Conversaciones de mayores

Urge dar sentido al vacío existencial de la vejez

Los mayores hoy no son como los de hace 50 años. Necesitan afrontar su última etapa vital con actividades que doten de mayor significado a su vida, sin embargo la sociedad parece no estar preparada para dar una respuesta adecuada

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Laura Peraita

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«No valgo para nada». Este fue el primer pensamiento de Mari Luz Ovejero, de 70 años, al jubilarse después de estar toda una vida trabajando. Se sentía perdida ante la inmensidad de una nueva etapa vital en la que disponía de su tiempo con total libertad. Confiesa que su marido e hijo fueron en aquellos duros momentos su mejor apoyo y gracias a ellos, y a su propio tesón e inconformismo, decidió dar el paso de acabar con aquel vacío existencial. Rompió con su zona de confort y se acercó a un centro de mayores en el que finalmente se apuntó a un curso de informática. Nunca antes había tocado un ordenador.

« Decidí dejar la vergüenza de sentirme inferior por mi desconocimiento y poco a poco fui aprendiendo a manejarme con aquel teclado y pantalla», hasta el punto de que hoy es vocal de la Asociación de Voluntarios de Informática del Centro de mayores de Toledo (Avicemcam).

El caso de Mari Luz es un ejemplo de éxito. Hoy se siente feliz de poder enseñar nuevas tecnologías a otras personas y, sobre todo, por tener cada día un motivo para levantarse de la cama . Sin embargo, hay muchas personas mayores que, por el contrario, al llegar a esta etapa vital se sienten ancladas por no saber dar un nuevo rumbo a su vida.

Mari Luz ha encontrado en la informática un refugio que da sentido a su vida

Y es que hoy los mayores no se parecen a los de hace 50 años, tienen otra inquietud, otra mirada y objetivos. Al menos así quedó patente en el debate Conversaciones de Mayores, organizado por ABC y Fundación 'la Caixa' , y celebrado bajo el título ‘El valor del compromiso y la implicación personal en la vejez ’. Según explicó María Márquez-González, psicóloga, investigadora y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, la edad de jubilación «suele llegar en el mejor momento de la vida productiva de las personas, con mucho que aportar aún, pero de repente se encuentran en ante un vacío al que hace falta llenar de sentido y significado. Es necesario dotarles de recursos porque los mayores disponen hoy de mejores condiciones físicas y mentales y requieren una nueva orientación que les aporte ese sentido a la vida que todo el mundo necesita percibir».

La psicóloga María Márquez-González explica que hace falta llenar de sentido el final de la vida

Como investigadora, esta psicóloga señaló durante el encuentro online, que diversos estudios han advertido de la necesidad de repensar las actividades que se ofrecen a los mayores porque no ven identificados en ellas sus verdaderos intereses. «Es imprescindible realizar una constante revisión de sus demandas en cuanto a la oferta de contenidos, formatos, organismos que diseñan cursos o actividades. La clave está en darles voz y que sean ellos quienes expongan qué quieren hacer y cómo. Es necesario reflexionar e innovar. Su actividad no debe limitarse solo a los centros de mayores porque están llamados a participar en todos los escenarios sociales para que se sientan integrados con el resto de población, independientemente de su edad».

Para Antonio Lima, profesor jubilado de 68 años, lo importante a estas edades es tener proyectos para ganar ilusión y ganas de vivir . Él no se quiso quedarse de brazos cruzados viendo pasar la vida y decidió hacerse voluntario de la Asociación de Voluntarios Informáticos de Mayores de Extremadura (Avimex). Además, imparte clases en un centro penitenciario sobre el control de impulsos, el valor del esfuerzo, la escucha activa..., labor que combina con su trabajo en la asociación de la donación de la médula ósea para niños con leucemia. «El caso es no parar. Todo lo que hago me proporciona ilusión, optimismo, autoestima. Llevar este ritmo de vida hace que me sienta mucho mejor en el aspecto físico, emocional y cognitivo porque comprometerse con los demás es muy gratificante».

Para Antonio realizar actividades cada día le hace sentir mejor física y emocionalmente

Sin embargo, este docente jubilado reconoció que hay personas que afrontan la vejez con menor energía. «Deben pensar que la vida es un desafío constante . Es cierto que la salud no es la misma, que ya no hay un escenario laboral donde desarrollarse, que se sufren pérdidas afectivas... La clave es adaptarse a estos cambios para dejar de pensar que ya no me merece la pena nada. La vida sigue cada día, y es verdad que el pasado es importante, pero hay que dar importancia a los proyectos de futuro. Lo esencial es la actitud, que se puede construir mediante el aprendizaje diario , la autoconfianza y a través de un ejercicio de instrospección para saber cuáles son mis deseos, qué es lo que me mueve en la vida o retomando aquello que aparté en mi juventud y ahora tengo oportunidad de recuperar para dar a mi vida mayor sentido».

Por todo ello, María Márquez-González insistió en la necesidad de romper estereotipos sobre la vejez e invitó a la sociedad en general y a las instituciones políticas, administrativas y empresariales a acompañar a las personas y hacer más sencilla la transición en su última etapa vital. « La vida debe servir hasta el final con la posibilidad de estar enganchados a proyectos e ilusiones porque el compromiso genera sensación de pertenencia al grupo, de integración y utilidad», concluyó.

Cambiar en rumbo en la última etapa

Durante el encuentro se enumeraron algunas propuestas para dotar mayor significado, valor y compromiso en la vejez:

–Celebrar más mesas de debate y análisis con las personas implicadas: los mayores. De esta forma se conocerán de primera mano sus demandas.

–Repensar y flexibilizar las políticas de jubilación y permitir que el fin de la vida laboral sea más permisivo y disfrutado; es decir, que se plantee una transición más suave desde el punto de vista psicológico para afrontar de manera más positiva la desvinculación de todo lo que supone el mundo profesional.

–Cambiar el formato de las instituciones de atención al envejecimiento porque hace que la población mayor se sienta excluida por su edad. Actualmente se está investigando la eficacia de los centros intergeneracionales en los que conviven una escuela infantil y un Centro de Día para facilitar el contacto e integración de las diversas etapas vitales.

–Nuevos diseños arquitectónicos de espacios urbanos que faciliten el vínculo colectivos de jóvenes, personas de mediana edad y mayores.

–Eliminar estereotipos del pasado sobre el envejecimiento y que suponen un gran obstáculoal interiorizar pensamientos como «yo ya no puedo», «no sirvo para nada»...

–Creación de gabinetes de orientación para asesorar a quienes no sepan qué hacer o dónde acudir para encontrar un abanico de posibilidades que dé sentido a su vida.

—Que el colectivo de mayores se una y sea más reivindicativo para lograr una mejor política social.

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