Un momento de la representación de Nabucco
Un momento de la representación de Nabucco - ABC

«Nabucco»: alta tensión verdiana

La cada vez más popular obra de Giuseppe Verdi fue la apuesta 2016 de la Fundación Menorquina de la Ópera y de los Amics de s’Òpera de Maó

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La cada vez más popular «Nabucco» de Giuseppe Verdi fue la apuesta 2016 de la Fundación Menorquina de la Ópera y de los Amics de s’Òpera de Maó, contando para ello con un reparto que consiguió crear auténtica tensión teatral verdiana, algo difícil de conseguir si no se tienen las voces adecuadas, especialmente en el imposible rol de Abigaille. Pero Ses Amics lo volvieron a petar, esta vez gracias a la genial interpretación del rol de Anna Pirozzi, una napolitana que sabe cómo dar intensidad a su personaje sin que su voz sufra, llegando incluso aplicar pianísimos. A su lado estuvo el convincente, sonoro y temperamental Nabucco de Carlos Almaguer, un personaje que le va como anillo al dedo al temperamento del barítono mexicano.

El dúo entre ambos fue uno de los momentos álgidos de la noche, al que se sumó el conocido «Va, pensiero» a cargo de un coro, el de Amics de s’Òpera más algún refuerzo, que asumió con entera corrección su papel protagonista de la obra maestra verdiana.

La reducida sala del Principal mahonés, el teatro de ópera más antiguo del reino, posee una acústica sensacional, y esto le ayudó bastante a un Carlo Colombara convaleciente, cuyo Zaccaria cumplió aunque algo falto de energía. No fue el caso de la pareja formada por el tenor Leonardo Caimi y la mezzo Annalisa Stroppa, poderosos Ismaele y Fenena, jóvenes, guapos y llenos de talento, lo mismo que pudo escucharse del trabajo de Maria Camps y Vicenç Esteve.

Francesco Lanzillotta, desde el podio, impulsó una versión fluida, sin complejos, aportando contrastes y escenas plenamente teatrales, consiguiendo una excelente prestación de la Simfònica de les Illes Balears en un montaje sencillo y funcional, de lujoso vestuario, que firmaba Massimo Gasparon.

Un año más, y ya van tres, la iniciativa lírica mahonesa también salió a la calle. La función del viernes, primera de las dos programadas –y agotadas–, se retransmitió en directo al céntrico carrer de Ses Moreres en la que se ubicaron 900 sillas dispuestas para seguir el espectáculo al aire libre y a pocos metros del coliseo en lo que ya se está transformando en una tradición.

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