Roberto Vilar junto a Alberto Núñez Feijóo, invitado al programa
Roberto Vilar junto a Alberto Núñez Feijóo, invitado al programa - TVG

Un fenómeno llamado Land Rober

Un programa de humor bate en Galicia cada semana a Cuéntame y Supervivientes

Santiago Actualizado: Guardar
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En su última visita a España, a finales de junio, Julio Iglesias solo concedió una entrevista a un programa de televisión. No fue a cocinar con Bertín, ni a bromear con las hormigas de Pablo Motos. Tampoco visitó a Ana Rosa. Eligió un show de humor de la Televisión de Galicia (TVG) que, cada jueves, arrasa en el prime time gallego, y que se ha convertido en una de las sensaciones de la temporada. Se trata del Land Rober, del que su presentador, el cómico Roberto Vilar, es su esencia. Con Iglesias logró un share del 33,8% y una audiencia total de 634.000 personas, «casi uno de cada cuatro gallegos», destaca el humorista, «no hay nada en España que lo vea la cuarta parte de la población».

La visita del cantante fue la guinda a una temporada redonda. La media de share está por encima del 20%, en una franja en la que, cada jueves, compite con dos gigantes como son Cuéntame y Supervivientes. Duplica la audiencia media de la cadena, que con un 10,6% empata con TV3 como la autonómica más vista. «Son audiencias de Champions pero con unos costes adecuados para una televisión como la nuestra», reconoce Rosa Vilas, adjunta a la dirección general de la CRTVG, «cuesta diez veces menos que un capítulo de una serie de ficción para una televisión estatal».

El show no es sino una sucesión de sketches en vivo, en plató, con Vilar y otros actores de la casa como protagonistas principales. A ellos se suman, en cada emisión, celebrities invitadas del mundo de la televisión, la música, el faranduleo o, mismamente, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que aceptó acudir al programa tras apostárselo con Vilar si ganaba las pasadas autonómicas. Hicieron un 27% de share. «Nos ponía cachondos que viniera el presidente, porque eso dice mucho del país en que vivimos, del político y de la televisión». Ha sido, hasta el momento, el único político en asistir. «Llevó mucho tiempo convencerlo», reconoce el presentador, «pero cada vez cuesta menos invitar a invitados, porque somos muy conocidos a nivel nacional», y eso facilita que acepten acudir “a pintar la mona”, tal y como los introduce Vilar en cada programa. «Tienen que saber que se van a meter un poco con ellos», pero nombres conocidos como Elena Furiase, Jorge Sanz, Kiko Rivera, King Africa, Carmen Lomana, Carlos Baute, Soraya Arnelas, Ruth Lorenzo, Carlos Sobera o Berta Collado no han tenido reparos en subirse al circo de tres pistas del Land Rober.

¿Las claves del éxito? Rosa Vilas señala «al showman fantástico que es Roberto» y «un equipo de guionistas muy potente». Pero el humorista rehuye el exceso de protagonismo, aunque reconoce que buena parte de lo que se hace sale de su cabeza. «No creo que sea una clave, son como catorce o quince, y se tienen que dar todas», explica, «talento trabajo, momento, madurez...» y así hasta la docena larga. «Land Rober no es un trabajo, es una forma de vida, yo debería pagar por lo que hago», una generosa consideración que solo pone de manifiesto la excelente comunión de las cuarenta personas que conforman el equipo artístico del show, a pesar de que «estoy con el látigo con ellos porque soy muy exigente». «Pero luego somos también muy de celebrar los buenos datos, eh», aclara entre risas durante la conversación con ABC.

Vilar, ida y vuelta

Roberto Vilar es un cómico a punto de cumplir 25 años en la profesión. Es uno de los rostros catódicos más conocidos en Galicia tras formar una pareja muy popular, «Os Tonechos», que llegó a contar con show propio. En 2009, tras ver un programa piloto, Rosa Vilas le confía a Vilar el prime time de los miércoles para que levantase su Land Rober. «Quería un programa distinto, fresco, en el que se pudieran ver los cámaras y al personal de atrezzo montando una cama antes de un gag», recuerda la directiva. Funcionó. Batieron a La Voz y a Velvet. Del éxito cosechado —audiencias alrededor del 15%— da buena cuenta el fichaje del presentador por Mediaset en 2011. A la compañía italiana le gustaba el formato «pero no tenían en su parrilla espacio para un programa de humor», y relegaron a Vilar a un concurso en Cuatro, que fue cancelado meses más tarde. Regresó a Galicia en 2012 y en la TVG le volvieron a abrir las puertas. No ahorra palabras de agradecimiento para Rosa Vilas y el director general de la compañía pública, Alfonso Sánchez Izquierdo, «porque de aquella no sabían si iba a funcionar de nuevo». «Había el peligro de fracasar», recuerda, «hacer las cosas es difícil, pero volver a hacerlas lo es todavía más». «Yo sabía que quedaban cosas por hacer y —sobre todo— creía en los espectadores», añade.

Quizás eso explica la lista de espera de dos años para acudir como público al «Tunai Show», el apellido del programa. 18.000 personas que matarían por colarse y asistir. «Por nuestra cabeza pasa irnos a un plató más grande, pero también hacer un programa en un lugar con un aforo para 10.000 personas, como los Rolling Stones», afirma entre risas. Es ese mismo público que convierte al Land Rober en un fenómeno también en redes sociales, viralizando algunos de sus sketches. Esto se explica, de nuevo, escudriñando los datos de audiencia: son líderes en Galicia en la franja de entre 13 y 44 años, desterrando el tópico de que la TVG solo interesa a la gente mayor. Hoy, ese target de edad más avanzada corresponde a Telecinco.

Vilas no cree que Land Rober sea exportable. Vilar, sin embargo, opina que podría serlo «si se cambiara el tono y el humor». El show funciona con mucha retranca, esa que los Gemeliers no entendieron antes de abandonarlo y criticarlo en Twitter. Lejos de molestarse, el equipo de Vilar se valió de esta situación para ganar notoriedad a nivel estatal. Hoy son carne habitual de zapping. Y ellos, encantados.

Para la próxima temporada, Vilar solo piensa en «ir más allá y volver a sorprender». Por ahora reconoce que se va a tomar «74 días de vacaciones en los que no pensar en nada», después de un curso televisivo «en el que estaba las 24 horas pensando en el programa». Aunque «si yo fuera directivo de la TVG, haría un Land Rober de lunes a viernes en el horario del Hormiguero». Pero «dudo que Roberto acepte». «Esto tiene que ser divertido, y si lo haces a diario, deja de serlo», apostilla el humorista. Por lo pronto, ya han marcado un horizonte aparentemente imposible: que Amancio Ortega acuda como invitado. Conseguir a Julio Iglesias solo les llevó siete años de espera, y cuando el cantante accedió a la entrevista, Vilar se encontraba de vacaciones en Shanghai. No dudó en volver. La audiencia se lo agradeció con su 33,8%.

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