La ternera gallega, estrella en el restaurante de Londres que tardó un mes en dar de comer a Cameron

Las modas van y vienen y súbitamente un pequeño restaurante de Londres de solo seis mesas, que abrió el pasado enero, se ha convertido en la sensación de la ciudad. Kitty Fisher’s se encuentra en el Shepherd’s Market del distinguido barrio de Mayfair y entre las divisas de su menú destaca la ternera gallega, de la que alardean. Pero además de las vacas de Galicia, su éxito guarda relación con los contactos sociales de sus tres propietarios, cuarentones de buena familia, con pasado escolar en el elitista Eton, donde se tejen contactos para toda la vida. El resultado es que por el local se dejan ver caras populares, como el personaje social Pippa Middleton, los actoresLiz Hurley y Damian Lewis, y hasta el primer ministro.

Uno de los dueños, Tom Mullion, es el cuñado de los Cameron, pues está casado con Emiliy Sheffield, hermana de Samantha, la mujer del primer ministro. Emily es además subdirectora de la edición inglesa de «Vogue», lo que añade una pica en el mundo de la moda para el local. «Me gustaría decir que Dave y ella tuvieron que aguardar por una mesa un mes, como todo el mundo», ha aclarado el cuñadísimo a «The Times». En realidad, la lista de espera es ahora mismo de tres meses, debido a las estrecheces del local, que cuenta con doce empleados, de los que la mitad son los camareros.

Otro de los propietarios es hijo de un magistrado de la Corte Suprema y el tercero, el actor Oliver Milburn, buen amigo de Elisabeth Hurley, con la que actuó en «The Royals», serie satírica donde Liz encarna a la Reina de Inglaterra (pobre Inglaterra…). Milburn ha elogiado la campechanía de Hurley, la eterna admirada de Hugh Grant, cuando acude como comensal al restaurante de moda: «He trabajado con gente que es como un dolor en el culo, pero Liz no es así. Actúa como una persona normal, ¡se ventiló entero nuestro asombroso plato de ternera gallega!».

La filosofía del local viene siendo la camaradería masculina de clase alta, de ahí que la estrella de la carta sean los platos de parrilla de leña con buena materia prima. Al frente de los fogones han puesto al emergente Tomos Parry, ganador del premio nacional para cocineros jóvenes.

El nombre del local, Kitty Fisher’s lo toman de una cortesana de la época georgiana y la decoración es clásica y un poco recargada, al gusto inglés. Una cena para dos con vino sale por 130 libras (unos 180 euros), más el servicio, con lo que el asunto se va al entorno de los 200 euros. Muy caro, como todo Londres, pero tampoco un disparate ante los sablazos que se estilan en una de las capitales más caras del mundo, que se ha vuelto imposible para los españoles tras la depreciación del euro.