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VÍDEO: El fenómeno «escape room». - ABC

El gran enigma de 60 minutos que fomenta vínculos familiares

Cobran vida historias como las de Agatha Christie o los videojuegos

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La búsqueda de planes diferentes para hacer en familia se acentúa en cuanto llegan unos días de vacaciones, como ocurre en la Navidad. Los padres quieren vivir experiencias nuevas con sus hijos que, además de ofrecer diversión para todos, fortalezcan el vínculo entre ellos.

Bajo esta premisa, las salas de juegos de escape como Fox in a Box proponen una actividad distinta apta para todos los públicos y basada en pruebas en las que toda la familia debe involucrarse al máximo. Un tipo de experiencias que refuerzan los lazos entre los jugadores, permitiendo, además, la creación de nuevos vínculos afectivos.

Los escape room proponen un juego para realizar en grupo, en un espacio cerrado donde cobran vida historias como las de Agatha Christie o los videojuegos de escape como Borderlands, con la particularidad de que tan solo se cuenta con 60 minutos para resolver el gran enigma que «salvará al mundo».

Aunque el grado de dificultad hace prácticamente imposible que los niños menores de 14 años puedan resolver las distintas pruebas y retos que se plantean sin la ayuda de un adulto, sí son una experiencia perfecta para vivir en familia, debido a que el proceso de resolución de los problemas requiere de las habilidades de unos y otros.

Por un lado, las nociones básicas de geografía o matemáticas de los adultos son fundamentales para afrontar la complejidad de las pruebas. Pero sin la creatividad y la espontaneidad de los niños, muchos grupos de jugadores no serían capaces de encontrar algunos objetos ni hacer deducciones sencillas, porque los adultos tienden a pasarlas por alto.

El juego es el pretexto perfecto

«Para fortalecer los lazos familiares es importarte compartir momentos juntos. El juego es el pretexto perfecto porque nos relaja, nos hace sentirnos libres, auténticos y espontáneos» —asegura la médico de familia Begoña Hortelano—. «Así, las experiencias vividas en las salas de escape como Fox in a Box favorecen la comunicación y cohesión entre los miembros de la familia, tanto con los más pequeños como con los que se encuentran en una etapa más complicada, como la pubertad o la adolescencia».

«Este tipo de juegos es ideal para reforzar las relaciones familiares. Favorecen la expresión de emociones, sentimientos y afecto» —prosigue—. «Desde el primer momento, todos deben concentrarse en resolver un enigma juntos».

«Fox in a Box, como sala de escape, está basada en la Teoría del Flow, que afirma que actividades como ésta favorecen la total implicación de las personas en la consecución de unos objetivos a través de la escucha activa y el trabajo en equipo», añade Sergio Abendívar, director de Fox in a Box Madrid.

Situado en el barrio de Chueca, este espacio cuenta en su interior con parte de la historia de Madrid. Los espacios subterráneos de esta sala de escape son conocidos por su historia, y más aún por sus leyendas, ya que han sido escenario de momentos históricos claves como el Motín de Esquilache o la Guerra Civil; y de historias sobrenaturales vinculadas a la cercana Casa de las Siete Chimeneas que resultan interesantes para padres e hijos.

En definitiva, dispone de un entorno inquietante perfecto para introducir al jugador en dos historias que, por qué no, podrían haber tenido lugar en esa parte del subsuelo de Madrid. De hecho, fue el descubrimiento de estas bóvedas lo que llevó a Sergio Abendívar, creador de la sala y un apasionado de estos juegos, a lanzar este proyecto en España después de descubrirlo en Estocolmo.

Al detalle

El punto de partida sigue siendo el mismo de un escape room tradicional: un complicado enigma por resolver y diferentes herramientas repartidas por la habitación que deberán ser utilizadas por los jugadores para descifrar el enigma; el tiempo para resolverlo, y poder salir del espacio, no puede superar los 60 minutos.

Aunque supone una evolución hacia la versión 2.0., aquí se da mayor importancia a la ambientación y capacidad de sumergir al jugador dentro de la historia. Para conseguirlo han incluido complejos mecanismos que contribuyen en la ambientación de las salas, para crear dos ficciones contemporáneas muy bien hiladas y un entorno completamente genuino: las históricas bóvedas subterráneas de la calle Infantas.

Cuenta con dos salas en las que se organizan dos juegos completamente diferentes entre sí. Por un lado está ‘El Laboratorio’, una reproducción de un laboratorio científico underground donde se esconde la fórmula para erradicar un peligroso virus mutante que convierte en zombies a la población de medio continente.

La otra opción, ‘El Búnker’, recrea un búnker de la Guerra fría en el que los players entran con la misión de evitar que estalle la Tercera Guerra Mundial. Cada sala acoge un máximo de 6 jugadores y son totalmente distintas, no coinciden ni en herramientas ni en pistas.

Los dos juegos tienen el mismo grado de dificultad, están hechos para que tanto jugadores experimentados como novatos puedan llegar a solucionarlos antes de que finalice el tiempo límite, y no mucho antes.

Máxima implicación

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Para que logren meterse definitivamente en el papel, han de entrar en el escape room caracterizados según la temática que vayan a desarrollar (científicos médicos o militares). En este aspecto es fundamental el papel de los game masters, un equipo de profesionales apasionados de estos juegos que no sólo guían al jugador durante el desarrollo aportando pistas —si el jugador así lo pide— o sacándole de algún atasco, sino que tienen la habilidad de introducirle en la historia y hacerle partícipe de ella a través de la interpretación de un personaje al comienzo de la historia.

Por último, aporta un grado más de complicación a la mecánica de los juegos convencionales porque, aunque siguen siendo juegos lineales —lo que supone que no es posible saltarse ningún paso, una pista lleva consecutivamente a la siguiente—, los objetos encontrados son de un sólo uso, aunque no tienen que ser útiles en el mismo momento que se descubren, sino que los jugadores deben descubrir también cuando deben utilizarlos. Esto eleva el nivel de concentración y alerta del juego, que gana en tensión y, por supuesto, en dinamismo.

Más información

Lugar: C/ Infantas, 25, Madrid

Reservas: vía web y por teléfono 691 666 715

Precio medio: grupos de 2 y 3 personas, 55€.

4 personas, 65€.

5 personas, 75€.

6 personas, 90€.

De martes a jueves, 10% de descuento en la entrada por la mañana.

Horario: abre todos los días, pero es imprescindible reserva

— Lunes de 16:15 a 23:15 (a esa hora comienza el último juego)

— Martes, jueves y viernes de 11 a 23:15

— Miércoles de 11 a 21:30

— Sábados de 9:15 a 23:15

— Domingos de 9:15 a 21:30

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