Marta Milans: «Tomé un café con Weinstein, le prometí que le enviaría un queso y me marché»

Durante su periplo en Hollywood, la actriz se topó con el defenestrado productor juzgado por abusos sexuales

Marta Milans posa para ABC en una cafetería de Pozuelo de Alarcón (Madrid) DE SAN BERNARDO
Ana Mellado

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De la quietud y el reposo de Aravaca a la vibrante y caótica Los Ángeles. Un largo viaje de ida para dar forma a un sueño artístico que doblega a muchos en el camino. Cuando la actriz Marta Milans (Madrid, 1982) mira hacia atrás, un escalofrío le recorre el cuerpo . «La incertidumbre de esta profesión es lo más complicado. Elegí estar fuera de mi país y de mi familia. Los Ángeles es una ciudad desangelada, muy claustrofóbica, todo el mundo se dedica a lo mismo. En las calles se habla de castings, de guiones y papeles. Si no estás trabajando es duro. Ves el póster de la serie para la que te presentaste y no te cogieron, la película que casi me sale pero no, vas al cine y te sabes los diálogos porque hiciste la prueba...», declara a ABC. Marta habla por los codos, derrocha energía y recrea sus vivencias como si estuviera en un set de rodaje y no en una cafetería de Pozuelo.

La actriz saborea una buena racha de trabajo. La hemos visto interpretando a la incorregible Katia en «El Embarcadero» o a la tierna madre de siete niños huérfanos en el taquillazo de superhéroes «Shazam». Y tiene en el cajón mucho por estrenar. « Terminé en noviembre de rodar “White Lines”, la serie que Álex Pina empezó a producir tras “El Embarcadero” y “La Casa de Papel”. Después Mateo Gil me dio un papel para “Los favoritos de Midas”. con Luis Tosar, uno de los mejores actores de este país. Me ha impuesto más rodar con él, con esa voz y esa mirada, que con Robert de Niro. Estoy ahora grabando otro proyecto en España que no te puedo desvelar y en unas semanas me vuelvo a Los Ángeles, que mis representantes ya me reclaman. Vamos a hacer la secuela de “Shazam”».

Marta Milans DE SAN BERNARDO

Marta conoce bien la trastienda de Hollywood. Cómo se mueven los hilos del poder, escenas no tan idílicas como las de las comedias románticas que exportan. Personajes no tan dignos de una industria dorada. « Conocí a Harvey Weinstein en 2012 en un festival de cine italiano. Yo había oído que era un guarro, un bully, pero en aquel momento nada del tema de violaciones. Se acercó, me miró de arriba a abajo y me preguntó si era actriz. Y dije bromeando “no, no... yo soy ingeniero civil”. Me dijo ‘‘los ingenieros civil no son como tú’’. Y le pregunté ‘‘¿a cuántos conoces tú?’’... Mi amiga me dijo ‘‘¿tú sabes quién es?’’».

Al día siguiente, el productor acusado de abusos sexuales la llamó por teléfono invitándola a cenar. Ella solo le ofreció un café. «Como yo sé cuáles son mis valores y el camino que estoy dispuesta a llevar, no había dudas. Tomamos café en Beverly Hills. Solo quería saber cómo triunfó. Me dijo; ¿sabes qué, spaniard?, te voy a dar un consejo. En el momento en que ganes un poco de dinero compra derechos de historias porque un día Hollywood tendrá hambre de material y si tú eres el propietario de la historia tú mandas. Le di las gracias por el consejo, le prometí que le enviaría un queso de mi familia y me marché».

Marta Milans, con su familia, en la finca de queso ecológico Santa Gadea (Burgos) ABC

Su padre, Alfonso Pérez Andújar, posee una extensa finca , bautizada como Santa Gadea, en Rioseco (Burgos), donde se produce queso ecológico. «Es un proyecto de sostenibilidad. Hemos reforestado un montón de hectáreas. A los cinco años había mariposas por todos lados, es una señal de que la naturaleza está balanceada».

Según la actriz, comportamientos como el de Weinstein han hecho mucho daño a la mujer en la industria. «Las violaciones y abusos se tienen que castigar, pero se está exagerando mucho con el movimiento ‘Me Too , se está haciendo más daño a las mujeres de lo que creemos porque los productores ahora para contratar a una mujer tienen que tener un testigo para que no les acusen, se está creando una paranoia que es contraproducente para nosotras. Te hacen sentir como una víctima por ser mujer, todo el mundo se ofende por todo. Estamos creando una nación de pusilánimes. Tenemos boca y dos manos ».

Marta acaba de comprarse una casa en Malibú. Los domingos acostumbra a salir a tomar un café bajo el sol. Ha encontrado un reducto de paz y equilibrio en la ciudad de los sueños y los sinsabores.

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