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Imagen noctura de la basílica de Santa Sofía, en Estambul - GONZALO F. CRUZ

Las claves del fracasado intento de rebelión militar en Turquía

Después de unas horas de confusión, empiezan a aflorar respuestas acerca de lo sucedido la noche del viernes y de sus consecuencia internas y externas

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¿Qué es lo que ha desencadenado el intento de golpe de Estado en Turquía?

Pocos esperaban que se produjera un golpe militar en estos momentos en Turquía, a pesar de la creciente tensión que se está viviendo en el país. Una tensión generada por varios aspectos, como el incremento de los ataques terroristas sufridos en los últimos meses en distintos puntos, especialmente en Ankara y en Estambul, reivindicados algunos por Daesh y otros por el PKK. Estos últimos han recrudecido las relaciones del Gobierno de Erdogan, con la comunidad kurda, con gran presencia en el país. A este factor se suma el papel que ha jugado Turquía en la guerra civil en Siria, situada de lado de los rebeldes, lo que le ha valido las acusaciones de Bashar al Assad de que estaba ayudando a los terrorristas, con la compra, por ejemplo, de petróleo.

Con esto, y sus malas relaciones hasta hace unos días con Rusia e Israel, Erdogan incumplía una de las aspiraciones históricas del país: no tener problemas con los vecinos. Este tipo de enfrentamientos, especialmente con el Gobierno de Putin, desembocaron en unas sanciones que repercutieron de manera muy negativa en la economía turca, ya tocada por la caída del turismo.

¿Por qué son tan malas #las relaciones de Erdogan #con el Ejército?

Todos estos frentes son los que han inflamado a un sector del Ejército turco, institución que ha ocupado un papel relevante en la historia de Turquía -aunque haya sido a través de varios golpes de estado-. De ahí los intentos deliberados, desde que el partido de Erdogan llegara al poder en 2002, por desinflar su influencia y evitar así lo que sucedió la noche del viernes.

El creciente autoritarismo de Erdogan y su liderazgo asentado en preceptos islamistas han sido factores determinantes a la hora de incrementar el malestar del Ejército, que se considera el depositario de la herencia secular del país.

¿Por qué ha fracasado #el golpe de Estado?

Serían dos los motivos principales que han provocado que el golpe militar no se haya consolidado: por una parte la división en el seno del propio Ejército, pues no todos sus mandos estaban de acuerdo con la decisión, entre ellos, el Jefe del Estado Mayor, Hulusi Akar, que fue secuestrado por los golpistas y por lo tanto no tomó parte en el asalto. También se ha hablado de la poca preparación del golpe como otra de las causas de su fracaso. Otro factor que ha jugado un papel determinante es el pueblo turco, al que Erdogan hizo un llamamiento, a través de una entrevista vía FaceTime con la emisora CNNTürk, para frenar la tentativa militar: «Insto a nuestra gente, a todo el mundo, a que llene las plazas del país para darle (al Ejército) la respuesta necesaria».

¿Quién podría estar detrás del pronunciamiento?

Aunque oficialmente no existen pruebas que señalen quién ha estado detrás del golpe de Estado, el presidente turco ha apuntado, con rapidez, a su otrora compañero de gobierno en el pasado y desde 2013 enemigo, el clérigo Fetula Gulen, que promueve un islam más moderado que el que defiende Erdogan. Exiliado en Estados Unidos desde que se le acusara de intentar crear una estructura paralela para desestabilizar el Gobierno turco, llegando a filtrar casos de corrupción en el Ejecutivo, desde entonces siempre ha estado en la diana de Erdogan. Sin embargo, Gulen se apresuró ayer a desmentir, desde su residencia en Pensilvania, su participación a través de un comunicado: «Condeno, en los términos más rotundos, el intento de golpe militar en Turquía. El Gobierno debería ganarse mediante un proceso de elecciones libres y justas, no por la fuerza», subrayó. A lo que añadió que confiaba en que la situación se resolviera «pacíficamente». Gulen manifestó además su malestar ante tal acusación: «Como alguien que ha sufrido bajo diferentes golpes militares durante las últimas cinco décadas, es especialmente insultante ser acusado de tener algún vínculo con esta intentona. Niego categóricamente las acusaciones».

¿Qué va a pasar ahora?

De momento, el fracaso de la tentativa de golpe militar parece haberle dado carta blanca a Erdogan para purgar al Ejército, al que le tenía ganas, y así reclutar en los principales mandos a gente afín a su Gobierno. En las primeras horas, el presidente ya había detenido a cinco generales y 30 coroneles, además de a otros 1.500 militares. A estas detenciones se sumaron las de diez jueces del «Danistay», uno de los organismos supremos de la Judicatura turca y máxima autoridad para contenciosos administrativos. Unas horas antes, la Junta Superior de Jueces y Fiscales había destituido a 2.745 magistrados. ¿La razón? Su presunta proximidad ideológica con Gulen.

¿Sale la democracia turca reforzada tras el golpe?

En gran medida ha sido el pueblo el que defendió, la noche del viernes al sábado, la continuidad de la democracia en Turquía, pero eso no significa que Erdogan relaje la presión que mantiene sobre este mismo pueblo y los diversos estamentos -ejército, justicia y medios de comunicación-. Esta intentona, aunque parezca paradójico, podría servir para todo lo contrario: tensar aún más la mordaza. «Este levantamiento, este movimiento es un gran regalo de Dios para nosotros. Porque el Ejército será limpiado», afirmó el presidente tras aterrizar en Estambul, asegurando que los golpistas pagarán cara su «traición». Una palabra, golpistas, que puede abarcar a todos aquellos que cuestionen el régimen de Erdogan.

¿Erdogan se ve fortalecido?

En estas primeras horas, es evidente que el presidente turco sale reforzado: el pueblo le apoya. Y es de esperar que Erdogan tome decisiones que le lleven a capitalizar rápidamente los réditos de este fracaso. Tal vez pueda tener más cerca su deseo de lograr un Gobierno presidencialista. Un proyecto que provocó el cese de su anterior primer ministro, Ahmet Davutoglu, que lo veía con reticencias ya que le daría máximos poderes al presidente turco, pero vaciaría de poder la figura del primer ministro. También es cierto, que es cuestión de tiempo que estas purgas y esta renovada represión le pasen factura tanto a nivel popular como gubernamental.

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