Marcos Martínez, durante su declaración
Marcos Martínez, durante su declaración - POOL

JUICIO POR LA MUERTE DE CARRASCOMarcos Martínez, sobre si a Isabel le gustaban las mujeres: «En absoluto, me parece una patraña terrible»

El controlador de la ORA asegura que Raquel Gago tenía una visión perfecta de su coche

La pareja de Carrasco: «Desde aquel 12 de mayo mi vida se acabó, estoy intentando recuperarla y no sé cómo»

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R. ÁLVAREZ
LEÓN Actualizado: Guardar
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15.11 Concluye la declaración del último testigo citado para jornada de hoy, con lo que se da por finalizada la sesión. Este miércoles se retomará el juicio con el testimonio de las amigas de Raquel Gago, familiares suyo, su pareja y varios policías nacionales, entre ellos al que Raquel llamó cuando encontró el arma el 13 de mayo.

15.09 Cuando recibía una llamada e iban en el coche paraban y se apartaba para hablar. Las armas no le gustaban, se sentía incómoda con ellas. Cuenta que el comportamiento de Raquel siempre fue normal, aunque nunca intervinieron en nada lo suficientemente peligroso como para analizarlo.

15.06 Trabajaba con Raquel de forma habitual. En ese tiempo nunca creyó que ella hiciera algún seguimiento a nadie. Nunca mostró interés en conducir y tenían una zona asignada, dice.

15.04 A preguntas de la defensa de Montserrat y Triana cuenta que madre e hija, una vez detenidas, se las llevaron al mismo tiempo de la zona de los sindicatos aunque en coches diferentes.

15.01 Dice que alguna vez entre los compañeros se comentó que Raquel podría ser lesbiana, aunque matiza que no puede saber si esto era así o no. Le preguntan si él, yendo de paisano, ve tumulto, revuelo y varios coches de policías pararía para ver qué pasa. Él responde que parar puede que no, pero que seguro que se pondría en contacto con los compañeros para ver si hace falta echar una mano.

14.55 A preguntas de la acusación particular el testigo cuenta que en el momento de la detención madre e hija estaban al lado, pero había muchos policías, por lo que cree que no pudieron hablar entre ellas. Después cree que las separaron y que Triana fue llevada a la Comisaría de San Andrés.

14.53 En su declaración en el Juzgado le preguntaron si le extrañaría que Raquel y Triana fueran pareja, a lo que él respondió que no. Le preguntan por ello y dice lo mismo, pero matiza que lo dijo porque desde que la conoce no había «encontrado ningún signo de afecto de Raquel ni hacia mujeres ni hacia hombres».

14.51 A las 18.33 Raquel le devolvió la llamada para preguntarle cómo estaba la situación. Le contó que habían sido detenidas las dos, que no sabía más, que si quería saberlo se acercara a Comisaría para preguntar. Ella no fue. Raquel llamó de nuevo más tarde para volver a preguntar. Le dijo que no sabía más, que preguntara a los compañeros. En esas tres llamadas ni a él ni a los compañeros les dijo que hubiera estado con Triana o con su madre ese día.

14.49 Esa tarde hubo tres llamadas entre el declarante y Raquel, una a las seis menos cuarto en la que le dijo que se había producido un tiroteo, que habían asesinado a la presidenta de la Diputación y que estaba detenida Montserrat y Triana estaba también allí. Raquel le contestó «¿pero qué me estás contando?» Raquel no le dijo en ningún momento que ese día hubiera estado con Triana.

14.45 El 12 de mayo recibió un aviso de que se había producido un tiroteo, estaba en Santo Domingo y fue hacia la zona. De camino, unos compañeros le pidieron que parara donde estaban deteniendo a Triana y a su madre, frente a los sindicatos. Vio allí a Triana y habló con ella. Él sabía que lo que allí ocurría estaba relacionado con el asesinato que había ocurrido en la pasarela. Triana le dijo que venía de la pastelería. Su madre ya estaba detenida. La madre negaba los hechos y sabía que estaban buscando un arma.

14.42 Declara el último testigo del día. Se trata del policía local que llamó a Raquel Gago mientras estaba en el taller para decirle que habían matado a Isabel Carrasco y que Triana y Montserrat estaban detenidas. Conoce a Raquel desde hace 16 años y son vecinos. Raquel, dice, es «muy reservada». Conoce también a Triana porque se la había presentado, sabe que hablaban habitualmente, así que cree que eran «muy amigas».

14.40 Conoce a Raquel desde hace años, iba fuera de hora al taller muchas veces, como otra gente. Dice de Raquel que es una persona responsable.

14.34 Él la vio ya dentro del taller, no sabe si llevó la tabla en coche o cómo la llevaba. Con ella había otra persona que no subió. Cuenta que estuvo con unas bolsas, pero no vio nada. Cogió algo de una bolsa que metió dentro de otra. No pudo ver nada, pero oía el ruido del plástico.

14.32 Raquel le dijo que no había aprovechado la tarde, que prefería usar los sprays otro día porque no quería molestar a la gente, que volvería otro día. Al día siguiente. Cuando se fue no le dijo que volvería más tarde, pero sobre las siete y diez ella llamó para preguntar hasta qué hora habría gente allí para volver a dejar algo más tarde. No le pareció raro porque la gente va a cualquier hora. Raquel volvió sobre las diez menos veinte. Trajo una tabla.

14.27 Declara Abilio Álvarez Rodríguez, coordinador de la Casa de la Cultura de Trobajo donde Raquel Gago acudía a clases de restauración. Vio a Raquel el 12 de mayo. Poco antes de las seis. Más o menos a esa hora supieron que se había producido el crimen. No habló con Raquel del tema.

14.22 La defensa de Raquel Gago incide en que las clases de restauración no requerían que los asistentes se ajustaran a un horario preciso. Ella no lleva el control de los materiales. Allí hay unas estanterías para los materiales, pero no sabe dónde deja cada uno sus cosas, no están cerradas con llave y cualquiera puede utilizarlas.

14.20 Cuando oyeron en el taller la noticia del asesinato de Isabel Carrasco «no estábamos normales nadie, nos inquietamos, pero Raquel no estaba más perjudicada que otras personas», comenta la testigo.

14.18 Dice que Raquel salió varias veces para hablar por teléfono, no recuerda la hora. Raquel es discreta y cuando la llaman suele salir. Ella se fue de las clases antes que la acusada, no sabe cuándo salió. Raquel Gago estaba usando un spray blanco y lijaba una mesita. Dice que necesitaba más material para trabajar. No recuerda que le hubiera dicho que tuviera que comprar nada ni que hubiera pasado por una tienda de manualidades. Sabe que la noche del crimen llevó un tablón al taller, pero lo supo a la semana siguiente.

14.13 Declara Ana Isabel Martínez González. No es amiga de Raquel Gago, la conoce. Es profesora de las clases de restauración. El 12 de mayo de 2014 Raquel llegó tarde, aunque no recuerda la hora. Dice que en su declaración previa en el Juzgado se sintió «un poco presionada por la jueza». No sabe a qué hora llegó Raquel Gago ese día, pero sí cree que alguien le comentó que había llegado tarde porque se había quedado dormida, pero no sabe si se referían a Raquel. Dice que no leyó su declaración en el Juzgado tras realizarla, que sólo la firmó. El fiscal pide que se deduzca falso testimonio para ella. Las acusaciones están de acuerdo. Las defensas creen que está diciendo la verdad y que la jueza instructora pudiera haber provocado esa sensación de presión a la que se refiere.

14.06 La defensa de Raquel le pregunta si es posible, dado el ruido que podría haber en el taller, que ella no entendiera bien la respuesta que le daba en ese momento para llegar tarde. Dice que cree que no, que le dijo que llegaba porque se había quedado en el sofá. Sobre si le sorprendió ver a Raquel envuelta en este crimen la declarante contesta: «Siempre he pensado que se ha visto implicada en algo en lo que ella no tiene nada que ver».

14.03 El abogado de Raquel Gago dice a la declarante que las acusaciones creen que Raquel dejó el bolso con el arma en el taller de restauración, y le pregunta si es posible que alguien accediera a su zona de trabajo. Ella responde que tienen acceso a todo, pero si hay algo diferente o nuevo allí es probable «que no se percaten».

14.01 Dice que ha ido muchas veces fuera de la hora de las clases con Raquel Gago al taller y comenta que le pareció «normal» que llegara tarde.

14.00 Raquel nunca le dijo nada de que hubiera estado con Montserrat y Triana el día del crimen cuando más adelante se conoció que habían sido detenidas. Había visto incluso a Triana en el taller de restauración en una ocasión y también una vez por la noche. Raquel no le dijo que supiera quienes eran las detenidas, pese a que ya había recibido la llamada en la que le informaban de lo ocurrido y quienes habían sido detenidas. Vio a Raquel «completamente» normal. «¿Bloqueada?», le preguntaron, a lo que contestó «para nada».

13.56 Durante el curso se comentó que habían matado a Isabel Carrasco. Todos se quedaron sorprendidos. Empezaron a sonar los móviles, le propuso a Raquel que llamara para informarse y ella le contestó que iban a «esperar un poco más de tiempo». Lo único que supieron en ese momento era que la asesina era una mujer.

13.54 Declara María Rodríguez García, amiga de clases de restauración de Raquel Gago. Le contaba algunas cosas de su vida, no sabía que tenía pareja, pero sí que le había hablado de Triana. Había estado en una ocasión con ella. El 12 de mayo Raquel llegó tarde a las clases de restauración. Entendió que había salido tarde de casa porque se había sentado un poco a descansar en el sofá después de trabajar.

13.52 El presidente del tribunal advierte que quedan cuatro testigos y que da de máximo a las partes para que pregunten hasta las 15.30.

13.44 Finaliza la declaración de Julio Mozo y se anuncia un receso de 10 minutos. Quedan todavía cuatro declaraciones para que finalice la sesión de hoy del juicio.

13.42 El abogado de la defensa de Montserrat y Triana pide que le muestren dos fotografías de la calle en la que estaban. Le pregunta si desde la derecha de Lucas de Tuy se pude ver si había alguien entre el contenedor que sale en ella y la pared. Responde que no. Raquel estaba entre el coche y los contenedores, dice el declarante, a lo que el letrado pregunta por qué cuando hicieron el dibujo que consta en una de sus declaraciones no lo especificó en él. Insiste en que él dijo entonces lo mismo que ahora. El operario de la ORA dice que llegó donde Raquel entre las cinco y cuarto o y veinte. Él vuelve a insistir en que no vio a Raquel responder al teléfono en ese tiempo. Raquel veía la puerta trasera del coche perfectamente. La abogada de la defensa, Beatriz Llamas le pide que mire a Raquel mientras ella mueve la mano como para abrir una puerta. En ese momento le pregunta, «¿ve que me estoy moviendo?», a lo que él responde que «sí».

13.31 Oyó como se abría el coche y luego cómo se cerraba una puerta mientras Triana estaba allí.

13.30 Cuando se produjo el encuentro con Triana, Raquel actuó como si no hubiera pasado nada. Siguió hablando con él. Después de irse Triana siguió con ella unos minutos más. «Yo con ella estuve hablando normal y continuamos hablando normal». Él no veía el coche, Raquel le estaba mirando a él y cree que tendría el control de lo que tenía alrededor, por lo que habría visto que se abría la puerta del vehículo. «Yo le estoy mirando a usted, pero a la vez veo lo que hace el que está a su lado», contesta.

13.25 Raquel se mostraba «enérgica» mientras charlaba con él sobre el problema que había tenido con los operarios de la ORA. No estuvo así durante toda la conversación.

13.23 El declarante no recuerda la conversación que el abogado de la defensa de Gago dice que mantuvieron en el tiempo en que estuvieron juntos. No está seguro de quiénes eran los compañeros suyos de la ORA con los que Raquel había tenido un problema. Insiste en que no sabe quién inicia la conversación de los dos.

13.19 El letrado le pregunta quién tomó la iniciativa para la charla, si él o Raquel. Él comenta que él fue quien la saludó, pero no recuerda si el contenido de la conversación salió de él o de Raquel. No sabe cuánto había pasado hasta que llegó Triana. Mientras hablaban pasaron dos compañeros de la ORA por la otra acera en ese momento. No se movió para saludarlos. Mientras habla su abogado Raquel Gago no deja de tomar apuntes.

13.15 Interviene la defensa de Raquel Gago, que le pregunta en cuántas ocasiones ha declarado, le dice que 4. Insiste en que ratifica el contenido de sus declaraciones. El letrado le cuenta que en una de ellas afirmó que antes de que viniera Triana llevaba unos diez minutos con Raquel y después unos cuatro. El operario de la ORA señala que no recuerda el tiempo, que sólo sabe que estuvo allí diez minutos. El fiscal insiste también en que en esos tiempos a los que se refiere el abogado el declarante había añadido en su declaración que no sabía precisar el tiempo, igual que ahora.

El controlador de la ORA, Javier Mozo, a su llegada a la Audiencia de León
El controlador de la ORA, Javier Mozo, a su llegada a la Audiencia de León - ICAL

13.08 El declarante asegura que, por su posición, Raquel Gago tenía mientras hablaban una visión perfecta de su vehículo.

13.06 Dejó a Raquel allí sobre las cinco y media. No vio a Raquel hablar por teléfono y «quedó allí parada» cuando se fue. Raquel le dijo «joder cuánto tarda esta tía» en referencia a Triana, ya que no volvía de la frutería. Raquel no dijo nada a Triana.

13.04 Fue alrededor de las 17.20 cuando se encontró con Raquel. Lo sabe porque en su trabajo «tiene los tiempos muy medidos». En todo caso está seguro de que fue más tarde de las 17.15. Tiene un recorrido fijo. Encontró a Raquel junto a su coche, al lado de unos contenedores. No sabe por dónde llegó Triana. Sí que se dio cuenta de que se abrió el coche por el ruido. Él y Raquel estaban cara a cara, a una distancia normal. Si ella hubiera cogido el teléfono en algún momento cree que se habría dado cuenta y no ocurrió así.

13.00 En el tiempo que estuvo con Raquel no vio que recibiera ninguna llamada ni se fijó en si llevaba el teléfono en la mano. Estuvo con Raquel entre 10-15 minutos. Desde que se fue «esta chica» (Triana) y se marchó Raquel no sabe el tiempo que pasó. «Yo la dejé allí», dice. «Le dije, yo voy a continuar, tranquila que seguro que vendrá ahora». Afirma que era la primera vez que hablaba tanto con Raquel, pero no le pareció extraño.

12.57 Estando es esa posición llegó una chica que él no conocía. Raquel y él estaban «enzarzados» en la conversación y él no la vio venir. Cree que le dijo a Raquel que abriera el coche, no oyó que dijera que iba a dejar algo en él y contó que volvía pronto, que iba a la frutería. Raquel siguió hablando con él, el coche sí se abrió. Oyó el «crack» de la apertura de los seguros. No vio si la chica metió algo en el coche, pero sí que percibió «el portazo» de cerrarse una puerta. El coche le quedaba a su espalda. Cree que Raquel de haberse abierto una puerta lo tendría que haber visto. «Supongo que sí». La chica se fue en dirección a Gran Vía de San Marcos. Raquel no le dijo nada. No se fijó en cómo iba vestida la chica ni qué llevaba.

12.52 Durante su charla en la tarde de ese 12 de mayo él miraba en dirección hacia el Paseo de la Condesa y ella, Raquel Gago, hacia Gran Vía de San Marcos.

12.50 Raquel había tenido un problema con dos controladores que «la habían azuzado para que sacara el ticket mientras estaba dentro de su vehículo». Dice de ella que tenía un «carácter fuerte» por la forma de protestar en ese momento. Esto lo vio en la forma de explicarle y exponerle el caso en concreto y no se refiere a que ella en general sea así.

12.48 Declara Julio Mozo López, el operario de la ORA que estaba con Raquel Gago mientras Triana introdujo el bolso con el arma del crimen en su coche. Conocía a Raquel «de breves encuentros andando por la calle» porque ella es policía local y él controlador de la ORA. Cuando vio a Raquel ella estaba «parada, esperando». No le dijo qué hacía allí, estaba junto a su coche. Se la encontró sobre las cinco y veinte o cinco y media del 12 de mayo.

12.46 A preguntas del abogado de Raquel Gago responde que no la conoce y que no sabe tampoco si la conocía Isabel Carrasco.

Raquel Gago, durante la quinta sesión del juicio
Raquel Gago, durante la quinta sesión del juicio - POOL

12.44 El abogado de la defensa de Montserrat y Triana pide que le pongan más fotografías de la cocina de la vivienda que compartía con Isabel Carrasco. La anchura de la entrada es de dos metros, dice. E insiste en que si Triana estaba en el pasillo la pudo ver pequeña. Él responde que no sabe.

12.41 El abogado del PP, Ricardo Gavilales, pregunta al testigo cómo se encuentra. «Desde aquel 12 de mayo mi vida se acabó, estoy intentando recuperarla y no sé cómo. No tengo nada, estoy en el paro, buscando trabajo y cobro una prestación de desempleo que se me termina en diciembre. Trato de buscar fuerzas de no sé dónde para seguir con mi vida, es lo que puedo decir».

12.38 El abogado de la acusación particular Carlos Rivera dice que en la descripción de Triana del piso de Isabel Carrasco subrayó que la cocina era pequeña. Añade que en las fotos que aparecen en la página web con la vivienda a la es la única fotografía que se ve «rara». Le muestran una foto a la pareja de la víctima y dice que la cocina es «grande» y que quizá ahí no se aprecia. Piden que se incorporen las fotografías de las que hablan al caso para que lo valore el jurado.

La pareja de Isabel Carrasco, a su salida de la Audiencia Provincial de León
La pareja de Isabel Carrasco, a su salida de la Audiencia Provincial de León - EFE

12.35 La boda maragata de la que habló antes fue en septiembre de 2010. Allí dice que estaba Montserrat y también Triana. Le muestran unas fotografías. Montserrat se acercó a él y no le dijo nada sobre un posible acoso sexual (que ellas dicen que se produjo en enero de ese año) y su trato hacia él fue «afable». Cree que para Isabel Carrasco una trabajadora interina como era el caso de Triana no era tan importante como para hacerle la vida imposible. «Tenía muchas más cosas de las que preocuparse».

12.30 La casa que compartían Isabel Carrasco y él se ha puesto a la venta y en una página de venta de pisos se puede ver perfectamente su distribución y fotografías de las habitaciones. Después de morir Isabel cuenta que no pudo «aguantar» en esa casa, donde estuvo una semana y después se fue a un apartamento que tenía Isabel en Colón antes de alquilar él un piso.

12.28 Con él cuenta que Montserrat y Triana siempre han sido correctas y nunca insultaron a Isabel Carrasco delante de él. Cuenta que estando él presente Isabel Carrasco nunca llamó a Triana para pedirle favores. «No tenía ningún sentido», añade. Cuenta que a la casa que compartían iban en muchas ocasiones funcionarios de la Diputación a llevarles papeles.

12.24 En una cena de Navidad del partido Montserrat le presentó a Triana, le dijo que pertenecía al partido y que era muy válida y que Isabel Carrasco la tenía que ayudar. Se lo dijo a Carrasco y ella le contestó que esa plaza se iba a presentar a concurso, que se lo preparara y se presentara al examen. En una boda maragata en la que participó Isabel Carrasco con Luis del Olmo Montserrat le comentó que tenía que darle las preguntas del examen, a lo que respondió: «Mira, esas cosas Isabel no las hace ni yo se las voy a pedir».

12.21 Cuenta que Isabel solía ir los lunes a la sede del partido. No llevaba escolta, no se sentía amenazada y si era así nunca se lo dijo. Él conocía a Triana porque era afiliada al PP desde antes del 2010. También conoció a su madre en un congreso del partido en Valencia.

12.18 Cuando aparcó la moto vio a Marcos, que le dijo que estaba llamando a Isabel y que no le cogía. Él le respondió que había salido ya, cinco minutos antes, con lo que le hubiera dado tiempo a llegar. Vieron una moto de la policía que pasó por encima de la pasarela y puso el cordón policial. Se acercaron al cordón y no se veía nada porque la pasarela tiene una curva. Ricardo Gavilanes, entonces concejal del Ayuntamiento, le dijo «no sé lo que ha pasado, Jesús, pero Isabel está ahí» con la cara «blanca». El corrió hacia la zona y la vio, pero ya la tenían tapada. Pudo ver su cabeza, el pelo y un poco de sangre. Él pregunto si estaba viva y le dijeron que no, que había fallecido. Después le metieron en una ambulancia y le dieron una pastilla para que se tranquilizara.

12.15 Se reanuda la vista. Declara la pareja sentimental de Isabel Carrasco, Jesús López-Brea. Llevaban juntos diez años, convivían en el domicilio de ella desde hace ocho años. Él comió en casa y estuvo en Ponferrada ese día. Isabel Carrasco comió fuera y llegó sobre las cinco menos cuarto, se cambió de ropa antes de salir hacia la sede del PP, donde había quedado para ir al mitin de Mariano Rajoy en Valladolid. Él cogió la moto para ir hacia la sede del PP, ella fue andando.

11.23 Se interrumpe la vista hasta las 12, cuando está llamado a declarar Jesús López-Brea, pareja de Isabel Carrasco, entre otros testigos.

11.20 El abogado de la defensa le pregunta por qué fue él el que preguntó a Triana en el Juzgado si había sufrido algún tipo de acoso sexual por parte de la víctima. Lo hizo porque «no le cuadraba para nada» que todo eso que contaban correspondiera a una señora presidenta de la Diputación y entonces recordó los rumores de que Isabel Carrasco había tenido una relación con otra mujer en Valladolid. Triana se quedó cortada y dijo «no».

11.17 En el juzgado le recuerdan que declaró que cuando se entrevistó con ellas en prisión el contenido de la conversación fue «para tranquilidad de ellas», no para hablar del caso. Insisten entonces en si el hecho de que diga que le contaron que las habían engañado responde a una estrategia para anular sus declaraciones previas. Vuelve a responder que no.

11.13 El declarante niega que ninguna de las dos detenidas le hubiera dicho que Triana tuviera algún tipo de problema de carácter sexual con Isabel Carrasco. «No lo conocía en absoluto».

11.12 En el mismo despacho de Comisaría declararon primero Montserrat y después Triana, a continuación. La abogada de la acusación particular, Beatriz Llamas, pregunta al testigo si es posible que la hija leyera la declaración de su madre en ese pequeño intervalo de tiempo. Él dice que nunca vio que esto ocurriera. Si las declaraciones de ambas coincidían él pensó que era porque estaban contando la verdad, aunque le sorprendieron los detalles. A Triana cuenta que se le preguntó algo más en la declaración que a Montserrat. Leyó las declaraciones antes de firmarlas y estaba de acuerdo en que recogían lo que habían dicho en la sala.

11.05 Su primera señal de alarma fueron las palabras «caóticas» de Montserrat, dice. Ellas de forma previa no le habían dicho nada referente a sus conversaciones con los policías. Dice que es «absolutamente incierto» que esto que cuenta ahora sea una estrategia para anular las declaraciones de ambas tanto en Comisaría como en el Juzgado.

11.03 Se entrevistó con las dos cuando ya estaban en la prisión de Mansilla de las Mulas. Montserrat no dejaba de decirle que su hija no tenía que estar ahí y le señalaba que un policía le había indicado que Triana no iba a ingresar en la cárcel, pero él no incidió en estas declaraciones porque no entendía nada de su conversación, atropellada. Fue Triana la que luego le explicó que habían estado juntas en la Comisaría, que les habían leído un artículo por el que ella sería exculpada si decían dónde estaba el arma y declaraban. Ellas estaban convencidas de que así sería. Él pensó que lo que le decían «era muy grave» y que llamó al padre y marido de ambas para decirle «oye, que a estas mujeres las han engañado».

10.58 Él no advirtió en el Juzgado de que se hubiera producido alguna irregularidad en la declaración en Comisaría porque «él no la había detectado». Cuenta que sí notó que el fiscal en ese interrogatorio (en el Juzgado) «se mofaba» de lo que declaraba Triana.

10.53 Fue a visitar a Triana a la Comisaría de San Andrés antes de que la trasladaran a León. Estaba preocupado -a través de su padre- por cómo podría encontrarse anímicamente. Estuvo allí cerca de una hora. El fiscal quiere saber si alguna de las dos detenidas le hablaron de la existencia de un trato con la Policía. Él responde que no y que no creía que pudiera haber eso.

10.49 Dice que le chocó que las declaraciones de ambas fueran idénticas. Cree que cuando dijeron en su relato de los hechos «deshazte de esto» en referencia al bolso con el arma le extrañó que ninguna de ellas dijera algo más o preguntara que había allí.

Raquel Gago, Triana y Montserrat escuchan la declaración de Marcos Martínez
Raquel Gago, Triana y Montserrat escuchan la declaración de Marcos Martínez - POOL

10.47 En la actuación de la policía respecto a las declaraciones no observó «ningún tipo de irregularidad».

10.46 Estuvo presente en las declaraciones de Montserrat y Triana en Comisaría, primero declaró Montserrat y le recomendó que no lo hiciera. Ellas quisieron declarar, con Montserrat le chocó que no hubiera apenas interrogatorio, «le hicieron una pregunta», señala. Su experiencia, dice, no es la adecuada en un asunto como éste, pero le «sorprendió» que no se le preguntara más. Las palabras de Montserrat, afirma, eran «con frialdad», pero cuando empezó a hablar de la supuesta persecución de Isabel Carrasco a su hija «es como si hubiera dos personas hablando, estaba nerviosa, embarullada y costaba seguirla». Por este motivo solicitó que fuera examinada por un médico.

10.39 Dijo a Pablo Antonio Martínez que su especialidad no es el derecho penal, pero asiste a las detenidas en los primeros días.

10.38 Declara José Fernando Cornejo Pablos, quien asistió como abogado a Montserrat y Triana en primer lugar. Ejerce en Madrid desde el año 74. Es amigo de Pablo Antonio Martínez, esposo y padre de Montserrat y Triana. Ese fue el motivo de que las asistiera en la primera declaración de ambas en Comisaría y en el Juzgado. Pablo Antonio lo llamó el día de los hechos y le pidió que viniera. Llegó a la una y media de la madrugada, antes de él las asistió una abogada de oficio

10.33 A preguntas de la defensa de Montserrat y Triana señala que cree que salió de él el pagarle el teléfono móvil. Cuando vio a Triana la notó más delgada y más triste.

10.31 El declarante dice que no le gustaba Triana, que le regaló el teléfono porque se lo pidió y porque no lo pensó, no por otro motivo. La petición de Triana le cogió desprevenido y no supo decir que no.

10.30 A comprar el móvil fueron andando. De camino hablaron de cosas normales, lo del teléfono se lo dijo Triana en la misma tienda. Nunca se preocupó de qué había pasado con ese teléfono de prepago.

10.27 Dice que con el teléfono que compraron juntos Triana nunca le llamó. Generalmente hablaba por ella por WhatsApp. Él nunca le hizo una recarga al móvil de prepago. Cuando se produjeron los hechos él estaba en Alemania trabajando.

10.25 Declara José Manuel Presa Ferrero. Titular del teléfono de prepago que tenía Triana. La conoce desde hace años. La última vez que la vio fue hace tres años y medio o cuatro, «cuando lo del teléfono móvil», dice. En primavera, cree. Fue con ella a comprar un teléfono móvil. Ella lo llamó un día y le dijo si le podía hacer el favor de poner un teléfono de prepago a su nombre porque lo iba a necesitar para hablar con sus amigos y no quería que la controlaran. El fiscal le recuerda que entonces Triana «ya no era una cría», si no le extrañó. Dice que le «extrañó» que le pidiera ese favor cuando la acusada tenía un Iphone. Él le pagó el teléfono y puso el móvil de prepago a su nombre porque «no lo pensó».

10.20 La defensa de Montserrat y Triana le pregunta si le consta que la presidenta utilizara a Triana para trabajos que no fueran específicos de su puesto, a lo que responde que no le consta. También incide en si es suya una foto de marihuana que dicen que apareció en su ordenador, el que tenía en casa de Triana. Ella dice que no.

10.12 Cuenta que cree que Triana no estudió mucho para la oposición y que por eso suspendió. «Éramos amigas, pero no como ‘coleguis’, yo la tenía como una hija», señala la declarante. Triana le dijo que tenía problemas económicos, pero no le pidió dinero «porque sabía que yo no se lo podía dejar». Desconoce si Triana tuvo una relación de amistad con Isabel Carrasco. Cuando ella entró en la Diputación lo hizo a través de una oposición en la que afirma que no le dieron las preguntas, aprobó estudiando.

10.08 Sabía que en la Diputación le estaban reclamando un dinero «que decían que le habían pagado de más» y Triana «lo veía injusto». Dice que no es consciente de que hubiera adelgazado los 25 kilos que dicen que perdió durante todo el proceso. Comenta que la madre estaba también dolida con Isabel Carrasco, que la víctima le tenía envidia a su hija. No le consta que la Diputación le encargara trabajos a Triana fuera de la Diputación.

10.04 Uno de los ordenadores que se encontraron en casa de Triana era suyo. Sabía que Triana estaba «disgustada» tras su salida de la Diputación. Atribuía a Isabel Carrasco su situación. No sabe si tenía motivos para quejarse. «Cuando te presentas a una plaza la sacas o no la sacas, ya está». Cree que Isabel Carrasco era una persona influyente.

10.02 Responde ahora Ana Isabel Llamazares Llamas, trabajadora de la Diputación desde 1984. Es administrativa y conocía a Triana, era amiga suya. Mientras estuvo en la Diputación la conoció como «una compañera más», cuando se fue «le dio pena» y la acogió «como una hija» porque, según cuenta, «le estaban pasando cosas que le parecían injustas». Conoce también a su madre de ir con ella. Con Montserrat no tenía ninguna amistad.

9.58 No sabe si Triana conocía que Isabel Carrasco iba a ir al mitin en Valladolid el día del asesinato, pero contesta que «es de sentido común» pensar que si el presidente del partido, Mariano Rajoy, iba a estar en Valladolid, la presidenta provincial del partido acudiera.

9.57 El declarante niega que fuera Triana Martínez la que instalara el adsl en Cuadros, en chalets de Lorenzana y en la casa del teniente de alcalde.

9.54 Marcos Martínez dice que desconoce que Triana Martínez le hubiera enviado a Isabel Carrasco un sms pidiéndole las preguntas del examen de las oposiciones un día antes de que se celebrara, pero asegura que fue un día personalmente a solicitarlas. Antes de esto.

9.52 Le pregunta si le consta que comunicaran a Triana que se iba a celebrar el mitin al que iba a asistir Isabel Carrasco. Dice que no lo sabe igual que no sabe si estas comunicaciones llegan uno a uno al resto de los afiliados. Dice también que es “absolutamente falso” que Carrasco despachara en la Diputación los temas de partido e incide de nuevo en que lo habitual es que todos los lunes fuera a la sede del partido.

9.49 El abogado de Montserrat y Triana pregunta a Marcos Martínez si no era cierto que Isabel Carrasco controlaba las listas y quien decidía era ella. Él responde que el comité electoral era el que aprobaba las listas y en él «no estaba Isabel Carrasco». Interviene el presidente del tribual, quien recuerda al letrado de la defensa que lo que se está juzgando es un asesinato, y no si las cosas se hacían bien o no en la Diputación o en el PP.

9.46 Cuando había un mitin fuera de León siempre salían desde la sede del partido. Isabel Carrasco era una «gran amiga suya» y muchas veces no solo hablaban de los temas de trabajo y de política, sino de temas personales. Partiendo de este conocimiento personal de la víctima le preguntan si cree que a Isabel Carrasco le gustaban las mujeres, a lo que responde: «En absoluto, me parece una patraña terrible, de lo más feo que he oído en mi vida»

9.43 El declarante aparcó sobre las cinco y cuarto al lado de la pasarela e inmediatamente oyó las detonaciones. A la Diputación fueron las dos a reprocharles, pero cuando le pidieron las preguntas lo hizo solo Triana.

9.41 Marcos Martínez dice que «no cree de ninguna manera» que Isabel Carrasco perjudicara a Triana para que no pudiera ir en las listas del PP por Astorga. Isabel Carrasco también le dijo a él que Triana le había pedido las preguntas del examen de la oposición y que pensaba que tenía «mucha cara». A él también se las pidió. Le dijo que no había estudiado y que si no le daba las preguntas no iba a aprobar y que ya se las había pedido a Isabel. Él no las tenía y no se las dio.

9.38 Conoce a Triana desde 2007, cuando ésta empezó a trabajar en la Diputación de León, y a su madre de actos del Partido Popular, a los que acudía con frecuencia. El fiscal pregunta si conocía la inquina que ambas tenían a la víctima. Cuando él era vicepresidente le informaron un día de 2013 o 2012 que Triana y su madre querían hablar con él. No podía atenderlas y les contestaron que no se pensaban ir. «Me reprocharon, porque siempre hablaban en plural, cómo les podíamos estar haciendo eso», en referencia al dinero que le reclamaba la Diputación en concepto de un salario cobrado presuntamente de forma indebida durante el tiempo en que trabajó allí.

9.33 El mitin al que iban esa tarde se había anunciado dentro de la campaña de las elecciones europeas. Todo el mundo conocía que se iba a celebrar porque «salió en la prensa», cuenta. Aparcó al lado de la pasarela junto al río por el lado del Paseo de Salamanca y allí estaba esperando a que Isabel Carrasco cruzara. Justo cuando salió del coche escuchó las detonaciones, que pensó que «podían ser petardos». Se quedó a la orilla del río y pasados unos minutos, «tres o cuatro», como no venía Isabel cruzó hacia la sede del partido. Vio al novio de Isabel en moto y dos motos de policías. Llamó a la víctima por teléfono de forma inmediata, pero ya no contestó al teléfono. Accedió a la pasarela hasta llegar a veinte metros de la víctima. La policía le impidió llegar más allá.

9.30 Declara Marcos Martínez Barazón, quien sucedió a Isabel Carrasco en la presidencia de la Diputación. Cuando ella falleció era vicepresidente de la institución provincial. Tenía una amistad personal con la víctima. Comió con ella ese día y la dejó en la puerta de su casa sobre las cinco menos veinte. Ella quería cambiarse de ropa antes de salir para Valladolid a un mitin a las cinco y media. Cuenta que entre las cinco y media y las seis ella cruzaba casi todos los lunes la pasarela sola para ir a la sede del PP. Isabel Carrasco no tenía escolta. Nunca le dijo que se sintiera amenazada o que alguien le pudiera hacer algo.

9.26 El abogado le pregunta si la actitud de la hija era la misma que la de la madre en esos momentos. «He visto a las dos caminando, hablando». La testigo insiste: «Vi a las dos» y el letrado incide en que pasear no es lo mismo que esperar. José Ramón García pide que se adjunten los folios de las declaraciones previas de la testigo. El abogado de Raquel Gago pregunta si en algún momento vio a su representada en la zona, a lo que contesta: «no».

9.22 En declaraciones previas dijo que la mujer a veces se escondía tras los árboles. A preguntas de la defensa de Montserrat y Triana la mujer contesta que pensó que esta mujer podría ser alguien que preparaba un atentado porque estaban próximas las elecciones.

9.20 Ese día dice que primero llamó al 112 y después a la policía. Esto ocurrió el 4 de marzo sobre las 8.30 de la noche. Después de hablar con la señora que esperaba en la calle no volvió a ir por allí. Vio también a otra mujer joven que paseaba a veces con ella. No tantas. Iban de Guzmán hasta San Marcos y de San Marcos a Guzmán. En Comisaría y en el Juzgado le enseñaron fotos de las que merodeaban por el domicilio de Isabel Carrasco y las reconoció como Montserrat y como Triana. «Perfectamente», añade.

9.17 Describe como solía ir vestida y las horas a las que solía ir. Después de las ocho de la tarde. Le llamó la atención la forma en la que caminaba. Al principio pensó que podría ser la escolta de Isabel Carrasco, pero por su forma de caminar creyó que no. Su presencia (la de Montserrat) fue frecuente entre enero y marzo. Cuenta que en su espera tenía siempre la mano dentro del bolso y no dejaba de mirar hacia uno y otro lado. Afirma que «desconfió» de ella y bajó de su casa para preguntarle qué hacía allí. Le dijo que llamaba a la policía y Montserrat le pidió que no lo hiciera, que estaba «esperando a una persona».

9.13 Arranca la quinta sesión del juicio por el crimen de Isabel Carrasco. Declara la vecina de la víctima que vio cómo durante el mes de enero de 2014 una mujer que luego identificó como Montserrat González merodeaba por la zona «prácticamente a diario».

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