Examinarse en el centro de la DGT de Móstoles: una «lotería insostenible»

Cientos de alumnos se quedan a diario sin examen por la huelga, que se inició en junio

Varios alumnos esperan paraser examinados en el centro de la DGT en Móstoles ISABEL PERMUY
Ignacio S. Calleja

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La problemática se repite de lunes a miércoles desde el pasado mes de junio. Cada día, sin excepción, centenares de alumnos citados en el centro de exámenes de la DGT en Móstoles se marchan por donde han venido, sin hacer la prueba y sin saber cuándo volverán. Es la «lotería» que reina en este lugar desde que comenzó la huelga de examinadores, donde quién será evaluado y quién no se elige por un sistema completamente aleatorio. Con la protesta prolongada este mes y las partes convocadas para mañana, el descontento y la impotencia de las autoescuelas y los futuros conductores llega a su nivel máximo: «Es insostenible».

Son poco más de las 8:30 de la mañana y un grupo de aspirantes acaba de ser informado de que su viaje al centro ha sido en balde. El coordinador de su autoescuela les ha comunicado que su nombre no está entre los seleccionados para ese día . Los examinadores, según una normativa europea, solo pueden evaluar a un máximo de 13 alumnos diarios. La dirección de la Jefatura Provincial de Tráfico ha optado por un método que supedita todo al azar: el examinador elige a ciegas.

Los candidatos a sacarse el carné se agrupan en paquetes de 13 expedientes que luego son recogidos aleatoriamente. Después se informa a los coordinadores de cuántos coches podrán examinar. Si ese día trabajan 35 profesionales (la plantilla en Madrid es de 60), harán la prueba 455 alumnos (35x13); el resto tendrán que marcharse. No obstante, quienes no tienen cita a primera hora son avisados por sus autoescuelas y no llegan a desplazarse.

«No hay favores»

La primera semana de noviembre, con un festivo, se quedaron sin hacer el examen un total de 624 aspirantes; 299 el lunes y 325 el martes. Pese a las dudas que despierta esta fórmula, desde las asociaciones de autoescuelas aseguran que no hay trampas. «Lo he visto yo mismo y no hay favores», explica a ABC Lorenzo García, coordinador de la Asociación de Pequeños Empresarios de Autoescuelas de Madrid (Apeam). Además, la jefatura de Madrid cifra en 47.523 las pruebas realizadas desde el inicio de la huelga. Se espera que la reunión de mañana pueda desbloquear definitivamente el conflicto.

Pero aunque haya ciertas garantías y se presuponga buena fe, la realidad es que cada día es un caos. Los dueños de las autoescuelas denuncian que se les ha generado un tapón para presentar alumnos, y un enorme agujero económico. «Llevamos sin examinar desde julio, a los pequeños nos hace polvo», dicen en la autoescuela Isabel II.

Dinero, tiempo, nervios...

El perjuicio económico para los centros de enseñanza se reconoce tanto en los gastos derivados del propio desplazamiento en vano como en el efecto disuasorio en clientes potenciales. «La mayor pérdida es el que deja de venir», asegura Fernando Lara , propietario de Autoescuela Lara. En su caso, calcula que desde el inicio de la huelga se han visto afectados entre 2.000 y 3.000 de sus alumnos. «Hemos pasado de ir tres veces al mes a solo una», añade Lara.

Pero los principales afectados son los futuros conductores. Cada uno tiene una historia y una inquietud para sacarse el carné, pero todos comparten el sentimiento de hartazgo . «Lo necesito para trabajar, no es un capricho», lamenta una mujer que acaba de saber, a las 8.15, que no se examinará. Entre las consecuencias está el perjuicio para quien tener el permiso es una necesidad, pero también los nervios, la pérdida de dinero, tiempo e, incluso, del puesto de empleo. «Casi me cuesta el trabajo porque al no hacer el examen no tenía justificante de Tráfico; luego he tenido que dar más clases y ya no sé ni lo que llevo gastado», declara Houria Arif , una joven que debió hacer la prueba en julio.

Las asociaciones de autoescuelas calculan que se han puesto en torno a 6.000 reclamaciones

Los afectados coinciden en que lo peor es la «incertidumbre», habida cuenta de que se marchan sin saber cuándo tendrán otra oportunidad y si ese día estarán entre los elegidos. Como parche, no obstante, desde Jefatura reubican muchos exámenes a los jueves y viernes (los únicos días en los que no hay huelga), con convocatorias extraordinarias. Desde Apeam sostienen que pese a los problemas que imperan desde que arrancó la protesta, desde la dirección se han buscado «soluciones». De hecho, en contra de lo que se ha repetido desde algunos sectores, las facilidades para poner una queja «son totales». «Jamás han puesto un problema para eso», explica García, que calcula que se han registrado en torno a 6.000 reclamaciones.

Pérdida de legitimidad

Los examinadores, cuyo sueldo base ronda los 1.250 euros brutos al mes, reclaman un complemento de otros 250 euros. Fuentes del sector cuestionan su petición por «despropocionada» y, además, dudan de que vayan a ser escuchados: «No va a servirles de nada, deberían darse cuenta». A pesar de esta consideración, Juan Carlos Aedo, secretario de Asextra , señala que los daños en alumnos y autoescuelas son «colaterales» y seguirán con sus reivindicaciones: «Estamos a la espera de una respuesta, seguimos adelante porque creemos que es justo».

No obstante, lo cierto es que el seguimiento de la huelga se apaga cada día que pasa. Para explicarlo surgen dos hipótesis: una, la mayoritaria, es que cada día de paro le cuesta a los huelguistas cerca de 70 euros. La segunda, que el frente se ha fracturado y cada cual mira ahora por los intereses personales. Aedo reconoce la pérdida de efectivos, pero asegura que estas teorías son «solo rumores».

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