Francesc Nogales - Píldoras de educación

Docentes con una pizarra diferente

«Existen muchos profesores que la han reconvertido en otra forma de transmitir conocimientos, de invitarnos a la reflexión y al crecimiento personal»

Imagen de archivo de un aula de un centro escolar de Valencia MIKEL PONCE

Existen muchos universitarios que acaban trabajando en algo diferente a lo que estudiaron y aunque hay quien piensa que es un fracaso ellos nos demuestran que no tiene por qué ser así. Stephen King era profesor de inglés en un instituto y compaginó la docencia con su primera obra «Carrie». Algunos creemos que transformó su docencia, cambió la pizarra por el papel, pero siguió enseñando literatura convirtiéndose el alguien a quien sus alumnos leerían.

Sting fue maestro de Primaria, tutor durante dos años impartió docencia en un colegio religioso hasta que fundó The Police . ¿Acaso no es otra manera de educar por medio de la música? Pero también encontramos docentes fuera de la pizarra en España, como Jorge Ruiz Flores, quien es maestro de Audición y Lenguaje. Jorge fundó Maldita Nerea y se convirtió en uno de los grupos más importantes del pop nacional de los últimos años, pero sigue defendiendo una educación creativa, que deje huella, y en sus canciones se aprecian esos detalles. Ellos siguen siendo docentes, pero su pizarra tiene forma de melodía y matices armónicos.

No sólo en la música encontramos docentes, muchos recordarán a políticos como Julio Anguita , que era maestro, y que además se retiró de la política para volver a dar clases y en esta ocasión a 1º de ESO. Destacó siempre por decir que ante todo él era docente, y ahora algunos echan en falta ese diálogo político respetuoso y serio que ofrecía Julio. Él cambió la pizarra verde por el verbo, por el buen uso de la palabra y su pizarra se convirtió en el diálogo.

Tenemos casos más recientes, como Adrián Mateo (Dridali) quien es uno de los grafiteros más reconocidos a nivel nacional y que internacionalmente es toda una celebridad por sus trabajos hiperrealistas. Este valenciano estudió magisterio, y dando clase como docente en Primaria tuvo un contacto con el mundo del grafiti junto a sus alumnos y le llevó a descubrir todo lo que él puede enseñar mediante sus creaciones artísticas totalmente emotivas, educativas y respetuosas. Adrián sigue siendo un maestro, un docente, y ahora su pizarra, aunque sigue siendo una pared, ya no es un encerado sino un lienzo realista que nos recuerda verdades que a veces parecen invisibles.

Hay muchos ejemplos de docentes con una pizarra diferente, ¿y si la pizarra fuese horizontal en vez de vertical? ¿y si alguien cambia la pizarra vertical por un espacio en el suelo donde enseñar resiliencia, constancia, sacrificio y superación? Esto es lo que ha hecho Sara Andrés Barrio . Ella es maestra, docente de vocación a la que la vida le arrebató los pies pero hizo que le crecieran alas en su manera de ver el mundo. Sigue vinculada al aula, pero es deportista paraolímpica con varias medallas en los mundiales, récords mundiales y nacionales y sobre todo es un ejemplo de constancia y superación. Además también escribe y uno de sus últimos libros es «¿Sabes quién soy? Juntos es mejor» (Editorial Palabras de Agua) en el que acerca la naturalidad de la discapacidad a los niños, haciéndola visible y haciendo a sus lectores conocedores de otras realidades y también empáticos con los demás. Ella es otra de esas maestras cuya pizarra no es una lámina verde, sino que ofrece mucho más allá del clásico concepto de maestro.

Existen muchos docentes que han cambiado su pizarra, que la han reconvertido en otra forma de transmitir conocimientos, de invitarnos a la reflexión, al crecimiento personal. Algunos los vemos en la política, como alcaldes de un pueblo ( Dimas Vázquez , de Sueca, por ejemplo), consejeros de Educación ( Vicent Marzà en Valencia) o ministros de Educación ( Pilar Alegría ). Otros desde su faceta más artística como los casos que hoy hilan este artículo, o incluso ejemplos duros y reales de superación como el de Sara Andrés. No debemos olvidar que el docente de corazón, el maestro que ama su trabajo y respeta a la infancia lo hace incluso cuando no tiene pizarra , y encuentra caminos diferentes para seguir ofreciendo un valor positivo a la sociedad, porque la educación va de eso, de ofrecer algo mejor que lo que ya teníamos.

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