Biden subirá impuestos para pagar su plan de infraestructura

Junto con sus proyectos en materia social, el presidente prevé gastar cuatro billones de dólares

Obras en una autopista de Encinitas (California) Reuters

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La ‘semana de la infraestructura’ es un lugar común en EE.UU. , una alusión jocosa al momento en el que cada nuevo presidente presenta su gran plan para renovar aeropuertos , tender puentes , arreglar carreteras y promover trenes de alta velocidad que no se materializan. Lo habitual es que estas propuestas acaben arrinconadas con las prioridades del momento y que las infraestructuras sobrevivan otra presidencia con apaños y parches, como se puede comprobar en muchas partes de EE.UU.

Joe Biden quiere que la ‘semana de la infraestructura’ deje de ser un chiste y va a poner buena parte de su capital político en ello. El presidente de EE.UU. parece mucho más interesado en planes de gasto que impacten de forma beneficiosa al estadounidense medio y menos en asuntos más conflictivos, como la reforma migratoria o cambios en el acceso a las armas.

Biden tiene previsto presentar hoy su propuesta de infraestructuras , dentro de un plan de gasto faraónico, de alrededor de cuatro billones de dólares. Las infraestructuras son la primera parte del llamado ‘Build Back Better’ (‘Volver a construir mejor’, con aroma ‘trumpista’) y se desplazará a Pittsburgh (uno de los símbolos del pasado industrial glorioso del país y la segunda mayor ciudad de Pensilvania, un estado decisivo ) para su puesta de largo.

Su propuesta supondrá un gasto de más de dos billones de dólares en carreteras y puentes, inversiones en vivienda y energía limpia o financiación de residencias de ancianos. La segunda parte, que se anunciará en las próximas semanas, será un plan ambicioso de gasto social que afectará a cobertura médica, deducciones fiscales por hijos o bajas médicas y de maternidad. En total, alrededor de cuatro billones de dólares , que se suman a los 1,9 billones en el nuevo paquete de Covid que se aprobó el mes pasado.

El presidente pretende que el impuesto de sociedades pase del 21% al 25 o 28%, y que las multinacionales y los ricos paguen más

Aquel plan de estímulo contra los efectos de la pandemia se aprobó sin apoyos relevantes de los republicanos en el Congreso. Los demócratas cuentan con mayorías exiguas en la Cámara de Representantes y, sobre todo, en el Senado –empate a 50, que resuelve el voto decisivo de la vicepresidenta, Kamala Harris –, donde se necesita una mayoría de 60 de los 100 senadores para aprobar la mayoría de las propuestas legislativas. En este caso, los demócratas usaron una artimaña legislativa que permite aprobar el plan dentro de un proceso presupuestario llamado ‘reconciliación’.

Ahora Biden lo tendrá más difícil. La oposición de los republicanos, a pesar de que las inversiones en infraestructuras son populares entre su electorado, es un hecho. En primer lugar, porque miran con desconfianza los grandes planes de gasto. Y, sobre todo, porque la idea de Biden y de los demócratas es de financiarlo con una subida masiva de impuestos. La mayor, se calcula, desde 1942, en plena Segunda Guerra Mundial.

Joe Biden, en el Despacho Oval durante la firma de una ley Efe

Biden, bajo la presión de las corrientes izquierdistas de su partido, defendió en campaña una subida de impuestos a las rentas altas y a las grandes empresas. Entre sus planes está aumentar el impuesto de sociedades –su antecesor, Donald Trump , lo bajó al 21% en su reforma fiscal de 2017 y ahora busca subirlo a entre el 25% y el 28%–, conseguir que las multinacionales paguen más –el último año, solo un 8% de sus ganancias–, subir los impuestos a rentas mayores de 400.000 dólares y castigar a los estadounidenses que consiguen su patrimonio por herencia o inversión.

«Quiero cambiar el paradigma», dijo Biden el jueves pasado, en su primera rueda de prensa. «Quiero empezar a recompensar al trabajo, no solo la riqueza».

La oposición de los republicanos será frontal. «Mi consejo a esta Administración es: si quieres hacer un plan de infraestructuras, hagamos un plan de infraestructuras», dijo Mitch McConnell, el líder republicano en la cámara alta. «No convirtamos esto en un esfuerzo enorme para subir los impuestos a los individuos y a las empresas».

Biden ya ha decidido que obrará sin el apoyo de los republicanos, una intención que olvidó tan pronto como llegó a la Casa Blanca. «Mis colegas republicanos tienen que decidir si quieren o no que trabajemos juntos», dijo en la misma rueda de prensa. «Yo voy a seguir hacia adelante».

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