Los Ángeles revive el sueño olímpico

Cambiante y efervescente, esta ciudad que durante años ha sentido la condescendencia de Nueva York, ahora disfruta de «su momento» como punto de convergencia del arte y la cultura de Estados Unidos. La guinda del suculento pastel californiano ha llegado en forma de candidatura oficial para albergar los Juegos Olímpicos de 2024.

La cuna de Hollywood ya fue escenario en dos ocasiones (1932 y 1984) de la mayor cita deportiva. De hecho, la arteria Olympic Blvd., que se extiende desde la costa del Pacífico hasta el centro de la urbe, es un homenaje a sus primeros Juegos. «Creemos en la visión de Los Ángeles. Creemos en esta ciudad para producir un nuevo estilo de Juegos Olímpicos», ha dicho el alcalde, Eric Garcetti al anunciar la candidatura.

La apuesta es arriesgada y así lo ha reconocido Garcetti cuando asegura que la urbe no se pondrá a disposición del Comité Olímpico Internacional. «No vamos a cambiar la cara, tenemos una visión de nuestra ciudad que ofrecemos a los Juegos». Empieza ahora un difícil camino de dos años, en los que rivalizará con Roma y París. «Estamos listos para competir», dice el regidor.

En el paraíso arquitectónico de hormigón que conforman las carreteras de Los Ángeles palpitan diariamente diez millones de almas bajo el sol californiano. Una ciudad que, como bien nos explicó el director y escritor alemán Werner Herzog, ofrece sueños hechos a medida. «Lo que ocurre en Los Ángeles es que cada uno puede permitirse vivir su propio estilo de vida. Si conduces a través de sus colinas puedes ver un castillo de estilo moruno junto a un chalet suizo o una casa con forma de platillo volante. Hay una energía creativa que no sólo se enfoca en el negocio del cine, sino que se convierte en la pura evocación del arte. Florencia y Venecia son bellas en la superficie, pero son ciudades-museo, mientras que L.A. tiene sustancia, es cruda, tosca, incluso extraña. Allí donde mires hay una inmensidad profunda».

El renacimiento artístico de Los Ángeles comienza con su burguesía y con la aceptación de una legión de jóvenes artistas dispuestos a innovar. Del downtown a Venice Beach, de Los Feliz hasta el Valle de San Fernando, L.A. inventa conceptos, modas y nuevas esencias gastronómicas.

Christine Y. Kim forma parte del equipo de comisarios de arte contemporáneo del Museo del Condado de Los Ángeles (Lacma). Antes trabajaba para el museo Harlem de Nueva York. «Sería injusto decir que hay un renacer cultural, porque Los Ángeles, desde los 60, ha vivido la escena artística con intensidad. Yo diría que la cultura del oeste se expresa a través del espacio de los objetos, mientras que en el este se concentra en el objeto».

Otros factores que han contribuido a la concentración de artistas en la costa californiana es la agresiva inversión de los museos, el elevado coste de vida en Nueva York y los nuevos espacios itinerantes, como The Mistake de Cesar García.

Con su logo y su hastag #LA24 en marcha, la ciudad prepara 4.000 millones de dólares de inversión con la ayuda de cientos de patrocinadores y el dinero de los contribuyentes. Pero muchos cuestionan la carrera hacia 2024 ante la persistente sequía o el colapso que este verano ha sufrido su aeropuerto.