La casa de la playa que le ha costado a Màxim Huerta el puesto de ministro

El polémico apartamento del periodista, situado en una urbanización de la Costa Blanca, no llega a los 80 metros cuadrados

Màxim Huerta con su madre, en Alfaz del Pi en 2013 GTRES | Vídeo: Màxim Huerta le pasa la cartera al nuevo ministro de Cultura y Deportes

ABC

Màxim Huerta será recordado por ser el ministro más breve de la historia de la democracia . Su designación como parte del nuevo equipo de Pedro Sánchez , ocupando la cartera de Cultura y Deportes, no estuvo exenta de habladurías por su escasa experiencia en gestión pública y su rápida salida, menos. Tampoco sus seis días a cargo del Ministerio.

El escrutinio político al que están sometidos a esos niveles destapó su problema con Hacienda, lo que obligó al que fuera colaborador acérrimo de Ana Rosa Quintana a presentar su dimisión este miércoles, no sin antes asegurar que era inocente y tachar de «jauría» a sus propios compañeros de profesión.

La renuncia llegó después de que se saltase a la palestra que defraudó a Hacienda 218.322 euros (un hecho que no se le ocurrió comentar a su presidente) a través de una sociedad que creó en 2006 y de la que cobró tres años. Lo que le delató ante el Fisco curiosamente fue una casa en la playa que posee en la Costa Blanca , que adquirió en 2006.

El azul juega a colarse entre las fachadas blancas. 💙💭 #Altea

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El apartamento, situado en la urbanización de Alfaz del Pi, no destaca precisamente por su amplitud, sino más bien por ser modesto. No llega a los 80 metros cuadrados . Consta de dos dormitorios, dos baños, una cocina y terraza con vistas al mar. Eso sí, el enclave es perfecto y cumple con todos los requisitos del periodista, ya que es un apasionado de los océanos, y próximo a Altea, uno de sus lugares predilectos.

Pueblo blanco, costa blanca, polo blanco. ⚪️🔲⬜️ #Altea

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«Muchas veces me preguntan dónde me escondo cuando no estoy en Madrid y la bahía de Altea es mi lugar. Mi paisaje es ese arco maravilloso que forma el camino del faro del Albir hasta las rocas de Mascarat. Toda esa bahía llena de azules. Te invito a conocerlo, a quedarte en cualquiera de sus hoteles de la Costa Blanca, a pasear por sus calles empedradas y encaladas como en los cuentos y a comer en restaurantes con vistas y comidas soberbias: El Negre, l’Oustau, la Capella o L’Obrador. Hay mil planes y ofertas en la Costa Blanca y todas merecen la pena», confesaba en su blog.

Su Instagram da buena cuenta de los muchos momentos que pasa en su rincón favorito, contemplando el mar que tanto le relaja en los malos momentos. Puede que en ella se refugie de nuevo tras la dimisión.

Paseo hacia el faro. (Insertar emoji)

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