Tras dos décadas de silencio, el expresidente de Chad Hissène Habré escucha ya a sus víctimas

Testigos y expertos comienzan a desfilar en la causa abierta contra el dictador por crímenes de guerra y contra la humanidad

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Durante más de dos décadas silenció a sus víctimas, pero ahora no le queda más remedio que escucharlas. Testigos y expertos de la causa contra el expresidente de Chad Hissène Habré por crímenes de guerra y contra la humanidad han comenzado a desfilar este miércoles en la capital de Senegal, Dakar.

Que la dictadura de Habré rienda cuentas en el banquillo de los acusados ha sido posible, sobre todo, gracias a la cruzada abierta durante más de dos décadas por las víctimas de su régimen, quien gobernara con mano de hierro Chad durante el periodo entre 1982 y 1990. En estos años, los temidos servicios secretos se convirtieron en una cruenta herramienta utilizada por Habré contra los opositores políticos o miembros de etnias como los hadjarai.

Un infame periodo, donde la tortura y la muerte eran ley de vida, y que estima su número de asesinatos en más de 40.000 personas.

Sin embargo, el ascenso al poder de Idriss Déby en un golpe de Estado capitalizado en 1990 supondría un cambio de tornas, obligando finalmente al exilio dorado de Habré hacia Senegal. Comenzaba entonces un lento peregrinar en el desierto para las víctimas, que culminaría en 2012 con la creación en Dakar de una corte especial para juzgar el caso. Anteriormente, en 2006, la Unión Africana había pedido a la Justicia senegalesa la apertura de una causa contra Habré «en nombre de toda África».

Entre los analistas que han comparecido este miércoles en la causa contra Habré, se encuentra el historiador chadiano Arnaud Dingammadji. En su relato ante la Corte, el experto ha contextualizado una régimen apoyado durante años por Occidente.

A finales de julio, la falta de comparecencia de los abogados de Habré, quien no reconoce la autoridad de la Corte, obligaba al tribunal a designar tres letrados de oficio. Ahora, arrancada de nuevo la causa, son sus víctimas quienes luchan por ser escuchadas.

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