La presidenta del Parlament de Cataluña, Carme Forcadell
La presidenta del Parlament de Cataluña, Carme Forcadell - AFP

Forcadell reitera que no dimitirá: «Sería un ataque tan feroz que no me lo puedo imaginar»

La presidenta de la cámara catalana afirma que si la inhabilitan «sería un descrédito internacional» muy grande

BARCELONA Actualizado: Guardar
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La presidenta del Parlament de Cataluña, Carme Forcadell, ha declarado esta mañana en una entrevista a Catalunya Ràdio que no dimitirá y que no teme que la inhabiliten porque considera que sería un "ataque antidemocrático tan feroz" que no se lo imagina.

Forcadell ha reaccionado así después de que el TSJC haya admitido a trámite la querella de la Fiscalía contra ella por haber permitido votar las conclusiones de la comisión de estudio del proceso constituyente pese al aviso del TC.

La presidenta del Parlament ha insistido que no dejará el cargo "porque se limitó a cumplir con sus funciones y defendió la soberanía del Parlament y el derecho de expresión de los diputados", además de apuntar que los presidentes de la cámara los ponen y sacan los diputados.

"Soy presidenta del Parlament porque me eligieron los diputados, y preveo dejar de serlo cuando los diputados, en la próxima legislatura, elijan a otra persona. Es la única manera de poner y sacar, en democracia, a los presidentes del Parlament", ha recalcado.

Al preguntársele si desobedecerá una eventual sentencia condenatoria, Forcadell ha reiterado que no se puede imaginar este escenario como tampoco el de que el Gobierno suspenda la autonomía catalana y, en consecuencia, funciones de la cámara.

Dispusta a defender la soberanía del Parlament

"Sería un descrédito internacional tan grande que no me lo puedo imaginar", ha puntualizado Forcadell, que está dispuesta a ir a declarar y defender donde sea necesario la soberanía del Parlament, la libertad de expresión y también de iniciativa de los diputados.

Tras asegurar que no se siente víctima, ha confiado en tener el apoyo de todas las personas que defienden la democracia, y ha vaticinado una legislatura española en que "se continuará judicializando la política".

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