Mil participantes en un concierto-experimento anticovid en Barcelona

«Por la mañana me han convocado para hacerme un test rápido y un PCR. Luego por la tarde te decían por mensaje si entrabas en la sala, o eras del grupo de control», señala a ABC uno de los participantes

Uno de los participantes en el experimento, esta mañana, antes de realizar la prueba anticovid EFE

Miquel Vera

Músicos, médicos, investigadores y promotores nocturnos formaron hoy en Barcelona una curiosa banda dispuesta a afinar sus protocolos para sacar a festivales y salas de conciertos del largo letargo provocado por la pandemia. De su mano, más de 1.000 voluntarios, que aceptaron someterse a una batería de test de coronavirus con tal de participar en un concierto en la mítica Sala Apolo de la Ciudad Condal.

La iniciativa, promovida por el festival Primavera Sound, la Fundación Lucha contra el SIDA y el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona, ha organizado un ambicioso operativo para hacer cientos de test rápidos a todos participantes antes de entrar a una sala en la que se podrá bailar con libertad y sin distancia social, pero con el permiso de las mascarillas, en una velada que contará con la participación de artistas como DJ Marta Salicrú, DJ Unai Muguruza, Renaldo & Clara i Mujeres. Para ello, se han instalado varias carpas donde técnicos han realizado las pruebas de forma escalonada.

«Por la mañana me han convocado para hacerme un test rápido y un PCR. Luego por la tarde te decían por mensaje si entrabas en la sala, o eras del grupo de control», ha explicado a ABC Manel, uno de los participantes de este concierto-experimento pionero en España. Según el protocolo, la idea es comparar los eventuales contagios de coronavirus entre los asistentes a la fiesta, que tienen que dar negativo en las pruebas, y los que no. Aunque no se sabe si se darán a conocer públicamente las cifras, el evento genera esperanza en el sector de la música en directo y el ocio nocturno.

«Mi ilusión era doble, por un lado volver al Apolo, por otra, participar en un proyecto de investigación científica, creo que esto era otra forma de ayudar. No cumpliré uno, pero sí el segundo», ha añadido este participante que, finalmente, ha integrado el grupo de «control». Como él, muchos asistentes han reconocido participar en el evento para «matar el gusanillo» de un concierto en directo «de los de antes». Otros, se han interesado tras saber que quienes se hicieran todos los test del estudio recibirán una entrada para el Primavera Sound del próximo año. «Tengo mucha afición a la música electrónica, y me pareció bien la idea para intentar montar eventos más seguros. Creo que si dan la opción, la gente aceptará hacerse test para entrar en festivales y conciertos como este», ha destacado Alberto, otro participante, minutos antes de entrar en el recinto.

Con todo, el estudio -desarrollado con un cierto secretismo por parte de sus organizadores- permite visualizar por primera vez como la pandemia transforma un ritual social consolidado durante años. Así, el barrio del Pueblo Seco de Barcelona, donde está la famosa sala de conciertos, ha observado como las colas para hacerse los test de coronavirus han remplazado las habituales procesiones de grupos de jóvenes viajando de un bar a otro intercalando cervezas y copas para calentar motores antes de entrar a un concierto o una fiesta.

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