Reflexiones estivales

Durante esta última semana se han realizado muchas reflexiones sobre el resultado de las elecciones generales del pasado 26-J, donde todo parece indicar, visto con sosiego y con una semana ya de paso, que se formará gobierno y no habrán unas terceras elecciones que ya supondrían un cabreo más que generalizado de la sociedad, y con motivo.

En la Comunitat Valenciana, con el llebeig estival ya soplando, planea sobre el Palau de la Generalitat una inminente crisis del Consell: Puig habla de hacer cambios en el segundo escalón, de Directores Generales y Secretarios Autonómicos, Oltra se llega a plantear más movimientos e incluso la entrada de Podemos en el gobierno valenciano, que va a sufrir tres años de letargo a nivel nacional tras perder más de un millón de votos desde diciembre.

El PSPV aún puede respirar, han mantenido sus resultados paupérrimos, incluso sin tener representación territorial en el Senado, pero por lo menos han aguantado la bajada de apoyos en todas las fuerzas de izquierdas y en la ciudad de Valencia han superado en votos y apoyos a Ciudadanos. El que no se consuela es porque no quiere.

Compromís si ha abierto la caja de pandora. Primero con el “mal perder” de Mónica Oltra, descalificando al partido mayoritario en la Comunitat Valenciana y a sus votantes, donde tuvo que dar marcha atrás, a su manera pero la dio, al día siguiente. También porque dentro de Compromís, hay una sólida base, que siempre ha desconfiado del pacto con Podemos y ese “sorpasso” al Partido Popular como primera fuerza de la Comunitat se ha quedado a más de 300.000 votos. Ahora hablan de radicalización y de pérdida de “transversalidad”, yo pienso más que es más fácil, y que los ciudadanos quieren tranquilidad y sentido común en sus dirigentes, y menos “shows” mediáticos.