El independentismo encuentra en «las provincias» otro campo de confrontación con el Gobierno de Sánchez

La Generalitat defiende las veguerías como organización de desconfinamiento frente al sistema provincial

Quim Torra, hoy, en una reunión por videoconferencia con Meritxell Budó y representantes locales RUBÉN MORENO

D. Tercero

De 1714 a 1833. La Generalitat de Cataluña, liderada por el gobierno independentista de Quim Torra, no tardó ni un minuto, tras conocer el plan de desconfinamiento anunciado el martes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en criticar que la organización para la vuelta a la normalidad se realice por provincias. Hoy, los portavoces del gobierno catalán en la crisis sanitaria, Meritxell Budó, Miquel Buch y Alba Vergés, han reiterado la idea de Torra de que, con este plan, «Cataluña vuelve a 1833».

En la línea general de lo manifestado desde el inicio de la crisis por el Covid-19, el gobierno catalán ha insistido este martes en criticar todas y cada una de las decisiones que coordina el Ministerio de Sanidad, en manos de Salvador Illa (PSC). Tras los ritmos del confinamiento, el sistema para contar a los infectados y los muertos y los horarios de los niños para salir a la calle, ahora es el turno de cargar contra el Gobierno por escoger la provincia como unidad territorial a tener en cuenta para valorar el desconfinamiento.

«La provincia no se ajusta a las necesidades», ha indicado Budó, en rueda de prensa, quien ha añadido: «Las provincias, creadas en 1833, no responden a criterios sanitarios o criterios funcionales». Y Buch ha sugerido que el Gobierno, al elegir la provincia -si bien caben excepciones-, no piensa en la salud de los catalanes, a diferencia de la Generalitat: «La división provincial no es el mejor sistema, porque tiene muchos defectos para luchar contra el Covid-19. Nuestro plan está pensado para las personas y no para la unidad del Estado».

Vergés, la titular de Salud del gobierno independentista, lleva días defendiendo que el desconfinamiento debe hacerse, desde su punto de vista, por regiones sanitarias e incluso por áreas básicas de salud (ABS), una idea que este miércoles ha reiterado Budó y que sería prácticamente imposible de aplicar, en tanto que las ABS en Barcelona, por ejemplo, corresponden a barrios (el Ensanche tiene diez ABS).

Esta nueva discusión, al margen de retornar a la actualidad la utilidad de las provincias, se sitúa en el plano de la confrontación entre el independentismo catalán y el Gobierno de España. La Generalitat se organiza interna y administrativamente en base a ocho veguerías, si bien con muchas dificultades pues, por ejemplo, las regiones sanitarias son siete, dejando al margen, en este caso, la veguería del Penedés, creada en 2017 por Carles Puigdemont.

Este concepto administrativo de las veguerías fue utilizado por el nacionalismo catalán para sustituir a las cuatro provincias catalanas, pero no lo consiguió. No solo no lo consiguió sino que la propia Generalitat sigue reconociéndolas -a las provincias- como administración del sistema autonómico en algo tan importante como el sistema electoral al Parlamento de Cataluña, ya que la comunidad es la única región de España que sigue utilizando la ley nacional electoral que utiliza la provincia como circunscripción electoral.

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