La meta del Plan Forestal para 2039:reducir a 10.000 las hectáreas ardidas

Los problemas estructurales del monte exigen respuestas de calibre; y la Xunta está a punto de dar salida a una de las más relevantes de la legislatura: e l Plan Forestal de Galicia será sometido a revisión por primera vez desde que vio la luz, allá por el año 1992. El borrador de la reforma , a cuyo contenido ha tenido acceso ABC, establece a una serie de «objetivos deseables» a alcanzar en las próximas décadas. Incluido, cómo no, el apartado de los incendios. La tendencia prevista por la Consellería de Medio Rural es que la lacra del fuego vaya disminuyendo su impacto en los próximos lustros, de modo que la Comunidad se asome a comienzos de 2040 con una superficie calcinada anual de 10.000 hectáreas . Este 2017, después de haber padecido el «fin de semana negro» de octubre», el balance superará las 60.000.

El departamento dirigido por Ángeles Vázquez presentará hoy estas y otras prioridades de futuro a los participantes del Consello Forestal . Allí, agentes del sector, comuneros, la patronal o los sindicatos podrán evaluar los pormenores de un documento que acarrea a sus espaldas más de tres años de deliberaciones. El momento no podría ser más propicio: las últimas reformas debatidas entre la Xunta y la Fegamp entrarán en vigor en enero, mientras la comisión de estudio de los incendios trabaja ya en el Parlamento para intentar sentar las bases de un nuevo «pacto de país».

Ése será el terreno en el que juegue el Plan. Teniendo en cuenta las circunstancias asociadas al rural (envejecimiento, dispersión, abandono del monte, etc.), el Gobierno gallego se marca el propósito de reducir la huella del fuego a 15.000 hectáreas en 2020 (con 2.500 focos) y a 10.000 en 2039 (con 2.000). La meta no es nueva: el plan anual de defensa contra los incendios (Pladiga) de 2017 ya hablaba de no rebasar la cifra de 15.000. Pero los hechos de octubre trastocaron todo.

El documento, además, valora el refuerzo de los planes específicos en cada uno de los 19 distritos forestales. Su función será la de informar de los problemas locales que suelen dar lugar a incendios, los trabajos preventivos a desarrolar, así como calibrar la disponibilidad de los medios vigilancia y extinción en cada momento. Por otro lado, el texto apela a una mayor eficiencia de los recursos destinados a prevención: «Las directrices de trabajo en materia de incendios forestales se fundamentarán en una contención del gasto público».

Otro de los epígrafes del Plan hace referencia a la presencia masiva del eucalipto. En 1992, los cálculos estimaban que la especie podía extenderse en 40 años a las 245.000 hectáreas , pero hoy ya se calcula que está presenta en 434.000, ya sea en solitario o mezclado con otros árboles . Es por eso que la Consellería asume que «no es posible reducir su ocupación actual con efecto retroactivo»: solo cabe imponer límites. Uno de ellos, propone, puede ser la aplicación de tratamientos silvícolas que favorezcan al pino como especie dominante.