Julian y Joaquín Castro
Julian y Joaquín Castro - Cordon

El sueño americano de los otros hermanos Castro

Julián podría optar a la vicepresidencia con Clinton, mientras que Joaquín es representante del Congreso. Eva Longoria ha recreado en una teleserie su historia

Corresponsal en Washington Actualizado: Guardar
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Con Donald Trump a un paso de competir por la presidencia de Estados Unidos, aupado por un movimiento que ya empieza a denominarse nacionalismo blanco, no corren los mejores tiempos para los 50 millones de hispanos que batallan en el país de la inmigración. Pero no va a tener fácil el magnate desplazar a muchos de los que ya se han ganado un hueco en el competitivo mundo de la política norteamericana. Y quién sabe si alguno de ellos termina haciendo realidad el segundo gran sueño racial en Estados Unidos: tras el primer presidente afroamericano de la historia, el primer hispano. Entre quienes apuntan en esa dirección, sobresalen los hermanos Castro. Nada que ver con los dictadores cubanos.

De ascendencia mexicana y nacidos en Texas, la brillante trayectoria de estos jóvenes gemelos h a llevado a Julián a ocupar la Secretaría de Vivienda y Desarrollo Urbano con el presidente Obama. Y a Joaquín, al Congreso de los Estados Unidos, elegido representante por su estado de origen. Aunque él aseguraba el miércoles que no ha oído nada y que «eso no se va a producir», el primero de ellos suena como posible vicepresidente de Hillary Clinton, como parte de un ticket electoral que reforzaría a la ex secretaria de Estado ante uno de los grupos decisivos en los comicios

Julián y Joaquín Castro (San Antonio, Texas, 1974) no pueden ejemplificar mejor el sueño americano. Nacieron un 16 de septiembre, día de la independencia de México, como si su madre, activista del movimiento chicano en los años 60 y 70, reivindicara también así su lucha por los derechos de los inmigrantes. Rosie Castro encabeza un relato de tintes heroicos. Su madre, huérfana, llegó a Estados Unidos con 7 años. Se ganó la vida como asistente doméstica, y tuvo que aprender sola a escribir español e inglés. En una de las barriadas de San Antonio, Rosie logró formarse en colegios católicos, de gran influencia para ella, y graduarse en la Universidad de Texas. La madre de los Castro hizo de los derechos civiles su vida, vinculada a los jóvenes demócratas. Pese a las dificultades de una madre sola, que nunca llegó a casarse con el padre de sus hijos, Rosie logró que Julián y Joaquín accedieran a estudios en universidades modélicas, emprendiendo un camino tan parejo como en otros muchos episodios de su vida: licenciados en Stanford y doctorados en Harvard, ambos han llegado a ejercer como abogados. Rosie quería que sus hijos entraran en política.

A su manera

Julián pronto se lo agradeció a su manera. Elegido con sólo 35 años el alcalde más joven de la historia de San Antonio, la séptima ciudad más poblada de Estados Unidos, fue el inopinado trampolín para su fulgurante carrera. De cara aún aniñada y con el particular aspecto racial que mezcla orígenes hispanos e indio-americanos, en un encuentro con alcaldes en 2009, el presidente Obama lo confundió con un empleado de la Casa Blanca, y espetó: «Pensé que pertenecía a nuestro staff. ¿Y este tipo es un alcalde?». Paradojas de la vida, cinco años después recurriría a él para integrarlo en su Administración.

Ni la televisión se resistió a esta historia de éxito, cuando la cadena ABC compró a Eva Longoria «Pareja de ases», una serie que recrea la vida de los hermanos Castro y de su madre. Producida por la célebre actriz, amiga de la pareja y también texana y de ascendencia mexicana, la ficción quiso ponerse a la altura de una realidad imparable. Para entonces, Joaquín ya había sido elegido representante en el Congreso, lo que convertiría a Washington en el siguiente punto de encuentro de dos hermanos inseparables.

El paralelismo ya venía de atrás. Su estrecho lazo llevó a los hermanos a coincidencias insólitas, como que durante sus estudios tuvieran sendas novias casi con el mismo nombre y apellido: Verónica González y Verónica Gonzales. Hoy, su renovada vida sentimental ha traído a ambos un matrimonio y una hija. Julián está casado desde 2007 con Erica Lira, maestra de educación básica, con la que tiene una hija de seis años y un hijo de uno. Joaquín contrajo matrimonio en 2013 con Anna Flores, empleada de una compañía tecnológica en San Antonio.

Rosie Castro reconoce que sus hijos nunca han dejado de tener ese mundo particular y «poco penetrable» que comparten los hermanos gemelos. Pero hay diferencias que, aunque sean menos apreciables hacia el exterior, para su experta madre resultan meridianas: Julián habla con más suavidad y voz más profunda, mientras que la cara de Joaquín es algo más gruesa.

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