Las peligrosas bandas de atracadores latinos que saquearon Madrid a finales de los 70

Madrid, a finales de la década de 70, fue el particular «Dorado» de las bandas de delincuentes latinos. Sus atracos, rescatados ahora de la hemeroteca de ABC, se consideraron entonces como un «grave problema» a escala nacional; tanto que la situación precisó de un dispositivo específico de la Policía. Según una información del 15 de septiembre de 1979 en este periódico, en los tres meses previos a esa fecha se detuvo a 240 extranjeros por «golpes» en la capital, de los cuales la mayoría, hasta 112, eran de origen colombiano.

La Policía doblegó sus esfuerzos y perfeccionó sus métodos para acabar con el paraíso delictivo en el que Madrid se convirtió. El calificativo para la ciudad, aunque parezca una licencia literiaria, no es ninguna exageración; el día anterior a la publicación de esta noticia la Jefatura Superior de Policía de Madrid explicó que se habían adoptado una serie de medidas para evitar el problema y que estaban dispuestos a trabajar para que la capital «dejase de ser un paraíso de la delincuencia».

Peligrosos narcotraficantes

Los delicuentes, que fueron detenidos gradualmente en España y Portugal, compartían un patrón determinado. Mayores de edad, fundamentalmente entre los 30 y los 45 años, procedían de países sudamericanos. Entre los 240 arrestados foráneos había más de un centenar de colombianos, pero también chilenos, argentinos, bolivianos, uruguayos y peruanos. No obstante, entre los detenidos también había portugueses, etíopes, italianos, libaneses, palestinos y estadounidenses.

Todos, salvo contadas excepciones, eran miembros de mafias dedicadas al atraco de bancos y al narcotráfico. En las semanas anteriores a la citada información, la Policía detuvo a varios sujetos y se incautó de un cargamento de cocaína valorado en 16 millones de pesetas, más otros tres millones en efectivo. El denominador común entre estos delincuentes era su extrema peligrosidad y crueldad, no solo por sus contundentes actuaciones, sino por su códigos interno. Entonces se dijo que los mafiosos temían más a su propia banda que a la Policía. La mayoría residía en Madrid, junto a sus familias, y se reunían en lugares que definían como «La olla».

Durante estos meses, la Policía realizó varias operaciones con saldo positivo. Recuperó drogas, automóviles de lujo y dinero en efectivo, por valor de 131 millones de pesetas, y desarticuló la banda que un mes atrás, el 30 de agosto, se hizo con un botín de 37 millones en la oficina central del Banco Latino de Madrid, ubicado en la calle de Velázquez. Esta banda, configurada en parte por dos amantes, fue la autora de otros atracos en Murcia, Alicante y Madrid, con «golpes» de hasta 14 millones de pesetas. Uno de los mafiosos fue apresado anteriormente por el presunto asesinato de su hermano.