en una subida del 0,4%. Eso a pesar de la voluntad mostrada por sus seguidores: «Yo he votado al CHP porque no quiero estar gobernado por un dictador que no respeta otras religiones, otros pensamientos y otras maneras de vivir. Nuestros derechos están siendo restringidos cada día, y creo que el CHP puede comenzar a poner fin a los días oscuros», contaba Miraç Ordag, un joven empleado del banco HSBC.

Por goleada

El segundo batacazo que las urnas provocaron ayer es el del HDP. En contra de lo que decían las encuestas, la guerra en el este del país entre el ejército y las milicias kurdas del PKK les ha pasado una dolorosa factura. Y eso que durante la jornada electoral nadie hacía presagiar la pérdida de cerca de 1,3 millones de votos, un 2,5%.

En el conservador barrio de Kasimpasa, la zona de Estambul donde Erdogan creció, la presencia de votantes del AKP era superior. «AK Parti, AK Parti, AK Parti”» decía una mujer que aseguraba que eso era todo lo que tenía que decir. «El AKP es bueno para la economía. Lo ha sido antes y lo volverá a ser», explicaba Can, un hombre de mediana edad que regenta una tienda de lámparas. Pues incluso en territorio mayoritariamente islamista, en los colegios electorales de Kasimpasa también era fácil encontrar votantes del HDP.

«Voto al HDP simplemente porque es el partido más democrático de los que se presenta», contaba Bektas, un escultor de 55 años que había acudido a votar con su mujer e hija. «Ojalá, pero no creo que cambie nada después de las elecciones de hoy. El resultado será el mismo que antes. No creo que ninguno de los líderes sea capaz de marcar algún gol», bromeaba Bektas. Seguro que Bektas no disfrutó la goleada con la que terminó el partido.

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