Día de acción de gracias

Decir «gracias» nos hace más felices y mejora la salud

La gratitud está reconocida por la ciencia como una terapia o «una medicina», según María Fernández, autora de «El pequeño libro que hará grande tu vida»

Tu forma de hablar puede cambiar tu vida

Decir gracias es bueno para la salud y el estado de ánimo.

S. F.

El interés por las investigaciones en torno a la gratitud como terapia aumentan a medida que también lo hace el número de personas con depresión en los países occidentales. Por ejemplo, en España han crecido a razón de 18,4% en los últimos años y ya la sufren 2.408.700 es pañoles, según la Organización Mundial de la Salud. Los estudios demuestran que un acto tan simple como dar las gracias ayuda a alejar la depresión, reduce el estrés , mejora la salud y aporta mayores cotas de felicidad . En su libro «El pequeño libro que hará grande tu vida», la coach María Fernández recuerda la investigación de Robert A. Emmos, el mayor experto científico mundial en gratitud , que comprobó cómo 88% de pacientes hospitalizados con tendencias suicidas aumentaron sus cotas de optimismo en un 94 % tras escribir una carta de gratitud a sus seres queridos.

«Estos estudios demuestran que quienes practican el agradecimiento son más optimistas, más felices, sus relaciones sociales son más fuertes y presentan menos síntomas de enfermedad. Los índices de estrés bajan 23% aproximadamente al dar las gracias, disminuye la presión arterial y dormimos mejor», apunta la experta, que utiliza la recomendación de agradecer en sus terapias.

Con motivo de la celebración del Día de Acción de Gracias (el cuarto jueves de noviembre) la autora de «El pequeño libro que hará grande tu vida» recuerda que el ritual de gratitud «debe practicarse también en momentos en los que la cosa va mal para cambiar nuestra energía y aumentar nuestro ánimo predisposición y confianza a la hora de mejorar».

¿En qué consiste ese ritual de gratitud? «Se trata únicamente de cambiar los hábitos», explica la coach de desarrollo personal, que recomienda prácticas tan sencillas como mandar un mensaje, enviar una carta o invertir diez minutos al día en pensar por qué nos sentimos agradecidos con la vida o hacia algunas personas. También recuerda que otro de los efectos poderosos de la gratitud y es el hecho de que no es posible sentirse agradecido y desgraciado al mismo tiempo porque con cada emoción se generan en nuestro organismo químicas distintas.

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