José Luis Jiménez - PAZGUATO Y FINO

Feijóo, al rescate del PSdeG

Caballero entró en San Caetano en busca de sitio y salió entronizado como líder de la oposición

Núñez Feijóo saluda a Gonzalo Caballero al comienzo de la reunión celebrada en San Caetano CEDIDA

Desde luego, así se las ponían a Fernando VII, que reza el dicho. Gonzalo Caballero entró ayer a la reunión con el presidente de la Xunta como un dirigente socialista en busca de sitio y salió de ella con un Feijóo dispuesto a adjudicarle plaza como líder de la oposicion , a pesar de suspender en las últimas autonómicas el examen de acceso a tan simbólico lugar. Es la primera buena noticia de un Caballero que desde su victoria en las primarias solo cosechaba disgustos en las elecciones internas a los órganos provinciales del PSdeG.

No es menos cierto que Feijóo también necesita un interlocutor en la bancada de la izquierda con capacidad no ya de diálogo, sino de simple raciocinio . Con un Bloque dogmáticamente instalado en la defensa de un concierto económico ruinoso para Galicia y aplaudiendo el desastroso proceso de ruptura del soberanismo catalán, y con una Marea que naufraga en sus propias aguas revueltas junto a su cuestionado líder, el magistrado en excedencia Luís Villares, todo quedaba reducido a un hipotético entendimiento con el PSOE. ¿Pero qué PSOE cabía esperar después de que Caballero se declarara heredero del 'sanchismo'? ¿Haría una versión propia del «no es no»?

Caballero traía líneas marcadas, algunas incluso desde fuera de Galicia. No se entendería que el presidente de Asturias, el socialista Javier Fernández, acordara institucionalmente con Feijóo objetivos para la financiación autonómica y que el líder del PSdeG no los asumiera como propios. El sobrinísimo no ha sido quién de desmarcarse y se suma al frente común para que las autonomías más pobladas y ricas de España no monopolicen el futuro reparto. Tampoco cabía esperar que rechazara diálogo alrededor de la violencia machista o el problema de la despoblación . Lugares comunes.

Feijóo, repito, tiene intereses en esta jugada política . No necesitaría acordar nada con ningún partido porque los gallegos le concedieron una holgada mayoría absoluta , pero sabe que un clima político sin tensión exige de consensos con la izquierda, al menos con la menos radical y sectaria. Con Villares hace meses que asumió que es imposible cualquier trato sensat o , a la vista de que prefiere el astracán estentóreo que el entendimiento sereno. Y la estrategia de la magnificación de los problemas que adopta el BNG dificulta igualmente sintonía con el PP y la Xunta . Así que hace su particular apuesta con Gonzalo Caballero, a quien le concede además una relevancia política añadida para que reconstruya su partido con él como cabeza visible.

Esta apuesta necesitará de ratificación, evidentemente. Porque los socios naturales del PSdeG en la izquierda y el nacionalismo está todavía por ver que toleren al líder socialista puente tendidos con la derecha . Bloque y Marea están instalados en la negación del pan y la sal al PP. Caballero haría bien en cubrirse las espaldas, no fuera a ser que reciba chantaje amigo para que elija bando: o con ellos, o con el PP. Y ahí es donde deberá demostrar que tiene auténtica madera de líder de la oposición y no solo su probada verborrea de tertulia televisiva. El tiempo dirá. Por ahora, Feijóo le concede el beneficio de la duda y sale al rescate del PSdeG .

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