José Luis Jiménez - Pazguato y Fino

Los misterios de Feijóo

La oposición ya se ha quedado sin reproches que hacerle, y bien podría empezar a mirarse lo suyo

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Punto final a los misterios guardados por Núñez Feijóo. Ya sabemos que será candidato, que las elecciones serán en otoño y que, en un alarde de malicia, serán alrededor de las mismas fechas en las que cuatro años atrás aquilató su mayoría absoluta contra todo pronóstico. Punto final también al ruido de una oposición que ha intentado hacer de la fecha electoral un caballo de batalla contra el presidente de la Xunta, que ha obrado dentro de la más estricta normalidad, cumpliendo con la palabra dada. Pero eso no es suficiente para las guerrillas que conforman la alternativa política al PP.

Es cierto que hay variables que afectaban a la fecha de los comicios, como el acuerdo tácito de Feijóo y Urkullu para hacerlas coincidir.

Pero desde Ajuria Enea ya se sintonizaba con la idea de Monte Pío de llamar a las urnas en octubre, fin de semana arriba o abajo. También estaba el hecho de la formación del Gobierno de España, proceso que añade incertidumbre al panorama político, del que Galicia no es ajena. E incluso algo más remoto como la posible celebración de juicios mediáticos contra la corrupción en otras latitudes que pudieran erosionar la imagen de la marca PP en plena campaña gallega.

No obstante, ninguna de estas tres opciones llevó a Feijóo a pensar nunca en adelantar los comicios a septiembre, como algunos han especulado con más imaginación que ciencia, del mismo modo que tampoco estaba en la agenda solapar las generales con las autonómicas. Pero qué más da decir lo contrario, si pasado mañana nadie va a acordarse del circo de las especulaciones, ni de las tómbolas de sucesores de Feijóo, ni de las quinielas para ser secretario general. Todo sale gratis.

Volviendo al comienzo. La oposición ya se ha quedado sin reproches que hacerle a Feijóo y bien podría empezar a hacerse mirar lo suyo. Al BNG es difícil que lo resuciten uno o un ciento de debates en la televisión pública, haya o no mailing a los domicilios de los votantes. El enfermo tiene mal color. Desde la Marea harían bien en ponerse de acuerdo —si acaso son capaces— para elegir a un candidato, sin importar si luego le fabrican unas primarias de cartón piedra para aparentar un respaldo de las distintas y diversas militancias. E incluso los popes del rupturismo podrían dejar de cruzarse mensajes en clave y decir a quién quieren y a quién no para encabezar la papeleta. Parece que el legendario Beiras tiene escaso predicamento en su propia parroquia. En el PSOE suficiente tienen con apuntalar el partido después de unas generales que salieron milagrosamente aceptables.

Y Ciudadanos... Qué más da, eso no tiene arreglo.

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