La Generalitat deja en manos de Colau el trazado del tranvía

Un paso más para hacer realidad la unión de Tambaix y Trambesòs por el centro de Barcelona, a pesar de que todavía falte el acuerdo financiero que la impulse. Si hace poco la alcaldesa Ada Colau vaticinó que el año que viene podrían empezar las obras de la conexión –muy probablemente por la Diagonal–, ayer el Ayuntamiento y la Generalitat firmaron un protocolo para proyectar esta infraestructura.

Con el acuerdo, la Generalitat delega sus competencias sobre el tranvía en la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM), organismo que acabará de decidir cómo el Ayuntamiento, que pagará la infaestructuira, recupera la inversíon. Los trabajos podrían concretarse en poco tiempo.

El protocolo también contempla que la decisión sobre el trazado de este nuevo tramo será del consistorio y que la Generalitat lo respetará.

El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, reiteró tras la firma del convenio que el gobierno catalán no se ha puesto nunca en este tipo de decisiones técnicas. Además, incidió en que la ATM tendrá que encargarse de que la iniciativa sea «rentable en términos sociales y de movilidad».

Preferencia por la Diagonal

Por su parte, la edil de Movilidad del Ayuntamiento, Janet Sanz, recordó que ahora se están estudiando todas las posibles conexiones y que los resultados estarán listos «en breve» –Colau los prometió para febrero el mismo día en que anunció que las obras empezarían en 2017 si no había «ningún tropiezo»–. El Consistorio espera que los informes ratifiquen que la conexión por la Diagonal es la mejor.

La oposición recuerda la L10

El concejal de C’s en Barcelona, Santiago Alonso, avisó de que el Ayuntamiento «no puede convertirse en prestamista» de la Generalitat y denunció que hay que frenar las «políticas de financiación de infraestructuras erráticas y sin criterios claros», en referencia a las obras del Metro hasta la Zona Franca que Colau también quiere financiar. El líder del PP en el Ayuntamiento, Alberto Fernández, también reclamó priorizar la L10 y lamentó que el protocolo de ambas instituciones «demuestra sus prioridades equivocadas» y llegue antes que los estudios técnicos. Daniel Mòdol (PSC) instó al Govern «a hacer los deberes» tras la firma del protocolo.

Unos 200 millones de euros de coste

La financiación de estas obras es el gran escollo pendiente. Se calcula que los trabajos podrían costar unos 200 millones de euros. Ahora, técnicos municipales de BIM:SA están ultimando los informes técnicos encargados por Colau al inicio de mandato, que esán analizando aspectos de accesibilidad, topografía y afectaciones tanto para peatones como para tráfico rodado y ciclistas, así como la colocación de los raíles, la ubicación de las paradas y los planes semafóricos.