Estados Unidos y Rusia extienden el alto el fuego a la sitiada Alepo

Estados Unidos y Rusia alcanzaron un acuerdo este miércoles para extender el alto el fuego a la ciudad de Alepo y al resto de la provincia, escenario de los combates más duros en los últimos días. La presión de la ONU sobre el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dio resultado y, según el comunicado difundido por el departamento de Estado, ambas potencias «van a coordinar los esfuerzos» para que se respete este nuevo acuerdo.

La tregua llega tras una escalada de violencia en la segunda ciudad del país en la que más de 270 personas han muerto y se han atacado al menos seis hospitales. El comunicado recoge que es «fundamental» que Rusia intensifique sus esfuerzos para «presionar a Bashar al Assad» mientras que EE.UU.

«debe hacer lo propio con las fuerzas de la oposición siria».  

El anuncio se produjo después de una nueva jornada de violencia que dejó «decenas de muertos», según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que calificó estos combates como «los más violentos» del último año. La violencia en Alepo ha sepultado el alto el fuego alcanzado el 27 de febrero en Ginebra y desde el fin de semana Estados Unidos y Rusia trataban de recuperarlo con acuerdos parciales y temporales que se intenta extender a Alepo, pero habrá que esperar para ver si se cumplen o no. Daesh y Al Qaida están fuera de cualquier acuerdo y en Alepo estos últimos tienen fuerte presencia en los distritos opositores.

Arma de guerra

Los cercos de poblaciones civiles se han convertido en arma de guerra que emplean gobierno y grupos de la oposición armada y Jan Egeland, responsable de Naciones Unidas de asistencia humanitaria en Siria, lamentó que «los horrorosos combates en el país y especialmente en Alepo están creando nuevas áreas sitiadas con enorme sufrimiento y sin acceso para los organismos humanitarios». Egeland lamentó que el Gobierno no responda a los llamamientos de la ONU para poder entregar ayuda humanitaria a unas 905.000 personas y alertó del alto riesgo de que «Alepo oriental se convierta en una área sitiada».