Elena Candia: «Los afiliados nos dicen que nuestro partido se alejó de la gente»

—Dicen que usted es el continuismo. ¿Eso es bueno o malo?

—No lo soy. Al igual que mi compañera, Raquel Arias, ostentaba el cargo de vicesecretaria en la anterior ejecutiva, y formaba parte del comité de dirección del partido. Por eso defiendo el trabajo hecho, por coherencia, porque formé parte de él. Eso no quita que yo tenga un proyecto personal. No entiendo el matiz negativo del continuismo. Pongo en valor lo que se hizo bien e intento transmitir ideas nuevas para hacer las cosas mejor.

—¿Qué se hizo mal en estos años?

—Estamos en un momento de reflexión. Los afiliados nos dicen que nuestro partido se alejó de la gente. Pasó también a nivel provincial. Lo debemos corregir. Partí con esa idea cuando inicié la campaña, pero día a día veo que es lo más acertado.

La militancia demanda más atención, ser escuchados, pero no como un mero trámite de campaña, sino como un compromiso para una participación clara y directa.

—¿Echa en falta la opción de «un militante, un voto» en este proceso congresual?

—Echo en falta más mecanismos de participación. Esa sería una buena medida. La ponencia política del PPdeG va en esa dirección y yo la apoyo.

—La política se parece ya al fútbol, con los fichajes estrella. Usted tiene el de Ramón Carballo.

—Esta tiene que ser la candidatura del equipo. Ese concepto debe primar sobre el presidencialismo. Intento explicarlo como otra idea fuerza de mi proyecto. Por eso no aparecí sola ni el primer día. Con total transparencia, anuncié quién era una persona importante en este equipo. Es vicepresidente, pero también podríamos decir que hay dos presidencias. Es una persona muy apreciada en la provincia, que me complementa perfectamente y le agradezco su trabajo y su implicación en el proyecto.

—¿José Manuel Balseiro va a ser secretario del PP de Lugo si usted gana el congreso?

—En este momento no se ha hecho público el nombre de la persona que asumirá la secretaría, se están barajando distintas opciones, y cuando esté elegida, se hará pública. No habrá ocultismo.

—¿Cuál es su proyecto?

—Concreto las fórmulas de participación para que el militante sea protagonista, propongo una correcta utilización de las nuevas tecnologías para el control de la acción del partido y las personas que ostentemos cargos de responsabilidad, una penetración clara de los sectores estratégicos de la provincia en el partido para que seamos un mejor reflejo de la sociedad lucense y mucho trabajo. Debemos comprometernos desde el primer día a visitas periódicas a las comarcas, con representantes elegidos por la propia militancia, y de nuevo trabajo. El objetivo principal es seguir ganando la confianza de la gente. Y eso lo lograremos si somos un partido en el que los lucenses se puedan ver reflejados.

—¿Hay riesgo de ruptura en este proceso?

—Por mi parte, desde luego que no. En el PP no hay ni enemigos ni adversarios, solo compañeros. Mi principal objetivo no es ganar el congreso del día 6, sino que el día 7 seamos más fuertes y estemos más unidos, con gente renovada. No puede ser de otra manera. Puede que haya gente asustada ante este proceso, porque no estamos habituados, pero vamos a ser el ejemplo de que el debate interno es posible dentro de la normalidad democrática.

—O sea, que hay juego limpio.

—Por mi parte sí.

—Sin embargo en Lugo ciudad parece haber cierta batalla.

—Lugo ciudad tiene un número de compromisarios importante pero no determinante. Por razones diversas, se ha intensificado el debate en Lugo. Había demanda de debate, y por eso si ganamos, será allí donde celebremos el primer congreso local. Pero no lo veo como nada negativo.

—En su día Barreiro pactó con Feijóo en 2006 para fortalecer el partido. ¿Pactaría usted con Arias para ese mismo fin?

—En este momento no procede posicionarnos. Hay dos proyectos, es el tiempo para explicarlos. Alto y claro digo que nunca me opondré a ninguna medida que busque fortalecer la unidad del partido.

—No puedo pasar sin preguntarle por la Diputación de Lugo.

—Un ejemplo de lo que nunca debe pasar en las instituciones. Vemos un escenario indigno, un presidente que no está a la altura de las circunstancias, que son muy difíciles pero no se hace nada por mejorarlas. Por nuestra parte, intentamos que se retome la normalidad democrática que el PSOE prometió tras la moción de censura, pero que quedó en esperpento. La diputación está paralizada. Si el presidente fuera coherente, debería dejar su sitio porque es incapaz de reconducir la situación.