Sanidade detecta infracciones en más de 500 locales de restauración

Con la llegada de la temporada de verano el Gobierno gallego se ha puesto manos a la obra para intensificar los controles sanitarios en los establecimientos de restauración de la Comunidad gallega. Los datos de la primera tanda de esta campaña, que se extenderá a lo largo de los próximos meses, revelan que fueron más de tres mil los locales que recibieron la visita de uno de los técnicos. Y de ellos, en un total de 558 se detectaron «incumplimientos» de distinto grado ante los que sus propietarios deben tomar nota si no quieren exponerse a sanciones. En concreto, y atendiendo a los datos aportados por la Dirección Xeral de Saúde Pública, del total de locales revisados 1.303 eran de restauración colectiva sin comedor; 1.419 de restauración colectiva con comedor independiente y 406 de restauración social.

Durante estas visitas, los inspectores detectaron que más de quinientos establecimientos infringían algún tipo de normativa. Las medidas adoptadas apuntan a 457 requerimientos para enmendar las no conformidades en un tiempo límite, 25 suspensiones cautelares de actividad, 18 inmovilizaciones de productos que en ese momento corrían el riesgo de ser servidos y 23 expedientes de carácter sancionador.

Además, desde el Gobierno gallego resaltan que de los 21.849 establecimientos que la Comunidad tenía censados a fecha de 1 de enero de 2017 un total de 1.900 ya han dado de baja su actividad. Los inspectores comprobaron durante sus revisiones las condiciones generales de higiene que presentaban los establecimientos, el seguimiento de las materias primas utilizadas en la cocina (proveedores autorizados y registrados), el no uso de envases rellenables en los casos del aceite o el aguardiente y la verificación del origen y etiquetaje de las bebidas alcohólicas, así como la correcta información alimentaria.

De cafeterías a comida rápida

Los incumplimientos más frecuentes fueron, en un 33 por ciento de los casos, los referidos a las condiciones higiénico sanitarias de los locales; en un 31 por ciento ligados al correcto censado en el Regasa; en un 14 por ciento a la rastreabilidad del producto, en un 9 por ciento a la información proporcionada al consumidor (principalmente referida a los alérgenos); y en un 8 por ciento al uso de envases rellenables. Esta campaña especial se llevó a cabo a lo largo y ancho de la geografía gallega entre el 27 de marzo y el 7 de abril y afectó a todo tipo de negocios de restauración, desde restaurantes o cafeterías a los buffet-autoservizo, los que prestan servicios a domicilio o los de comida rápida. También se inspeccionarios locales sin comedor independiente, pero que sirven tapas, raciones o pinchos.