Familiares y amigos de Blanco exigen un relato «veraz» de ETA

El PP celebra un acto en homenaje al edil de Ermua, asesinado hace 21 años

A.M.

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El recuerdo de Miguel Ángel Blanco unió por un día a un PP fraccionado por la pugna entre los prosélitos de Pablo Casado y los de Soraya Sáenz de Santamaría. La predilecta de los populares vascos es la exvicepresidenta del Gobierno, cuya intervención cerró esta mañana el acto celebrado en Ermua por el vigésimo primer aniversario del asesinato del concejal. Una ceremonia sobria y emotiva a la que tampoco faltó la hermana del edil, Mari Mar Blanco, quien lamentó la predisposición del Ejecutivo central a acabar con la dispersión de los presos de ETA. Al respecto, subrayó que la memoria y la dignidad de las víctimas «se defiende todos los días», y advirtió de que no permitirá que su memoria «sea vendida por unos sillones».

«No nos vamos a callar», sentenció la también presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, quien aseguró sentirse «muy orgullosa» de pertenecer al PP. Casi tanto como su hermano, «un ciudadano inocente» cuyo asesinato motivó que los defensores «de la libertad» dieran «un paso al frente». De esta forma hizo referencia al «espíritu de Ermua», movimiento que se apoyó en un Estado de Derecho «que no ha negociado ni cedido contra los terroristas». Juntos, afirmó Mari Mar Blanco, lograron derrotar a una ETA que ahora pide «un perdón parcial» y diferencia entre «víctimas culpables e inocentes»: «Y todos son inocentes, da igual el uniforme que vistiera y el papel que desempeñara –puntualizó–. Lo vamos a seguir reivindicando, y eso es lo que queremos que quede en los libros de texto y en ese relato en el que tenemos que dar entre todos la batalla».

Pero la salvaguarda del relato, añadió Blanco, requiere «unidad». Primero, para que se ponga de relieve que no hubo un conflicto en el País Vasco, sino «verdugos» que asesinaban a gente inocente como el edil de Ermua o Alberto Jiménez Becerril, cuya hermana Teresa también estuvo en el acto de hoy. «No hay cabida para las equidistancias y las ambigüedades. Mi hermano no participó en ningún bando», sentenció.

Unas palabras que subrayó la propia Santamaría, quien explicó que fue precisamente el 13 de julio de 1997 el día en el que «asumió» un «compromiso político» con España. La noticia de la tragedia la sorprendió en el autobús que la llevaba a casa tras finalizar el primer examen de sus oposiciones: «Cuando años más tarde me propusieron trabajar junto a Mariano Rajoy me acordé de ese autobús y de la deuda que había contraído ese día», destacó.

«Esos días de julio despertaron en mí un sentimiento de unidad que quiero reivindicar», añadió la popular, que enfatizó la valentía de todos los políticos que se encontraban en el País Vasco en la etapa más sangrienta de la banda en defensa «de la España democrática y constitucional».

«El corazón del PP»

En el acto también intervino el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, quien advirtió de que la izquierda radical «trabaja para el olvido, la falsa memoria, el engaño y la distorsión». El mandatario popular manifestó que Miguel Ángel Blanco «simboliza la libertad de los españoles», pues su recuerdo es también la imagen de la «dignidad» de una sociedad «que no se rindió y que creyó que se podía derrotar al terrorismo».

Asimismo, puntualizó que el PP vasco es «el corazón del PP de toda España», principalmente por la «valentía y determinación» de la que hicieron gala sus representantes en una época de violencia en la que «muchos cayeron».

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