El presidente de la Genralitat, Carles Puigdemont, presidió el homenaje
El presidente de la Genralitat, Carles Puigdemont, presidió el homenaje - ACGN

Una velada con Néstor Luján

La Academia Catalana de Gastronomía y Nutrición homenajea al escritor y periodista que puso la primera piedra de la crítica gastronómica en 1969

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Un discurso -tan «nostrat» como deslavazado- del president Puigdemont cerró el homenaje a Néstor Luján, el periodista que universalizó nuestra gastronomía. Antes hablaron Carles Vilarrubí, presidente de la Academia Catalana de Gastronomía y Nutrición, Miquel Espinet y Josep Vilella, cuya detallada descripción del ágape era proporcional a su indignación por la «invasión» que supone que llamemos «llenguado» al lenguado y no «pelaia».

Tonterías aparte, centrémonos en aquel maestro del Gai Saber que fue Néstor Luján, director del semanario «Destino» y erudito «Averiguador Vargas» en Historia y Vida. He aquí los poderes del «homenot» de Mataró (1922-1995): más de veinticinco mil artículos, decenas de libros y memorables anécdotas de sobremesa. Como esta que recordó Espinet: un Sant Jordi, después de firmar ejemplares, Luján comparte mesa con sus amigos en Ca l’Agustí de la calle Vergara.

A la hora de los cafés se pide coñac y el camarero le trae Carlos I: «¡Con esto no me lavaría ni los pies!”», clama el escritor.

Luján puso la primera piedra de la crítica gastronómica en 1969 cuando Juan Perucho le publica en Táber «Las recetas de Pickwick», título al que seguirán «Las nuevas recetas de Pickwick» y «El libro de la gastronomía española». Luján, Perucho y Cunqueiro, el trío dinámico de la «cocina cristiana de Occidente» que inspira en los ochenta a Xavier Domingo y Manuel Vázquez Montalbán.

El universo Luján está hecho de viajes, carnes rojas y tertulias para saborerar saberes. Un hedonismo cocinado por los restaurantes Hispania, Torre del Remei y Via Veneto. Bajo la batuta de Josep Monge se sirven las croquetas de la casa y los buñuelos de bacalao de Lolita y Paquita del Hispania. Le siguen platos «lujanianos»: las «mongetes amb morro i orella», los «rovellons amb botifarra esparracada», el polémicamente españolista «llenguado» y un gigot con siete horas al horno de la Torre del Remei del senyor Boix.

A uno le apetece releer las novelas del homenajeado: «Decidnos ¿quién mató al conde?» y “La Rambla fa baixada”. Incluso Vilarrubí saluda a la Real Academia de Gastonomía que encarna Rafael Anson; a Santi Vila le preguntan sobre el asunto de Sijena y Puigdemont abraza a Prenafeta. Un homenaje en toda regla.

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