Roberto Verino triunfa con su lujo atemporal

Antes del desfile Roberto Verino dice riendo que quiere seguir trabajando hasta los 97 años y, después, tomarse un baño sabático para pensar en lo próximo que quiere hacer. Lleva 33 años en el mundo de la moda y no ha perdido ni un ápice de pasión por lo que hace ni de ganas de seguir vistiendo a la mujer. Su filosofía, siempre clara: que no gaste en ropa, sino que invierta en ella. [El desfile de Roberto Verino, en imágenes]

Verino quiere que su mujer, aquella que confía en él para vestirse, tenga un fondo de armario «bueno». Siempre lo dice, es su defensa: no quiere mujeres esclavas de la moda, sino que tengan piezas atemporales, que las rescate y las reinvente una y otra vez.

Como él hace con su estilo y colecciones, que en esta ocasión toman la cosmopolita Londres como punto de referencia precisamente por eso, por ser una ciudad experta en combinar su pasado y lo más actual.

De ahí que los diseños beban de la tradicional para de gallo, de los cuadros tan londinenses y de las tan básicas gabardinas tan de la city. Verino ha jugado además con las piezas que «engañan», dándoles más exclusividad. Vestidos que brillan con espectaculares paillettes y que esconden monos bajo aspectos de smoking, abrigos y cazadoras reversibles, abrigos convertibles en capas o vestidos de corte midi clásicos y siempre elegantes.

Los complementos, de la firma Roberto Verino, con la buena noticia que además el diseñador adelanta antes del desfile: sus zapatos ahora también se venderán en zapaterías y no sólo en sus tiendas.

Verino vuelve a bordarlo una vez más y consigue robar en varias ocasiones el aplauso de los asistentes, entre los que se encontraba el presidente del Atletico de Madrid, Enrique Cerezo, o las periodistas Luján Argüelles y Mila Ximenez.