La ex mujer de Nisman, Sandra Arroyo, en una marcha en Buenos Aires
La ex mujer de Nisman, Sandra Arroyo, en una marcha en Buenos Aires - efe

Nuevos indicios en favor de la tesis del asesinato del fiscal argentino Nisman

Una prueba realizada con un maniquí apunta, según su familia, a que la pistola no la disparó él

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Ocho meses después de la muerte del fiscal Alberto Nisman siguen apareciendo nuevos indicios -pruebas para la familia- que ponen en duda la hipótesis del suicidio y vienen a inclinar más la balanza a la teoría del asesinato.

La última pericia sobre la pistola de la que salió la bala que atravesó la cabeza del fiscal, dejó como resultado restos de pólvora en la mano que presionó el gatillo. La de Nisman, estaba totalmente limpia.

Con esta novedad, Sandra Arroyo, la ex mujer del fiscal, salió de nuevo a denunciar que al padre de sus hijas, Iara y Kala, le asesinaron y “para sostener que esto fue un suicidio hay que decir que Nisman se disparó con guantes y después de los sacó”, ironizó.

No obstante, la fiscal Viviana Feinn, encargada de la investigación y muy cuestionada por la familia, insistió que la prueba “no es concluyente… No podemos decir ni que se suicidió ni que lo asesinaron”.

El arma, una Bersa calibre 22, se probó en el Centro de Investigaciones Fiscales de Salta, provincia fronteriza con Bolivia. El disparó se recreó en una escena similar a la del baño del apartamento de Nisman donde a mediados de enero apareció muerto. La mano que presionó el arma fue la de un maniquí que estaba cubierta con piel de cerdo, la más similar que hay a la del ser humano. Sobre este tejido se localizaron las muestras de pólvora mediante un barrido en tres tandas: una inmediata –según publica La Nación-, otra a las diez horas y la tercera 20 horas más tarde.

Polémica

El motivo de esta triple comprobación era verificar si con el transcurrir de las horas la pólvora desaparecía o no se registraban en el barrido electrónico de partículas. En los tres casos permanecieron.

Este escenario dio paso a diferentes especulaciones sobre las posibles causas de muerte del hombre que había imputado a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, por organizar una red de encubrimiento de los presuntos autores del atentado a la AMIA, institución israelí que saltó por los aires en 1994 y dejó un saldó de 86 muertos y decenas. de heridos.

Aunque se alzan voces de expertos que descalifican la prueba por no hacerse en el mismo lugar –realizada con resultado nulo en dos ocasiones anteriores- cobran fuerza hipótesis que advierten que alguien limpió la mano del fiscal o el disparó lo hizo otra persona y, en última instancia, no se descarta que las dos pericias anteriores, realizadas en dependencias de la Policía bonaerense y en un laboratorio de Gendarmería (fuerza especial), fueron defectuosas. El misterio, sobre esto y las causas de muerte de Alberto Nisman, continúa.

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