El PSOE da sus votos a Ahora Madrid para que colectivos elegidos a dedo cogobiernen en la capital
El Pleno del Ayuntamiento aprueba la ordenanza de cooperación público-social, que ha contado con las enmiendas a la totalidad de PP y Ciudadanos
El delegado de Coordinación Territorial y Cooperación Público-Social, Nacho Murgui , ha conseguido sacar adelante su ordenanza de cooperación público-social , la nueva norma que permite cogobernar con el Ayuntamiento de Madrid a colectivos sociales en numerosos ámbitos con infinitos proyectos. Desde hoy, cualquier ente social formado por al menos tres ciudadanos que se inscriban en el registro de cooperación público-social municipal podrá optar a formar parte del Consistorio si dedican su labor, por ejemplo, a la conservación, rehabilitación y regeneración de espacios ; a mejorar la calidad de vida urbana; a la gestión de residuos para el compostaje, o de huertos urbanos; a promocionar el deporte, la cultura, los derechos humanos, la ciencia; la prevención de situaciones de riesgo social, o promover la «justicia histórica», entre otras cuestiones.
El procedimiento de selección de las propuestas se realizará mediante concurrencia pública, pero «cuando la normativa sectorial lo permita», el Ayuntamiento podrá seleccionarlas directamente.
El texto presentado por el Gobierno de Manuela Carmena ha contado con las enmiendas a la totalidad de el Partido Popular y Ciudadanos, y se ha sometido a numerosas correcciones por parte de la oposición: 14 enmiendas del Partido Socialista para poner ciertos límites, como la creación de una comisión que fiscalice los proyectos y los convenios con los colectivos; 44 enmiendas parciales de Cs y otras cinco de los socialistas. La norma se ha depurado con tres transaccionales pactadas entre PSOE y Ahora Madrid y así ha salido adelante.
Visiones contrapuestas
Mientras que para Murgui y el responsable socialista que ha defendido la nueva norma, Ramón Silva , se trata de «un instrumento moderno» que quiere aportar mayor «seguridad jurídica y transparencia» porque «era insuficiente», para el PP y para Ciudadanos es una «aberración». La concejal Silvia Saavedra se ha referido al texto como una estrategia de Ahora Madrid para prepararse «para los fríos y duros días de invierno podemita» cuando pierdan Madrid en las urnas y dejar así su tejido asociativo de confianza y «red clientelar» de este modo en la Administración.
La edil popular Ana San Román ha arremetido contra la nueva norma por ser anticonstitucional e ir en contra «del principio de autonomía municipal». La política ha echado en cara a la bancada de Ahora Madrid el aumento de las subvenciones a la Federeción Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), de la que era presidente Nacho Murgui antes de conseguir el escaño, y «asociaciones afines» de forma directa.
PP y Cs han recordado a Murgui el vídeo de Íñigo Errejón del año pasado instruyendo a los «ayuntamientos del cambio» sobre cómo mantenerse en las instituciones: «Hace falta una estructura económica autónoma que vaya a permitir acoger a una buena parte de los cuadros militantes que hoy se están dedicando a los trabajos institucionales». El secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político de Podemos aleccionaba a los suyos en una reunión donde participaron miembros de Madrid 129, uno de los grupos que forma parte de Ahora Madrid –donde se integran Celia Mayer, Javier Barbero y Guillermo Zapata – de que para revalidar en las urnas había que dejar «sembrado instituciones populares que resistan y donde refugiarse cuando gobierne el adversario». La fórmula, como recoge el vídeo que todavía hoy puede verse en la red, pasa por « dejar enraizadas y sembradas organizaciones y prácticas que incluso cuando las elecciones las vuelvan a ganar nuestros adversarios tengan que respetarlas». Murgui ha negado que la ordenanza tenga algo que ver con el dictado de esta orden.
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