Cuchara de Palo cumple siete años afianzando su propuesta en Jerez

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Carlos lo tuvo fácil a la hora de ponerle nombre a su restaurante. De apellido es Herrero, así que en casa del herrero, ya se sabe: Cuchara de Palo. Hace ahora siete años que comenzó su andadura en la Avenida Álvaro Dómecq de Jerez, en un local anexo al Hotel NH, al cual no pertenece ya que es un negocio propio.

Y eso que Carlos llegó a la cocina casi de casualidad. Su camino, ni mucho menos, era la gastronomía. Dejó por dos veces estudios universitarios, Traducción y Turismo, a falta de pocas asignaturas para finalizar. Fue entonces cuando un familiar le animó a apuntarse en unos cursos de cocina para desempleados. “Antes de meterme en un hotel de recepcionista, preferí probar.

Y me encantó”, recuerda Carlos.

El kimuchi de vieiras es uno de los clásicos de Cuchara de Palo.

A pesar de que no había tenido contacto con la gastronomía hasta entonces, sí que conocía desde hacía años a alguien muy bien valorado en este mundo. Se trata de Ángel León: “le llamé para ver si podía hacer sesenta horas de prácticas con él, y al final estuve allí dos años. Entonces tenia una estrella en Puerto Escondido“. Allí coincidió también con Juanlu Fernández, de quien guarda también muy buen recuerdo. “Eran la pareja perfecta, el yin y el yan. Ángel es todo corazón, y Juanlu es exigencia alemana con cocina francesa. Para mí ha sido mi mejor maestro”.

El tartar de atún, uno de los cortes en crudo.

Siguiendo los consejos de Ángel, Carlos optó por foguearse y probar en otros tipos de cocina para seguir evolucionando como profesional. Tras varias experiencias, “conocí esto, que se llamaba Ajo Negro, gracias a un cuñado mío que fue quien hizo la obra, me avisó de que necesitaban un segundo de cocina, luego ascendí a jefe y entonces el dueño se cansó de esto y me preguntó si me lo quería quedar yo. Y me lo quedé junto con varios familiares. Mi primera caja fue el 10 de diciembre de 2014“.

Uno de los fuera de carta, alcachofa, foie y amontillado.

Ahora Carlos ya no tiene socios, solo a su mujer, Angie Zambrano, que también está en la sala del restaurante. “Yo venía muy influenciado de Aponiente, pero aquí había muchas cosas que no podía hacer de allí, y al principio me perdí un poco. Tuve un par de cartas muy asiáticas seguidas, pero decidí terminar con eso. Mantenemos los dos o tres platos icónicos de esa época porque no los podemos quitar, como son el kimuchi de vieira y la tempura de langostinos, además de ciertos cortes del atún como el sashimi, el tartar, el tataki…”.

La tempura de langostinos.

La carta actual tiene “un esqueleto mínimo”, como dice Carlos, pero cada día dispone de varias sugerencias. “Así me divierto también un poco, que es lo que me gusta. Hay días con nueve fueras de carta. Hemos tenido, entre otros, alcachofa, foie y amontillado, navajas al natural, judiones con almejas, portobello, yema y amontillado, cochinillo a baja temperatura o almejas al fino”. Los vinos de Jerez también tienen una importante presencia en su oferta.

Las croquetas, otra de las opciones en Cuchara de Palo.

En Cuchara de Palo se puede comer tanto con platos individuales como para compartir. Dispone de terraza y zona interior con un aforo cercano al centenar de personas. El teléfono de reservas es el 956 10 10 61 y el 610 13 41 12.

Ver los comentarios