Dolores Aveiro, madre de Cristiano Ronaldo
Dolores Aveiro, madre de Cristiano Ronaldo - gtres

La madre de Cristiano Ronaldo: «Mi hijo no está triste»

Ese mismo día, el pequeño Nicolás se coló en la presentación del libro «La clave Mendes», a la que asistía el clan Aveiro

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Una carcajada general recibió a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el «pequeño Nicolás», ayer por la tarde cuando apareció en uno de los salones del hotel Palace de Madrid, que en ese momento se estaba llenando de periodistas y gente relacionada con el mundo del fútbol. Minutos antes de que comenzara la presentación del libro «La clave Mendes», el controvertido personaje allí se plantó ante la sorpresa general. El acto estaba destinado a reunir la flor y nata del madridismo, dado que el libro de Miguel Cuesta y Jonathan Sánchez se centra en la figura del agente de Cristiano Ronaldo. Pero ahí estaba el «pequeño Nicolás», para robarle el plano al mismísimo CR7 en su primer acto público (fuera del terreno de juego) tras confirmarse la ruptura con Irina Shayk.

Con esa sonrisa que parece haberse quedada petrificada en el rostro y desfilando por un pasillo haciendo que buscaba a alguien, «little Keennedy», como le gusta que le llamen, se convirtió en carne de selfie de quienes esperaban la llegada de los auténticos protagonistas al evento. Nicolás sonreía y se dejaba retratar, al tiempo que contestaba algunas preguntas insustanciales. Incluso, se compró el libro que vendían en la puerta por 21 euros y cuyo prólogo firma Cristiano Ronaldo. Fue la anécdota, la coña marinera que dirían algunos: tal y como llegó, desapareció del lugar para quedarse en el bar del hotel con un amigo. Quién sabe si con la idea de hacerse un hueco y entablar conversación con Ronaldo, James o Nuno Espírito Santo, con los que no intercambió ni una palabra.

Poder de convocatoria

Anécdota aparte, lo cierto es que el considerado mejor agente de fútbol del mundo, Jorge Mendes, demostró el poder de convocatoria al reunir en un mismo acto a los presidentes del Real Madrid y Atlético de Madrid, Florentino Pérez y Enrique Cerezo, respectivamente, así como a grandes del balompié como son el propio Ronaldo, James, Tiago, Nuno…

La presencia del delantero blanco hizo que todos buscáramos una frase sobre su final con la bella Irina. Pero no hubo manera. A Ronaldo le acompaña personal especializado en alejar los micrófonos. Menos mal que cerca estaban su madre y su hijo, un niño monísimo que hasta en el vestir se parece a su progenitor. Fue Dolores Aveiro quien, a la pregunta de si Cristiano estaba triste, contestó: «No está nada triste»; a lo que añadió, al oír el nombre de Irina, que «nunca he hablado de la vida de mi hijo y ahora tampoco lo haré».

Con el pequeño Cris a su lado y pendiente de todo lo que pasaba en el escenario, el secreto de Ronaldo sigue bien guardado. Eso no quita para que, como dice Mendes en el libro, «lo imposible es pensar que es imposible», creamos que algún día se puedan conocer las causas que hay tras el final de uno de los noviazgos más mediáticos de los últimos años y que a todos nos dejó con cara de pasmo.

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