Luis Ojea - LA SEMANA

Doble vara de medir

Qué habrían dicho los rupturistas si el escándalo de los pisos en La Coruña hubiese estallado a algún partido de esos que llaman «vieja política»

Les propongo un ejercicio de imaginación. Piensen un momento qué habrían dicho los rupturistas gallegos si el escándalo de la compra irregular de pisos en A Coruña le hubiese estallado a algún partido de esos que ellos denominan “vieja política”. Piensen en todas las diatribas que estaríamos escuchando contra esa formación y en las dimisiones que se le estarían exigiendo.

Bien, pues ahora comparemos ese nivel de exigencia a los demás con el que se aplican a ellos mismos, con las excusas que formulan para explicar las irregularidades detectadas por el Consello Consultivo y con la nula asunción de responsabilidades políticas en el ejecutivo herculino. Sí, es cierto, no es lo mismo predicar que dar trigo. Una cosa es repartir lecciones éticas al resto de partidos y otra muy distinta aplicarse la receta a uno mismo.

Resulta un insulto a la inteligencia pretender endosarle la responsabilidad del caso a un funcionario. La Marea Atlántica no hubiese aceptado semejante majadería si el escándalo fuese atribuible a otra formación. Y esa contradicción es inaceptable. No puedes exigirle a los demás no que estás dispuesto a dar tú.

Este caso le ha quitado definitivamente la careta al rupturismo gallego. A su falso postureo, a su hipócrita impostura y a su doble vara de medir. Sí, han quedado retratados.

Daños colaretales

En realidad, la coherencia no es una cualidad muy extendida en ninguna de las organizaciones de la izquierda de este país. Se ha constatado esta semana con la crisis política por la compra irregular de pisos en La Coruña y también con los bandazos del Gobierno con la venta de armas a Arabia Saudí, que ha puesto en peligro un contrato vital para los astilleros de Navantia.

Otro episodio formidable de transmutación política. El ingenuo pacifismo que exhibía el socialismo en la oposición convertido de repente, como por arte de magia, en una intrincada argumentación sobre la bondad de las bombas de alta precisión y cómo pueden evitar daños colaterales.

No sería mala noticia que la socialdemocracia haya descubierto por fin lo cara que puede salir la factura de un ingenuo ejercicio de buenismo. Les queda pendiente, en todo caso, comprender que la sociedad no comulga con ruedas de molino y no va a tragarse sus alambicadas justificaciones para su enésima torpeza.

«Os vais a enterar»

A la izquierda siempre le ha faltado humildad. Alguien me explicó hace tiempo, no logro recordar el contexto, que en boxeo es tan importante saber encajar como dirigir los golpes. En realidad, la máxima es extrapolable a todas las facetas de la vida. Y singularmente a la política.

Ha quedado claro esta semana que el socialismo no sabe. Los diputados de Ciudadanos acusan a Pedro Sánchez de proferir un «os vais a enterar»después de que Rivera pusiese el foco sobre la tesis doctoral del presidente. Más o menos lo mismo que debió pensar Abel Caballero al saber que se podía abrir una comisión de investigación en el Parlamento Gallego sobre lo ocurrido en O Marisquiño.

Sus pataletas y berrinches hace mucho tiempo que ya no hacen gracia. El alcalde de Vigo ha quedado reducido a una caricatura de sí mismo. Anunciando comisiones de la venganza o montando la iluminación navideña cuando ni siquiera ha acabado el verano.

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