Princesa Sirivannavari Nariratana
Princesa Sirivannavari Nariratana - Eliot Press

Siri, una princesa tailandesa al asalto de la moda global

La firma de Sirivannavari Nariratana desembarca el 18 de mayo en La Rinascente, el corazón fashion de Milán

Madrid Actualizado: Guardar
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Sirivannavari es una de las dos hijas del Príncipe Heredero de Tailandia, Maha Vajiralongkorn (además de las dos jóvenes, tiene otros cinco vástagos, en este caso varones). Aunque en su país es ilegal abordar públicamente la sucesión, la sombra de la duda planea cuando se trata la eventual desaparición del respetado Rey Bhumibol. Su hijo Maha Vajiralongkorn estuvo casado con la princesa Srirasmi, madre de Sirivannavari. Y aunque este Príncipe es el sucesor oficial de Bhumibol, los escándalos y corruptelas que ha protagonizado le han supuesto el rechazo de la opinión pública, que a menudo prefiere a su hermana, Maha Chakri Sirindhorn. Sin embargo, la ley local no permite que las mujeres suban al trono.

La princesa Sirivannavari Nariratana

ha vivido en varios países de Europa. Nacida en enero del 1987, y nieta del Rey Bhumibol Adulyadej, la revista «Forbes» la clasifica entre las veinte jóvenes royals con más atractivo personal. Estudió en el colegio Chitralada School de Tailandia y completó su formación en la Universidad de Chulalongkorn, pero se ha convertido en un personaje muy occidental dentro de la corte tailandesa.

Aunque sus padres están ya divorciados y su madre ha sido acusada de participar en negocios ilegales, Sirivannavari ha sabido aprovechar las conexiones familiares para sus intereses profesionales. Tras formarse en la escuela de la Cámara Sindical de la Moda de París, Sirivannavari se ha convertido en una frecuente invitada a los desfiles de moda más renombrados de la Ciudad de la Luz. Chanel, Lanvin y Dior están entre sus apariciones habituales. Es una extraordinaria clienta que no duda en arramplar con los más sofisticados modelos y accesorios. La princesa «Siri» es, a sus 29 años, la fan número uno de la marca Balmain, con sus hombreras y detalles algo exagerados. De corta estatura, viste normalmente en blanco o en negro, aunque no deja atrás los detalles metalizados.

Bádminton

Sirivannavari representó a Tailandia en los Juegos del Sudeste Asiático de Filipinas en 2005, en la especialidad de bádminton, consiguiendo una medalla de oro. Un par de años después comenzó a ser invitada a los eventos sociales de medio mundo. Y ha acabado presentando su propia marca, con diseños inspirados en la moda tradicional tailandesa, con un giro europeo, colores y tejidos actuales y un apresto que los hace fáciles de planchar.

La marca Sirivannavari Nariratana empezó a tomar forma cuando lo que inicialmente parecía una tontería de niña consentida se convirtió en una profesión rentable. Ha desfilado en la Semana de la Moda de Bangkok e incluso en la de París. Contando con los recursos familiares, Sirivannavari ha comenzado su ruta hacia el éxito comercial. Abrió tienda en su país natal, en el Centro Comercial Paragon de Bangkok, uno de los más importantes del mundo, donde comparte pasillo con las mejores marcas de moda internacionales.

A la conquista del mundo

Pero Sirivannavari desea ahora conquistar el mundo. No se conforma con Tailandia. Ni siquiera con Asia. Ya que nunca podrá reinar en su país por ser mujer, ha decidido reinar en la moda global. El espacio pop-up -que quiere decir «de apertura temporal»- que abrirá en La Rinascente de Milán la próxima semana se sitúa en el corazón de la moda italiana y del turismo milanés. La tienda abrirá el 18 de mayo y permanecerá operativa hasta el 14 de junio. Se trata de una prueba comercial para la marca de la princesa tailandesa, así como de una notable estrategia de promoción para dar que hablar y remover las redes sociales.

En el establecimiento provisional de la princesa Siri se presentará la colección «Parisienne», su nueva apuesta, inspirada en los detalles esculturales y arquitectónicos del palacio de Versalles. El vestido tulipán o la colección con flores tridimensionales estarán disponibles ante el ojo curioso de los clientes de La Rinascente. Esta primera incursión en el mercado italiano refleja el interés de la princesa por pasar más tiempo en Europa: a sus frecuentes visitas a Londres y sus estancias en París les añade un tercer «reino», la capital del antiguo Milanesado. Allí podrá disfrutar de las mieles del éxito y, a la vez, de la privacidad del anonimato de una extranjera asiática.

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