Diego Guerrero se hará cargo del hotel y el restaurante, que se llamará Patio San Diego
Diego Guerrero se hará cargo del hotel y el restaurante, que se llamará Patio San Diego - Salva Moreno
Grazalema

Diego Guerrero vuelve a dar vida a Las Piedras, en Grazalema

Con el nombre de Patio San Diego, tiene la intención de abrir a finales del mes de junio en la localidad serrana

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El que fuera restaurante Las Piedras, en Grazalema, volverá a abrir, probablemente a finales de junio, con el nombre de Patio San Diego. Lo hará de la mano de Diego Guerrero, que ya tiene otros dos restaurantes: Mirador San Diego, en La Muela (Algodonales), y Balcón San Diego, en Olvera. Además, se hará cargo de la gestión de la hospedería, con 16 habitaciones, y que mantendrá su nombre de Las Piedras.

Diego afirma que «me ofrecieron la oportunidad de hacerme con el restaurante y era un tren que no podía dejar pasar. Yo, que soy arriesgado, me he subido a él, y vamos a trabajar con toda la ilusión del mundo para que salga bien».

Instalaciones

El restaurante Patio San Diego cuenta con una sala interior, con una docena de mesas, y una zona exterior con otras cinco o seis.

En su carta, avanza Diego, «habrá productos de la zona. Cabritos, buenos quesos de Grazalema, cordero, ternera… Pero también pescados como el atún. En resumen, producto de calidad para que el cliente se sienta como en casa y se vaya satisfecho».

Diego, en el Mirador San Diego, su restaurante en La Muela
Diego, en el Mirador San Diego, su restaurante en La Muela - Salva Moreno

No será hasta finales de junio, si todo va sobre lo previsto, cuando el Patio San Diego abra sus puertas con su carta. Pero Diego anuncia que abrirá durante días concretos para dar más opciones a quienes visitan Grazalema en jornadas festivas, como las próximas del toro.

Sobre Diego Guerrero

Diego Guerrero abrió el restaurante Mirador San Diego el 12 de julio de 2014. Nacido en Las Cabezas de San Juan, pero criado en Dos Hermanas, a los 19 años ya podía presumir de disponer de casa, coche y dinero para vivir de manera independiente, fruto de su trabajo. Jugaba al fútbol, y llegó a tener una empresa de construcción que daba empleo a casi un centenar de personas, pero la crisis de 2008 se lo llevó todo por delante. Diego, al que siempre le gustó la cocina, decidió entonces volver al pueblo de su familia, La Muela, pedanía de Algodonales, para darle un giro total a su vida profesional.

Pero para que todo haya salido bien, Diego tiene muy claro que ha sido primordial el apoyo de sus padres y de su pareja, Rocío Romero. «Ellos han estado a mi lado siempre, tanto en los buenos momentos como en los malos. Nada hubiera sido posible sin ellos», incluyendo, claro está, esta nueva aventura que ahora inicia en el Patio San Diego, en Grazalema.

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